ADVERTENCIA, EL SIGUIENTE VIDEO CONTIENE IMÁGENES FUERTES
Ciudad de México, 21 de julio (SinEmbargo).– No sólo son estos osos blancos, ni es sólo el derretimiento de los casquetes polares. El video anterior es únicamente una muestra de los daños que la desmedida e incontrolada actividad humana, principalmente la industrial, hace a todos los organismos en el planeta.
Aumento del nivel, acidez y temperatura del mar; carencia de alimento; disminución de su hábitat; cambio de las condiciones de sus ecosistemas; migraciones fuera de tiempo… En la lista de los animales que están siendo afectados se incluye a mariposas, peces, koalas, pingüinos, tortugas, focas…
Y qué pueden hacer un arrecife, un zorro ártico o una ballena beluga, si hasta los hombres en su condición de seres racionales y dotados de suficiente capacidades para superar dificultades mueren por alguna suerte de catástrofe: huracanes; prolongadas sequías; olas de calor; incendios forestales; inundaciones…
La causa de esto es el Cambio Climático. La causa del Cambio Climático es la irracionalidad del hombre.
De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) el clima nunca ha cambiado tan rápido como en los últimos 160 años. El clima que es, por supuesto, un factor determinante para el desarrollo de la vida como la concebimos:
“El clima global es el resultado de un delicado equilibrio en los gases de la atmósfera, que hemos perturbado. Los cambios en él se están dando por el consumo de combustibles fósiles como petróleo, carbón y gas natural”, explica la organización.Y mientras tanto, países como China, Estados Unidos, los de la Unión Europea, India, Rusia y Japón, emiten la mayor cantidad de gases de efecto invernadero del mundo y se encargan año con año, de “dibujar” su huella de carbono.
Tampoco parece importarle mucho a los países de primer mundo que el cambio climático ya sea el primer motivo de preocupación mundial, de acuerdo con una encuesta divulgada este mes por el Centro de Investigación Pew, o la noticia de que el planeta ha entrado en una nueva etapa de extinción.
Una nueva etapa masiva de extinción. De hecho la sexta (la quinta se produjo hace más de 60 millones de años y acabó con la vida de los dinosaurios). La afirmación se basa en una investigación publicada en le revista Science el mes pasado, que revela que el ritmo de desaparición de especies de vertebrados es cien veces mayor que en épocas anteriores. Desde 1900 a la fecha, más de 400 especies de ellos dejaron de existir, informaron.
¿Las causas? “Una población humana en constante crecimiento, el consumo per cápita y la desigualdad económica que alteran o destruyen hábitats naturales; el desbroce de tierras para la agricultura, la explotación forestal, la introducción de especies invasoras, las emisiones de CO2 que llevan al cambio climático y la acidificación de los océanos, las toxinas que alteran y envenenan los ecosistemas… la lista de agresiones es larga”, explica la agencia EFE.
Los arrecifes de coral, bosques de niebla, humedales costeros y selvas secas, hogar de incontables especies de plantas y animales, son los ecosistemas que más se ven afectados por el Cambio Climático de acuerdo con WWF.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), por su parte, indica que las regiones que muestran mayores concentraciones de especies sensibles al cambio climático abarcan Centroamérica y el noreste de Sudamérica, así como una extensa región que va del este al centro y sur de África: “La conservación de estas especies y de las zonas donde mayoritariamente se concentran se considera altamente prioritaria”, asegura.
Los cambios que afectan la distribución y propagación de las especies –explica WWF– se dan en sus ciclos de floración, reproducción y migración, regularmente relacionadas con las estaciones del año; así como las repercusiones en toda la red alimenticia. Otro cambio es la presencia cada vez mayor de las llamadas especies invasoras, que se ven aventajadas con los cambios de temperatura, precipitación y fenología, y amenazan la biodiversidad desplazando a especies nativas y causando graves daños a los ecosistemas.
La UICN explica que existen ciertas especies mucho más sensibles a este fenómeno debido a sus características ecológicas, de comportamiento, fisiológicas y genéticas. Así mismo, señala que “entre el 70 y el 80 por ciento de las aves, anfibios y corales amenazados son también ‘sensibles al cambio climático’. El mayor riesgo lo padecen las especies menos resilientes frente a amenazas adicionales. Entre las que no están amenazadas, del 28 por ciento al 71 por ciento son ‘sensibles al cambio climático'”.
En un conteo mucho más específico, la UICN se dio a la tarea de presentar en 2010 a diez de las especies que más sufrirán los efectos del fenómeno. Los animales enlistados son: el zorro ártico, el pez payaso, koalas, pingüinos emperadores, tortuga laúd (que desova en México), arrecifes de coral, focas anilladas, las ballenas beluga y el salmón. (La décima especie es una especie vegetal: el árbol Quiver).
Los estudios científicos abundan. Las advertencias también.
Organizaciones sugieren que, como sociedad, presionemos a nuestros gobiernos para verdaderamente responder a tratados internacionales para conservar nuestros ecosistemas y especies; a reducir sus huellas de carbono con la implementación de energías sustentables; a desarrollar formas sustentables de manejo de territorios; a frenar la deforestación desmedida y regenerar los bosques, evitar el derroche energético, sustituir materiales y procesos de producción contaminantes…
Las propuestas de organizaciones ambientalistas con el apoyo de la sociedad civil podrían ser la opción para recuperar a menos, un poco de la salud perdida de este enfermo planeta.
El Cambio Climático es una enfermedad parasitaria. El agente es la indiferencia del hombre.