Ciudad de México, 22 de feb. (SinEmbargo).– La madrugada del 19 de febrero de 2006, en una mina de carbón en el municipio de San Juan de Sabinas, en Coahuila, una explosión dejó sin vida a 65 mineros que operaban en el lugar. Esta semana se cumplieron siete años de la tragedia que hasta ahora permanece sin explicación y por la cual Grupo México, empresa propiedad de Germán Larrea, ha recibido serías críticas. El gigante minero sigue operando en impunidad: no hubo responsables ni resarcimiento a los deudos.
Raúl Vera López, obispo de Saltillo, no perdió la oportunidad para hablar sobre la tragedia. El religioso dijo estar más convencido que nunca de que el incidente fue un “crimen oculto” y agregó: “Es en momentos de reflexión, como el que obliga la conmemoración del séptimo aniversario luctuoso de Pasta de Conchos, cuando los sectores productivos debemos unir esfuerzos para encontrar medidas que fortalezcan la seguridad en todas las plantas mineras de México”.
En el periódico La Jornada, el líder minero Napoleón Gómez Urrutia escribió: “Hoy, este 19 de febrero en que se cumplen siete años de esos hechos bochornosos e inolvidables, los accionistas, directivos, socios y cómplices de Larrea y Grupo México, entre los cuales se encuentra algún ex presidente, deben estar escondidos para no mostrar la cara de cinismo y vergüenza que eternamente llevarán”.
El secretario general del PRD, Alejandro Sánchez Camacho, se sumó a las críticas y exigió a las autoridades realizar una investigación seria al considerar que “no hay responsables sentenciados ni tampoco ha sido reparado el daño de manera satisfactoria”. Por ello, el perredista demandó a la administración de Enrique Peña Nieto “escuchar y resolver las legítimas demandas de familiares y deudos de los 65 mineros que perdieron la vida en aquel trágico 19 de febrero de 2006, en lugar de proteger los intereses de Larrea y accionistas de Grupo México”.
En la Ciudad de México, integrantes de Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana organizaron una manifestación para exigir, entre otras cosas, mejoras en las medidas de seguridad por parte de las empresas mineras ya que en los últimos siete años han muerto 94 mineros a causa de la inseguridad en las minas.
Un par de días después del aniversario, el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida, anunció que la dependencia solicitó formalmente a la Procuraduría General de la República realizar el peritaje necesario para determinar si es posible rescatar los 63 cuerpos que permanecen dentro de la mina desde el accidente.
CINEMEX LE PISA LOS TALONES A CINÉPOLIS
Pero ni todas las críticas ni el ruido por el aniversario de la tragedia en Pasta de Conchos restaron atención a una noticia previa: la compra de los 31 establecimientos –con un total de 290 pantallas de exhibición– que la cadena estadounidense Cinemark poseía en México por parte de Cinemex, otra empresa propiedad de Larrea. El monto de la transacción no fue revelado, pero se sabe que durante el 2012 reportaron ingresos por 73.7 millones de dólares y utilidades netas por 7.9 millones de dólares.
La operación provocó molestia en algunos sectores de la industria. Para Víctor Ugalde, presidente de la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores de Obras Audiovisuales, “la concentración es maléfica para la selección pública y para la programación equitativa. Sin duda, la Comisión Federal de Competencia (CFC) debería rechazar la operación, pues es negativo y afecta la libre competencia”.
El productor León Zemet también habló al respecto: “Lo veo muy peligroso pues la exhibición cinematográfica se concentrará en un duopolio, donde el público tendrá menos opciones para elegir; en lo que respecta al cine mexicano, tendremos menos puertas para presentar nuestras películas y tendremos que adecuarnos al me gusta o no me gusta de sólo dos programadores”.
Pero otros como Manuel Molano, director general adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad, no creen que la operación sea una mala noticia. “Es un tema interesante donde la autoridad deberá revisar si la empresa dominante abusa de su poder de mercado. Pero creo que si fortaleces al competidor, esto ayuda a que la competencia sea más intensa. Tampoco creo que en el tema del precio el boleto cambie (aumente) porque el negocio no es ése, es todo lo que se vende adentro”, dijo.
La operación se suma a otros intentos por parte de Cinemex para controlar una mayor parte del mercado. En 2008, la empresa de Larrea pagó 3 mil 500 millones de pesos por los 44 complejos cinematográficos de MMCinemas, y el año pasado, durante los primeros días del mes de abril, Cinemex adquirió las 14 salas de Cinemas Lumiere.
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