La complejidad de la producción y la originalidad del guión han convertido a El Agente Topo en el primer documental propuesto por la academia chilena para los premios Óscar y reafirma a la directora como una de las más prometedoras de la consolidada industria del cine del país suramericano.
El documental tendrá un estreno en México a través de la plataforma de Netflix el próximo 19 de febrero.
Santiago de Chile, 22 ene (EFE).- Acostumbrada a arriesgar con cintas que no se suelen ver en los grandes festivales, la cineasta chilena Maite Alberdi, nacida en 1983, se ha vuelto a colar en la categoría a mejor película iberoamericana de los Goya con El Agente Topo, un entrañable filme que nos reconcilia con la ancianidad.
La historia de Sergio, un tragicómico octogenario que ejerce de espía en una residencia de la tercera edad para averiguar posibles malos tratos, es la nueva apuesta de esta directora que ya encandiló al público del Festival de Sundance (EU) y San Sebastián y que se alista ahora como una posible nueva favorita en el certamen español.
Con su habitual sensibilidad y su pasmosa capacidad de mezclar humor y drama para retratar la crudeza de la vida, Alberdi vuelve a hacer protagonistas a los adultos mayores, un tema que ya había retratado en La Once (2016) -también nominada al Goya-, con el objetivo de “romper los estereotipos de la ancianidad”.
“Siempre hemos tenido el mismo discurso sobre los adultos mayores en el cine, como trágico, y eso tiene que cambiar. La madurez también está llena de humor y cosas maravillosas”, explicó este jueves en una entrevista a Efe.
La complejidad de la producción y la originalidad del guión han convertido a El Agente Topo en el primer documental propuesto por la academia chilena para los premios Óscar y reafirma a la directora como una de las más prometedoras de la consolidada industria del cine del país suramericano.
P (Pregunta): ¿Cómo se te ocurrió relatar una historia tan peculiar?
R (Respuesta): Todo empezó en 2015. Mi intención inicial era hacer un film noir sobre detectives, y así llegué a Rómulo (uno de los personajes del filme). Él me explicó que había muchos casos de investigaciones en hogares de ancianos y me di cuenta de que así podía contar mi historia de un espía.
P: No tiene que ser fácil rodar un documental sobre un detective privado…
R: Como yo tenía películas anteriores sobre adultos mayores, me inventé que estaba haciendo una nueva y así pude meterme en la residencia y pude filmar a Sergio, el espía infiltrado, sin estropear su investigación. Nadie iba a sospechar.
P: ¿Por qué retomas el tema de la ancianidad? ¿Qué te atrae de él?
R: Me atrae que es una edad en la que pasan muchas cosas. Lo de que a los ancianos no les ocurre nada es un mito. Los abuelitos están en constante cambio, aprovechando la vida. Y ante la cámara, con el paso del tiempo, se pueden apreciar los cambios que experimentan. Eso es muy atractivo de filmar.
P: ¿Tiene el cine una deuda con nuestros adultos mayores?
R: Totalmente. Siempre hemos tenido el mismo discurso sobre los adultos mayores en el cine, como trágico, y eso tiene que cambiar. La madurez también está llena de humor y cosas maravillosas. Nos hacen falta personajes que rompan los estereotipos de la vejez, que la llenen de matices y nos permitan no tenerle tanto miedo.
P: ¿Cuánto de realidad y cuánto de ficción hay detrás de esta historia?
R: Para mí esta película es totalmente documental porque no hay ningún actor y todo lo que pasa es real. Es cierto que sí existe una ficción construida a partir de la realidad y los personajes cumplen ciertos estereotipos, pero hoy en día los documentalistas tenemos más libertad estilística.
P: ¿Sigue existiendo la diferencia entre el género documental y realidad?
R: No… Tenemos cruces, los géneros se imitan e “hibridan”. La industria hoy en día está abierta a experimentar y por primera vez vemos que los documentales compiten a la par que las películas de ficción en los festivales. Esto es un diagnóstico de que la industria está cambiando.
P: ¿Qué es lo que sigue haciendo falta cambiar dentro de la industria de cine chileno?
R: El cine chileno es una marca ya consolidada que ha crecido como una industria muy diversa, con muchos rostros que nos hemos apoyado, aunque todavía falta visibilizar el rol de las mujeres y sigue siendo una industria muy machista que requiere un cambio de mentalidad.
P: ¿Qué expectativas hay de cara a los Óscar?
R: No tengo ninguna expectativa, tengo tranquilidad y estoy muy contenta de haber trabajado con un equipo que lo ha dado todo y que ha invertido harto tiempo para hacer la campaña.