Derivado de la COVID-19, Tamara tuvo una inflamación que afectó todos sus órganos y ocasionó una falla en su corazón.
Ciudad de México, 22 de marzo (SinEmbargo).- Una joven argentina de 26 años de edad, pasó casi 300 horas en coma inducido debido a complicaciones derivadas de la COVID-19.
La joven llamada Tamara Merchan contó a El Clarín, que antes de que fuera Navidad, su papá comenzó a quejarse de dolores en el cuerpo, posteriormente tuvo fiebre durante 10 días y una neumonía lo dejó internado en terapia intensiva.
Mientras tanto, la joven se quedaba en casa a cuidar a su madre y a su hermano menor, quienes también tenían síntomas.
Después, el 29 de diciembre el cuerpo de Tamara comenzó a reaccionar a la COVID-19. “Me bajó la presión. Me acosté en la cama, levanté las piernas y esperé. Seguía mal. Me trajeron Gatorade, me abanicaron, comí algo dulce y algo salado, tomé caldo. La sensación era cada vez peor”, detalló al medio.
Al empeorar su salud, Tamara le dijo a su madre que llamara una ambulancia, pero no fue una sino varias las que llegaron a su casa, pero los que la atendían le decían que no era necesario llevarla al hospital ya que no presentaba síntomas graves.
Sin embargo, la insistencia de la joven hizo que una de las ambulancias decidiera llevarla al hospital, esta vez, Tamara ya tenía dolor en el pecho y días antes su cara se había hinchado.
A partir de ese entonces, Tamara dijo no recordar mucho, sólo que después de realizarle un estudio, la llevaron a un cuarto en donde había una televisión.
“Después del estudio, me llevaron en una camilla hasta un cuarto. Había un televisor chiquito y estaban pasando el noticiero. Eso es lo último, no hay más”, contó.
Luego de eso, Tamara tuvo que ser intubada; la madre indicó que no pudo llegar a tiempo para firmar los papeles para el procedimiento, por lo que pasó a ser una disposición médica.
Los médicos determinaron que a Tamara, la COVID-19 le había provocado una inflamación generalizada que afectó todos sus órganos y le ocasionó una falla grave en su corazón.
Pero al pasar los días, el estado de salud de la joven comenzó a mejorar con una función cardiaca que aumentó del 18 al 30 por ciento. Una mañana, el médico que atendió a Tamara mencionó la posibilidad de empezar a levantarla.
Ahora, Tamara se encuentra mejor después de haber pasado 12 días en coma inducido por complicaciones de COVID. Además, la joven señaló que ella era de las personas que pensaba que por ser joven, la enfermedad no le iba afectar y todo sería como una gripe.
“Yo era de las que decía que, por lo menos en los jóvenes, la COVID era como una gripe común. No tenía idea”, concluyó.