Un año después de Utøya, dos días después de Aurora; la polémica de las armas, los famosos y su prohibición

22/07/2012 - 12:05 am

El multi homicidio ocurrido la madrugada del viernes en Aurora, Colorado, puso de nuevo en alerta al mundo entero y sobre todo a los estadounidenses. De nuevo un espacio público fue escenario de hechos violentos y, también de nuevo, un joven ha sido el responsable.

Estados Unidos cuenta actualmente con el mayor número de incidentes similares al de Aurora. Desde hace poco más de 30 años, escuelas públicas, universidades, centros comerciales, restaurantes e incluso bases militares se han convertido en el escenario de asesinos surgidos aparentemente de la nada que, sin el menor motivo aparente, asesinan a todo aquel que aparezca en su campo visual.

Sin embargo, aunque el vecino país del norte ocupe el lamentable primer sitio en incidencias violentas de civilies contra la población, hay eventos similares en el mundo que no se quedan atrás comparados con la masacre realizada por James Holmes hace dos días.

UTØYA, UN AÑO DE RECUERDOS

EFE

Precisamente hoy se cumple un año de los incidentes en Noruega, donde 77 personas perdieron la vida en el doble atentado perpetrado por el ultraderechista Anders Behring Breivik, mismo que conmocionó el país y amenazó su modelo de sociedad abierta.

Aquel 22 de julio el complejo gubernamental de Oslo fue el escenario donde Breivik hizo estallar una vehículo bomba que mató a 8 personas, mientras que en la isla de Utøya, al oeste de la capital, él mismo cometió una matanza en el campamento de las Juventudes Laboristas en la que murieron otros 69 individuos.

Un años después  y bajo el lema “Recuperar Utøya”, lanzado por el líder de las Juventudes Laboristas, Eskil Pedersen defiende el derecho a “recuperar” la isla y no ceder ante las provocaciones de Breivik durante el juicio.

Así mismo, la sociedad noruega, con supervivientes y familiares de las víctimas a la cabeza, ha respondido, ignorando las declaraciones del homicida y se han manifestado por la unión, la solidaridad y la diversidad, en lugar de encerrarse y ser más desconfiados, esto en palabras del primer ministro noruego Jens Stoltenberg.

UNA HISTORIA VIOLENTA
La discusión sobre el tema de posesión de armas en Estados Unidos lleva varios años germinando. Los hechos de Colorado no han hecho más que volver a encender el debate y las posturas al respecto no podrían ser menos polémicas.

Hasta el momento el presidente de EU, Barack Obama y el que será su rival en las próximas elecciones, Mitt Romney, evitaron abrir el debate sobre la posesión de armas de fuego por parte de los ciudadanos tras el tiroteo en Aurora.

No obstante, la presión de muchos grupos civiles exige una postura menos tolerante en lo relativo al uso de armamento por parte de los civiles. En cambio, quienes defienden el uso de armas de fuego argumentan que una decisión restrictiva sería una afrenta a la Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, bajo la cual se han amparado grupos como la Asociación Nacional de Rifles (NRA en inglés).

Desde el 15 de diciembre de 1791, dicha enmienda ha otorgado el derecho a cualquier ciudadano estadounidense de poseer armas con muy pocas limitaciones.

Estados Unidos es un claro ejemplo de la desconfianza y hermetismo en el que los noruegos estuvieron a punto de caer tras la masacre de hace un año. La política armamentista en un plano local, tampoco ha ayudado a relajar tales actitudes en las que la violencia tarde o temprano aflora con el menor pretexto.

Que la violencia genere violencia es una frase hecha que parece la más acertada en estas circunstancias. En este caso, el temor de los estadounidenses a verse vulnerados como nación ha provocado que su hogar se haya convertido con el paso de los años en una fábrica de pólvora en la que todo mundo tiene un fósforo en la mano.

LAS FRÍAS MANOS DE LA FAMA

Apenas a principios de julio, artistas como Yoko Ono, Scarlett Johansson, Tim Roth y Kevin Spacey apoyaron una petición de la coalición “Armas bajo Control”, la cual fue creada por Amnistía Internacional, Fundació per la Pau, Oxfam y otras organizaciones de 125 naciones.

La petición fue hecha con el fin de exigir la aprobación de un Tratado sobre Comercio de Armas que garantice “el respeto del Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos”.

El tiroteo registrado este viernes reabrió en los medios el debate sobre el control y uso de armas en la sociedad norteamericana, un asunto que ni siquiera los más de 60 mil muertos provocados por las drogas y el tráfico a México había podido lograr.

En los últimos meses el gobierno de México ha exigido a las autoridades estadounidenses controlar el tráfico de armas y dinero en efectivo que alimenta la guerra entre cárteles y con la policía y el ejército mexicano en casi todo el territorio nacional.

Así mismo, Amnistía Internacional también puso en evidencia cómo los seis mayores proveedores de armas del mundo –Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia– suministran armas en gran cantidad a gobiernos represivos de todo el mundo. Entre estos suministros figuran los envíos de armas estadounidenses a Egipto y Bahréin.

Parecería que el apoyo de las celebridades a Amnistia Internacional es apenas el principio de una gran presión internacional para los Estados Unidos sobre el asunto de las armas en manos de civiles. Sin embargo, se trata de un problema con raíces más profundas.

La inclusión de peticiones “famosas” a la prohibición de armas tiene su contraparte en suelo norteamericano, donde famosos como Charlton Heston, el ex gobernador del estado California Arnold Schwarzenegger, o el rockero Ted Nugent han manifestado en repetidas ocasiones su filiación a las armas.

Heston, quien durante 1998 y 2003 fue el presidente de la NRA, fue el rostro famoso con el que muchos estadounidenses se identificaron y justificaron. “I’ll give you my gun when you pry it from my cold, dead hands!” (Te daré mi arma cuando la saques de mis manos frías y muertas), el eslogan popularizado durante la gestión del ex actor no pudo haber tenido portavoz más dramático.

En una sociedad acostumbrada a imitar ídolos de películas y programas de televisión, mientras siga habiendo un personaje célebre defendiendo la segunda enmienda la mal interpretación de esta continuará.

¿Aurora será, por fin, el evento que provoque un cambio radical para lograr la prohibición de armas entre ciudadanos comunes y corrientes en los Estados Unidos?, ¿o será esté incidente uno más de una larga lista de violencia en la que sobrarán los chivos expiatorios con tal de no tocar una ley arcaica?

La respuesta está en las frías manos de los muertos.

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