La firma francesa aseguró que procesará 4 mil 500 toneladas de residuos sólidos urbanos cada día con los que se producirá energía eléctrica suficiente para operar 12 líneas de metro de la capital.
París, 22 mayo (EFE).- El grupo francés Veolia construirá una planta de termovalorización de residuos en la Ciudad de México que permitirá, a través de la incineración, convertir en energía los desechos de la ciudad, y que será la primera instalación de este tipo en América Latina.
La planta, que estará ubicada en la zona federal del Bordo Poniente de Xochiaca, procesará 4 mil 500 toneladas de residuos sólidos urbanos cada día con los que se producirá energía eléctrica suficiente para operar 12 líneas de metro de la capital, señaló la firma francesa en un comunicado.
El contrato fue otorgado por el gobierno de la ciudad mexicana a la filial de Veolia, Proactiva Medio Ambiente México, que se encargará de la construcción, operación y mantenimiento de la planta de termovalorización durante los próximos 33 años.
Se estima que la cifra de negocios a lo largo de ese tiempo por la explotación y mantenimiento de esa instalación represente alrededor de 886 millones de euros para Veolia.
El director de Desarrollo de Negocios y Relaciones Institucionales de Veolia México, Federico Casares, señaló en el comunicado que “renovar es un proceso clave”, ya que “lo que dejó de ser útil se puede transformar en un valioso recurso”.
Casares, que se mostró “muy entusiasmado” con este proyecto, afirmó que este tipo de soluciones sirven “para mejorar la calidad de vida de los habitantes y combatir el cambio climático”.
Veolia, que opera 63 plantas de este tipo en todo el mundo, gestiona la incineradora española de Constantí (Tarragona, noreste), con una capacidad de hasta 3 mil toneladas diarias.
Francia fue el primer país en el que la empresa implementó, en los años 1990, este tipo de proceso.
La termovalorización consiste en descomponer los residuos orgánicos a través del calor y, con el vapor producido, generar energía eléctrica. Los desechos restantes de la incineración se pueden emplear en la industria de la construcción.
Este tratamiento de la basura genera bajas emisiones de dióxido de carbono (CO2), por lo que es favorable para el medio ambiente, estima la empresa francesa.