México hubiera podido simplemente rehusarse a aceptar a migrantes no mexicanos, tal como lo ha hecho históricamente. Pero el anuncio de esta semana, de 10 mil 600 millones de dólares en ayuda estadounidense para desarrollo, y la relación entre AMLO y Trump al parecer allanó el camino. Es la misma relación que ayudó a resolver las negociaciones varadas sobre el tratado de libre comercio entre México, EU y Canadá.
Por Marko Álvarez y Mark Stevenson
Tijuana, México, 21 de diciembre (AP).— La disponibilidad de México de aceptar a migrantes que quieren solicitar asilo en Estados Unidos mientras se procesan sus peticiones parece ser otro indicio de la luna de miel en boga entre el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y su homólogo estadounidense Donald Trump, aunque esto también preocupa a algunos funcionarios que ya tienen a miles de migrantes centroamericanos en sus ciudades fronterizas.
México hubiera podido simplemente rehusarse a aceptar a migrantes no mexicanos, tal como lo ha hecho históricamente. Pero el anuncio de esta semana, de 10 mil 600 millones de dólares en ayuda estadounidense para desarrollo, y la relación entre ambos presidentes al parecer allanó el camino. Es la misma relación que ayudó a resolver las negociaciones varadas sobre el tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá.
“Ahorita es una luna de miel, en parte porque esta uno más a la izquierda y otro más hacia la derecha, tienen cosas en común: el proteccionismo, el de anti-sistema, el anti-establishment, el nacionalismo de cada uno”, dijo José Antonio Crespo, analista político del Centro de Investigación y Docencia Económicas de México.
Crespo resaltó que Trump se lleva mejor con López Obrador que con su predecesor conservador, Enrique Peña Nieto.
“Hasta ahorita hay una luna de miel. ¿Cuánto va a durar? Quién sabe”, agregó Crespo.
México, entre tanto, tiene problemas para decir cómo albergará y protegerá a una población que podría sumar decenas de miles de migrantes centroamericanos que podrían terminar en sus ciudades fronterizas con Estados Unidos. Ciertamente no está listo para albergar tantos migrantes.
Tonatituh Guillén, jefe la agencia migratoria de México, dijo: “En el corto plazo, el Instituto Nacional de Migración no tiene la capacidad para operar este tipo de programa … La legislación que nos regula, que es la Ley de migración, tampoco nos favorece”.
México ya está albergando a miles de centroamericanos que llegaron como parte de una caravana migrante en noviembre. Migrantes como el guatemalteco Luis Miguel Conde manifestaron estar desalentados por el anuncio del jueves. Conde estaba en Tijuana con su esposa y dos hijos para pedir asilo en Estados Unidos.
Actualmente, Tijuana es el cruce fronterizo más popular entre los migrantes que están allí esperando presentar sus solicitudes de asilo con las autoridades migratorias, pero la ciudad fronteriza ya parece preocupada por problemas de vivienda después de que en noviembre llegaran más de siete mil migrantes.
La policía municipal realizó una redada el jueves por la madrugada para desalojar a migrantes que no querían salir de un albergue y ser trasladados a otra instalación más alejada de la frontera y estaban acampados en una calle del centro de la ciudad, a unas cuadras de la frontera. Policías antimotines subieron a unas 120 personas a autobuses y los llevaron al refugio Barretal, ubicado a unos 22 kilómetros (14 millas) del cruce fronterizo de San Ysidro. Las autoridades arrestaron a unas dos docenas de migrantes que rehusaron ser reubicados.
“Tuvimos que detener a 24 personas que no aceptaban desalojar la vía pública y detectamos algunos que estaban consumiendo drogas ilegales”, dijo el jefe de policía de Tijuana Marco Sotomayor.
César Palencia, director de asuntos migrantes de la municipalidad, reaccionó con sorpresa al anuncio que el Gobierno federal hizo el jueves sobre el albergue de migrantes solicitantes de asilo.
“¿Cómo se haría? ¿Por cuánto tiempo? ¿Cuántas personas? No conocemos la estrategia ni la dinámica, ni si se han hecho estudios del alcance” de esta decisión, afirmó en conversación telefónica con AP. “Somos respetuosos de la decisión del Gobierno federal, pero sí pedimos que venga con una estrategia de recursos y personal”.
El asistente de asesor legal para el departamento de Relaciones Exteriores de México, Alejandro Celorio, dijo que no habrá centros de detención para migrantes.
“No estarán recluidos”, aseveró.
Pero Celorio no precisó si es que los refugios, como el ex local de conciertos Barretal en Tijuana, serían renovados, ampliados o convertidos en albergues permanentes – y qué fondos serían usados para estos refugios.
La única estrategia que el Gobierno federal de México ha lanzado hasta ahora es una “campaña contra la xenofobia” por radio y televisión, anunciada el jueves, para combatir el prejuicio y rechazo a los migrantes.
Los más indignados fueron los activistas estadounidenses de migración, pero del lado mexicano solo hubo silencio, en parte debido a que el Gobierno de López Obrador aparentemente hizo un buen trabajo al mostrar la decisión como una medida humanitaria para proteger migrantes.
“Hay un segmento de mexicanos, quizá los que andan en situaciones mejores, que no se siente amenazados por los migrantes, que pueden decir, ‘Esta bien, hay que se humanitarios, hay que ser solidarios'”, indicó Crespo, el analista. “Pero a los que están en una situación de estar buscando trabajo, quizás no les guste”.
En general, va a ser difícil que los oponentes acusen a un nacionalista de hueso colorado como López Obrador de ser demasiado pro-estadounidense.
“¿Quién se puede para en el Congreso y decir, ‘Estás vendiendo al país’?”, dijo Federico Estévez, profesor de ciencias políticas del Instituto Tecnológico Autónomo de México. “Él (López Obrador) podría absorber el costo, pero es un relativo pequeño precio para sacar el cuello de la horca en cuanto al tema migratorio”.
“No creo que puedas encontrar en México una buena postura coherente en contra de estas concesiones”, agregó Estévez. “Creo que de este lado no hay un electorado muy fuerte” en favor de los migrantes centroamericanos.