“Ahora que afrontamos las fases de desescalada, es el momento de prevenir y animar a las personas a ir regresando a la normalidad, saliendo poco a poco, a sociabilizar. Si el miedo a salir nos paraliza o genera ansiedad, se debe consultar al médico de Atención Primaria, señalan expertos.
MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS).- El psiquiatra del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, Luis Gutiérrez Rojas, ha avisado de que tras la pandemia del nuevo coronavirus habrá un aumento de enfermedades mentales y, en concreto, de los casos de ansiedad, depresión, agorafobias o brotes de pánico.
En este sentido, durante su participación en el webinar de Lundbeck Academy ‘Salud Mental: abordaje desde Primaria y Mindfulness’, en el que han participado alrededor de 600 profesionales de Atención Primaria, el experto ha subrayado la necesidad de distinguir entre la ansiedad normal, producida por una situación estresante como la actual, que cumple una función adaptativa y puede llegar a mejorar el rendimiento, de los cuadros de ansiedad generalizada y de los trastornos de pánico.
En concreto, el trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por ser diario y duradero, incapacitante, con somatización, que produce una preocupación constante y una sensación de no sentirse nunca a gusto; mientras que en los trastornos por ataques de pánico prevalecen pensamientos constantes de amenaza, de muerte inminente o de contagio, las cuales conllevan desvanecimiento, palpitaciones, mareos o vértigos, un cuadro intenso pero no duradero.
Según diversos estudios, la prevalencia anual del trastorno de ansiedad generalizada es del 3 por ciento, mientras que los trastornos de pánico presentan una prevalencia anual del 1 por ciento y la depresión del 4 por ciento.
“Ahora que afrontamos las fases de desescalada, es el momento de prevenir y animar a las personas a ir regresando a la normalidad, saliendo poco a poco, a sociabilizar. Si el miedo a salir nos paraliza o genera ansiedad, se debe consultar al médico de Atención Primaria. No se debe quitar importancia a estas situaciones, porque debemos recordar que la ansiedad es la puerta de entrada a la depresión, y si no actuamos y prevenimos, estas personas pueden padecer depresión en poco tiempo siendo entonces un problema mayor”, ha dicho, para puntualizar que el 60 por ciento de los casos de depresión cursan con síntomas de ansiedad.
Respecto a la salud mental infanto-juvenil, ya que los niños y adolescentes son un grupo especialmente vulnerable a desarrollar miedos y fobias, el experto ha aconsejado a los padres animarles a salir y transmitir la vuelta a la normalidad de manera sencilla y positiva.
Además, ha puesto el acento en todas las personas con trastorno mental grave como psicosis o trastorno bipolar, a las que la situación provocada por la COVID-19 ha afectado de manera especial, porque, en su opinión, han sufrido descompensaciones durante la época de confinamiento.
Por otra parte, durante el encuentro se ha puesto de manifiesto la eficacia del mindfulness, una técnica psicológica que se considera de las más efectivas para la prevención y el tratamiento del estrés en general y también de la ansiedad y depresión.
“Existen metaanálisis, la máxima evidencia científica, sobre su eficacia en estos tres trastornos”, ha explicado el psiquiatra del Hospital Universitario Miguel Servet y director del Master de Mindfulness de la Universidad de Zaragoza, Javier García Campayo.
En este sentido, ha aseverado que la práctica de mindfulness (5-10 minutos al día) puede ser suficiente para prevenir el estrés y las enfermedades asociadas y para aumentar el bienestar psicológico de las personas, incluso cuando son sometidas a situaciones adversas como esta.
“También esta técnica aumentaría así la resiliencia y disminuiría el riesgo de estrés postraumático, otro de los cuadros frecuentes, sobre todo en familiares y supervivientes del virus, así como en sanitarios, por el estrés y el sufrimiento que han presenciado”, ha recalcado.