El secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, encabezó la ceremonia conmemorativa del CI Aniversario Luctuoso de Francisco I. Madero, en la explanada que lleva el nombre del prócer mexicano en la residencia oficial de Los Pinos.
Acompañado por Pedro Treviño Madero, Teresa Madero de Sada y Enrique Madero Bracho, familiares del político y autor de “La Sucesión Presidencial en 1910”, depositaron una ofrenda floral y montaron una guardia solemne de honor, en el lugar.
En un comunicado, la Secretaría de Educación Pública (SEP) recordó que Francisco I. Madero, originario de Parras de la Fuente, Coahuila, fue Presidente de la República e iniciador de la Revolución Mexicana de 1910.
Desde 1904, Madero interviene en las cuestiones políticas de Coahuila. Colabora en “El Demócrata”, en el que escribe artículos políticos, en los que difunde sus ideas sobre los derechos humanos, el voto, la libertad.
En 1908 publica su libro “La Sucesión Presidencial en 1910”, más tarde lucha en el Partido Antirreleccionista, que lo lanza como candidato a la Presidencia de la República.
Cuando se declara que el presidente Porfirio Díaz ha sido reelecto, Madero se lanza a la Revolución con el Plan de San Luis, en el que se excitaba al pueblo mexicano a levantarse en armas el 20 de noviembre de 1910.
Marchó a Estados Unidos y pronto la rebelión maderista comenzó a crecer. Madero esperó el interinato de Francisco León de la Barra para lanzar nuevamente su candidatura presidencial, el triunfo fue arrollador, y el 6 de noviembre de 1911, tomó posesión como presidente de la República.
Su gobierno no mostró gran solidez, como algunos de los principales elementos que intervinieron en la lucha contra la dictadura no fueron compensados, apareció el descontento; su gabinete estaba integrado con elementos no adictos a la Revolución, pues los fines conciliatorios de Madero propiciaban esa combinación, que al final produjo resultados adversos.
Por otro lado, su política digna en materia internacional, le suscitó la aversión del entonces embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson, que se convirtió en su principal adversario y en protector de los rebeldes al régimen.
Su administración no tuvo momento de reposo y el 9 de febrero de 1913 estalló el cuartelazo de la Ciudadela, en el que los distintos grupos, vencieron al régimen.
Madero confió el mando de las tropas del gobierno a Victoriano Huerta, quien lo traicionó. Primero fue encarcelado y obligado a presentar su renuncia a la Presidencia de la República y después fue asesinado la noche del 22 de febrero de 1913, junto al vicepresidente José María Pino Suárez.