Además de los seres humanos, la COVID-19 se ha presentado en algunas especies de animales. La importancia de su estudio es que pueden fungir como reservorios del virus, causando mutaciones que sigan el contagio de animales a humanos y viceversa.
Por Sue VandeWoude
University Distinguished Professor of Microbiology, Immunology, and Pathology and Director of the One Health Institute, Colorado State University
Angela Bosco-Lauth
Assistant Professor of Biomedical Sciences, Colorado State University
Christie Mayo
Associate Professor of Microbiology, Immunology and Pathology, Colorado State University
Madrid, 22 de febrero (The Conversation).- En abril de 2020, los tigres y leones del zoológico del Bronx, en Nueva York, fueron noticia cuando se contagiaron de COVID-19. En los meses siguientes a estos sorprendentes diagnósticos, los investigadores y veterinarios encontraron el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, en casi una docena de otras especies, tanto en cautividad como en la naturaleza.
¿Cómo se están contagiando tantos animales del coronavirus? ¿Y qué significa esto para la salud humana y animal?
Somos veterinarios e investigadores que estudiamos las enfermedades de los animales, incluidas las zoonóticas, que pueden infectar tanto a los humanos como a los animales. Es importante, tanto para la salud humana como para la animal, saber qué especies son susceptibles de ser infectadas por el coronavirus. Nuestros laboratorios y otros de todo el mundo han realizado pruebas de detección del virus en animales domésticos, cautivos y salvajes, además de realizar experimentos para determinar qué especies son susceptibles.
La lista de animales infectados hasta ahora incluye más de una docena de especies. Pero en realidad, las infecciones pueden estar mucho más extendidas, ya que se han analizado muy pocas especies y animales individuales. Esto tiene implicaciones reales para la salud humana. Los animales no solo pueden propagar patógenos como el coronavirus, sino que también pueden ser una fuente de nuevas mutaciones.
¿QUÉ ANIMALES SE HAN CONTAGIADO DEL CORONAVIRUS?
En febrero de 2022, los investigadores y los laboratorios de diagnóstico veterinario han confirmado que 31 especies son susceptibles al SARS-CoV-2. Además de las mascotas y los animales de zoológico, los investigadores han descubierto que varios primates no humanos, hurones, ratones ciervos, hienas, ratas de la madera (neotomas), mofetas rayadas y zorros rojos se encuentran entre los animales susceptibles de ser infectados por el SARS-CoV-2.
El ciervo de cola blanca y el visón son las dos únicas especies de animales que se han encontrado albergando el virus en la naturaleza. Afortunadamente, la mayoría de los animales no parecen experimentar la enfermedad clínica como los humanos, con la excepción del visón.
Sin embargo, incluso los animales que no parecen estar enfermos pueden transmitir el virus entre ellos y, potencialmente, a las personas. Todavía hay muchas preguntas sin respuesta sobre qué animales pueden contraer el virus y qué significa, si es que significa algo, para las personas.
CÓMO BUSCAR UN VIRUS EN LOS ANIMALES
Hay tres formas de estudiar las enfermedades zoonóticas: observando a los animales de compañía o a las especies cautivas, como los animales de los zoológicos, haciendo pruebas con animales salvajes para detectar el coronavirus o exponiendo a los animales al virus en un laboratorio.
Durante las primeras etapas de la pandemia, cuando algunos propietarios de mascotas o cuidadores de zoológicos observaron animales con problemas respiratorios o tos, se pusieron de acuerdo con los veterinarios para que les hicieran pruebas de detección del coronavirus. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) coordinan las pruebas y la gestión de la COVID-19 en los animales.
El mismo proceso de tomar una muestra y pasarla por una máquina de PCR para analizar el coronavirus funciona igual de bien para los animales que para las personas, aunque pasar un hisopo por la nariz de un león –o incluso de un gato de compañía– requiere un poco más de formación y delicadeza. Los laboratorios de diagnóstico veterinario como el nuestro realizan cientos de miles de pruebas de enfermedades animales cada año, por lo que pudimos empezar fácilmente a hacer pruebas de SARS-CoV-2.
Basándose en investigaciones anteriores, los científicos han podido hacer algunas conjeturas sobre qué animales son susceptibles y han estado probando estas hipótesis. Los gatos, hámsters y hurones se infectaron durante el primer brote de SARS en 2002, por lo que los investigadores sospecharon que serían susceptibles al nuevo coronavirus.
Efectivamente, la investigación demostró que el SARS-CoV-2 infectaba fácilmente a estas especies en experimentos de laboratorio. Los visones están estrechamente relacionados con los hurones, y, durante el verano y el otoño de 2020, las granjas de visones de todo Estados Unidos se convirtieron en escenario de enormes brotes después de que la gente transmitiera el coronavirus a los animales.
Utilizando modelos informáticos, los científicos también pudieron predecir que el coronavirus podría infectar fácilmente a algunas especies de ciervos utilizando proteínas clave de sus células. Basándose en estas predicciones, los investigadores empezaron a realizar pruebas en ciervos de cola blanca para detectar el coronavirus y los primeros resultados positivos aparecieron en agosto de 2021.
Más recientemente, el 7 de febrero de 2022, investigadores publicaron un artículo preimpreso (sin revisión por pares) que mostraba que los ciervos de Staten Island, en Nueva York, están infectados con la variante ó}Ómicron.
Dado que esta es la variante del virus que actualmente infecta a la mayoría de los neoyorquinos, esto ofrece una fuerte evidencia de que los humanos de alguna manera transmitieron el virus a los ciervos. Sigue siendo un misterio cómo los ciervos de al menos seis estados y Canadá entraron inicialmente en contacto con el SARS-CoV-2.
Por último, para entender cómo afecta el coronavirus a los animales, los investigadores han realizado experimentos de exposición cuidadosamente controlados. En estos estudios se evalúa cómo los animales infectados eliminan el virus, si presentan síntomas clínicos y si el virus muta, y en qué medida, en las distintas especies.
RIESGOS DE UN CORONAVIRUS QUE SALTA DE ESPECIE
El riesgo de contraer el SARS-CoV-2 a través de un animal es, para la mayoría de las personas, mucho menor que el de estar expuesto a él por otro ser humano. Pero si el coronavirus vive y se propaga entre los animales y ocasionalmente salta a los humanos, este proceso plantea sus propias amenazas para la salud pública.
En primer lugar, la infección de animales aumenta la concentración de SARS-CoV-2 en un entorno. En segundo lugar, las grandes poblaciones de animales que pueden mantener la infección pueden actuar como reservorio del virus, manteniéndolo incluso si el número de infecciones en humanos disminuye. Esto es especialmente preocupante en el caso de los ciervos, que viven en gran número en zonas suburbanas y podrían transmitir el virus a las personas.
Por último, cuando el SARS-CoV-2 se propaga de los humanos a los animales, el trabajo de nuestro laboratorio indica que el virus acumula mutaciones muy rápidamente. Los virus se adaptan a las características únicas –temperatura corporal, dieta y composición inmunitaria– del animal en el que viven mutando. Cuantas más especies se infectan, más mutaciones se producen. Es posible que las nuevas variantes que surjan en las personas infecten a nuevas especies animales. O es posible que las nuevas variantes surjan inicialmente de los animales e infecten a los humanos.
SARS-CoV-2 evolution in animals suggests mechanisms for rapid variant selection https://t.co/BTZhqweqn2
If I understand correctly, the virus can "spill back" to, say, horrible little dogs named Xena, gaining new variants in the process. Those can then spread back to humans. pic.twitter.com/FTOXYHCr8K
— Brian Marick (@marick) November 15, 2021
La historia del SARS-CoV-2 en los animales aún no ha terminado. Según los CDC, seis de cada diez enfermedades infecciosas humanas pueden transmitirse de los animales a las personas, y alrededor de tres cuartas partes de las enfermedades infecciosas nuevas o emergentes en las personas provienen de los animales.
La investigación ha demostrado que la inversión en el estudio de las enfermedades zoonóticas podría reducir enormemente los costes de futuras pandemias, y este tipo de investigación compleja ha sido históricamente poco financiada. Por ejemplo, en 2021, el CDC asignó sólo 193 millones de dólares al estudio de las enfermedades infecciosas zoonóticas emergentes, menos de una cuarta parte del uno por ciento del presupuesto total del CDC.
Todavía hay muchas incógnitas sobre cómo se transfieren los virus entre humanos y animales, cómo viven y mutan en las poblaciones animales y los riesgos de los virus que saltan de especie. Cuanto más sepan los investigadores, mejor podrán prepararse los sanitarios, los gobiernos y los científicos para prevenir la próxima pandemia.