Cuando aumenta la temperatura corporal más allá de los 38 grados, es importante distinguir entre fiebre, que es una reacción fisiológica, e hipertermia, que es siempre patológica.
MADRID, 22 de mayo (Europa Press).– Hablar de temperatura normal del cuerpo humano es complicado ya que existen diferentes factores como la alimentación, el estrés y las emociones que hacen que pueda variar levemente. Asimismo, el género también influye, así como la capacidad de sudoración, la edad o incluso el momento del día, o de la noche, puede hacer variar tu temperatura.
¿CUÁL ES LA TEMPERATURA CORPORAL NORMAL?
Dicho esto, una temperatura normal es aquella que se encuentra entre los 36.6 grados y los 37 grados. Si no cumples esta temperatura no te asustes porque puede variar grado arriba o grado abajo. Del mismo modo, si se supera la temperatura corporal no siempre tiene que tratarse de fiebre pues se puede considerar febrícula, es decir una elevación moderada de temperatura moderada.
TIPOS DE FIEBRE
Cuando aumenta la temperatura corporal más allá de los 38 grados, es importante distinguir entre fiebre, que es una reacción fisiológica, e hipertermia, que es siempre patológica. En el caso de la hipertermina el golpe de calor es el cuadro de mayor gravedad, con repercusión multiorgánica.
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en un documento elaborado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), con motivo de la publicación del Plan de Prevención de Efectos de Altas Temperaturas, recuerda que toda situación patológica existen múltiples factores endógenos y exógenos que son susceptibles de hacer variar la temperatura corporal:
¿CUÁNDO ES MEJOR MEDIR LA TEMPERATURA CORPORAL?
– El momento del día en el que se hace la medición: +0.5ºC entre las 6 y las 18 horas.
– La estación: un poco más elevada en invierno que en verano.
– La edad: la amplitud de variación durante la jornada es más débil, entre 0.2 y 0.3ºC.
– El sexo: en la población femenina, la temperatura es superior en 0.2ºC de media respecto a la población masculina, pero varía en función de la actividad genital, con un incremento de alrededor de 0.5ºC en la segunda parte del ciclo, así como al inicio de un embarazo.
– La posición durante la medición: en decúbito y en posición sentada, la temperatura, en general, es inferior en 0.3ºC a 0.4ºC a la medida en posición de pie.
– La alimentación, el estrés, la emoción y la cólera son capaces de aumentar la temperatura un máximo de 0.5 grados.
– La ingestión de alcohol puede provocar variaciones en los dos sentidos según el intervalo de tiempo entre la ingestión y la medición de la temperatura, y según la cantidad ingerida.
– El ejercicio físico, que tiene tendencia a aumentar la temperatura.
¿QUÉ MÉTODO UTILIZAR PARA MEDIR LA TEMPERATURA?
En el documento, el departamento de Alfonso Alonso también ha analizado los diferentes métodos utilizados para medir la temperatura. En este sentido, avisa de que poner el termómetro en la axila es el método que «proporciona la peor evaluación de la temperatura interna», ya que «puede ser afectada por condiciones ambientales.
Igualmente, reconocen que la medición rectal también tiene «ciertos límites» ya que la temperatura en esa zona cambia lentamente con respecto a la variación de la temperatura interna y puede permanecer elevada «aun después de que la temperatura del paciente haya comenzado a bajar».
– La termometría rectal: se ha considerado siempre como la norma para medir la temperatura, pero numerosos estudios recientes han demostrado ciertos límites. La temperatura rectal cambia lentamente con respecto a la variación de la temperatura interna y se ha demostrado que se mantiene elevada, aun después de que la temperatura interna del paciente haya comenzado a bajar y a la inversa.
Además, alerta de que se han llegado a producir perforaciones rectales, y sin una técnica de esterilización adecuada, esta termometría rectal puede propagar contaminantes contenidos en las heces
-La termometría axilar: A pesar de que es muy fácil de medir la temperatura axilar (en comparación con las medidas bucal o rectal), se ha demostrado que proporciona la peor evaluación de la temperatura interna.
Para tomar este tipo de temperatura, es necesario colocar un termómetro de mercurio tradicional justo encima de la arteria axilar, y la medida puede ser afectada por condiciones ambientales.
-La termometría bucal: El espacio sublingual es fácilmente accesible y proporciona la temperatura de las arterias linguales. Sin embargo, la temperatura bucal se altera fácilmente por la ingestión reciente de alimentos o de bebidas y por la respiración por la boca.
Para medir la temperatura bucal es necesario mantener la boca cerrada y la lengua extendida durante 3 a 4 minutos, una tarea, a menudo, difícil de lograr.
-La termometría auricular: Es de utilización fácil y presenta menos riesgos, pero es menos sensible para la detección de fiebre.