Las madres gritaron y denunciaron las “atrocidades” cometidas en el Gobierno de Javier Duarte. Frente a la prisión de Guatemala, en la que el priista está recluido desde hace una semana, se apostaron con pancartas y fotos de su desaparecidos.
“Queremos solicitarle al Gobierno de nuestro país, que escuche y que pidan la entrega de esto que está ahí encerrado. Que sea llevado a México para que se le juzgue por lo que se robó en Veracruz y por todo el daño causado a las familias no sólo de ese estado, sino de mucho otros lugares, como en Querétaro, que también tiene desaparecidos en Veracruz”, dijo Yadira González, de Desaparecidos Justicia Querétaro.
La protesta duró hora y media y las ahora activistas dejaron una advertencia en voz de Lucia de los Ángeles Díaz, vocera del colectivo Solecito: “No vamos a descansar hasta que este señor sea llevado ante los tribunales por lo que le pasó a nuestros hijos, lo vamos a seguir a todos lados, así sea al mismo infierno”.
Por Ignacio Carvajal
Ciudad de Guatemala, 22 de abril (BlogExpediente/SinEmbargo).– Madres mexicanas de cuatro colectivos de búsqueda de personas desaparecidas se manifestaron afuera de la cárcel militar en donde hoy cumplió una semana de encierro Javier Duarte de Ochoa, y exigen al Presidente mexicano Enrique Peña Nieto y al Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que le apliquen todo el peso de la Ley al ex Gobernador.
Pero antes, “queremos dar las gracias al Gobierno de Guatemala por haber detenido a este sujeto, que ha causado tanto mal en nuestro país, estamos muy agradecidas con las autoridades guatemaltecas y la Policía Nacional”, dijo Lucía de los Ángeles Díaz, vocera del colectivo Solecito de Veracruz.
A las afueras del Fuerte San Rafael de Matamoros, las madres señalaron que si Duarte estuviera en México, “seguramente la estaría pasando muy bien, con todos los servicios y bien atendido”, dijo Araceli Salcedo, del colectivo Familiares en Búsqueda Córdoba-Orizaba.
Con la esperanza de que Duarte de Ochoa escuchara sus reclamos detrás de las frías paredes de este penal, las madres gritaron y denunciaron en suelo guatemalteco las “atrocidades cometidas en su gobierno. Donde cientos de familias fueron robadas, mutiladas y violadas en sus derechos humanos por Duarte de Ochoa y su equipo”, dijo Lucía de los Ángeles Díaz.
Portando una pancarta las madres se plantaron en el acceso principal del penal, donde llamaron la atención de las autoridades locales, “¿quiénes son?”, preguntaban los soldados encargados del acceso.
Somos madres de jóvenes desaparecidos en Veracruz por el mal gobierno de este sujeto que está ahí encerrado y en primer lugar le queremos dar las gracias al gobierno de Guatemala por haber cumplido e anhelo de muchas de nosotras, y que en México nunca se escuchó, y en segunda venimos a recordarle a Javier Duarte de Ochoa que no tendrá perdón ni olvido en México”, dijo Araceli Salcedo.
También expresaron su malestar por la tardanza mostrada por las autoridades mexicanas en solicitar la extradición formal de Duarte de Ochoa, y que podría llevarse unos 60 días.
“Queremos solicitarle al gobierno de nuestro país, que escuche y que pidan la entrega de esto que está ahí encerrado. Que sea llevado a México para que se le juzgue por lo que se robó en Veracruz y por todo el daño causado a las familias no sólo de ese estado, sino de mucho otros lugares, como en Querétaro, que también tiene desaparecidos en Veracruz”, dijo Yadira González, de Desaparecidos Justicia Querétaro.
Durante media hora que duró la protesta las madres recordaron que durante los seis años de Javier Duarte de Ochoa, desaparecieron cientos de personas. En unos casos, familias completas que fueron diezmadas no sólo por la delincuencia, también por las fuerzas del estado.
De ahí que los registros del Secretariado Ejecutivo para el Sistema Nacional de Seguridad Pública ubiquen al estado de Veracruz como el principal generador de casos en donde las desapariciones muestran acción directa del estado para consumarse.
Duarte de Ochoa y su camarilla –explicaron las madres- están ampliamente relacionados en cada uno de los señalamientos donde un hombre o una mujer desaparecieron a bordo de una patrulla o en coches manejados por civiles que resultaban ser delincuentes asociados con autoridades.
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YO QUIERO ENTRAR A VERLO
“No vamos a descansar hasta que este señor sea llevado ante los tribunales por lo que le pasó a nuestros hijos, lo vamos a seguir a todos lados, así sea al mismo infierno”, afirmó Lucía de los Ángeles Díaz.
A una semana de haber caído preso, no hay en la lista oficial de visitas del ex gobernador personas importantes de la política o el mundo empresarial, como en sus años de prosperidad le siguieron.
Si acaso un par de abogados, y su esposa, Karime Macías, habilitada para la visita conyugal los martes y jueves. En todo este tiempo, sólo ella ha registrado un ingreso. Sólo estuvo unas cuantas horas y se marchó. Posteriormente fue vista en redes sociales cuando preparaba su salida de ese país rumbo a Londres y dejaba a Duarte en su encierro.
Los que tomaron vino y comieron las mejores viandas al tiempo que hacían negocios o amarres políticos, esos hombres y esas mujeres que caían rendidos a los pies del poderoso Javier Duarte, hoy no están, pero sí están las que irónicamente también lo buscaban constantemente y sólo recibieron su rechazo, menosprecio y burlas.
“Yo quisiera que me dejen entrar a verlo. Si nadie lo quiere venir a ver de Veracruz pues acá estoy yo. Quiero que me dejen pasar a verlo, creo que a mí sí me recibe y decirle todo lo que traigo dentro ahora que las cosas han cambiado tanto”, dice Lucía de los Ángeles Díaz.
Lucy, como le conocen, carga la ausencia de un hijo quien fue sustraído violentamente en la ciudad de Veracruz cuando Duarte tenía unos tres años gobernando. Colocó denuncias, ofreció recompensas y dio toda clase de trámites para encontrar a su ser amado sin resultados, se trata de Guillermo Lagunes Díaz, ausente desde junio de 2013.
Al paso del tiempo, y conforme el colectivo se ha expandido, ella se ha tenido que volver más templada para dar guía al Solecito, integrado por docenas de mujeres con su mismo problema, a quienes ahora ella da voz en cada uno de sus reclamos a las autoridades. El año pasado localizaron una fosa clandestina en un predio llamado Colinas de Santa Fe, del cual han exhumado más de 250 cadáveres de víctimas de delincuentes colididos con autoridades. Y este año han tenido gran participación en la fosa de Arbolillo, localizada por la Secretaría de Marina Armada de México, otra de los entierros impunes cavados durante el sexenio de quien está encerrado en Guatemala.
VA LA MÍA
“Venimos a un taller a Guatemala a un taller con una fundación y no quisimos dejar pasar la oportunidad de venir a alzar la voz contra todas las desapariciones y ejecuciones que se dieron en su mandato.
“Era su obligación como mandatario evitar todos esos crímenes, por eso pedimos a los medios de comunicación y a las ONGs internacionales sean observadoras del proceso contra Javier Duarte de Ochoa. Exijo al gobierno mexicano que se aplique la ley a este criminal, que no sea esto una trama, y que no se le ofrezca la cárcel domiciliara”, comentó Araceli Salcedo a las afueras del gran portón de metal del fuerte.
Recordó que hace unos años, Duarte de Ochoa y su esposa, Karime Macías, “se rieron de mí, se burlaron de mi caso y me ignoraron”, dijo al rememorar el video que se hizo viral en donde la pareja de prófugos, aun en el poder, se mofaron de las súplicas de Araceli Salcedo, quien busca a Fernanda Rubí Salcedo, desaparecida en Orizaba desde Septiembre de 2012.
Somos la primer visita que recibe, ojalá y lo pudiéramos tener de frente la oportunidad de así como él, que se burló, nos criminalizó, nos persiguió, una oportunidad de verlo a los ojos a él y a su esposa y preguntarle si se va burlar de mí, de las miles de madres que estamos igual”, remachó Salcedo.