Azotadores

21/12/2014 - 12:05 am

Caminar por debajo de los árboles a finales de la primavera o principios del verano en algunas regiones, puede ser una actividad peligrosa. En muchas ocasiones tocamos una rama o rozamos las hojas y sentimos un escozor muy fuerte asociado con haber tocado a alguna oruga peluda conocidas normalmente como azotadores o gusanos quemadores. Los azotadores son orugas cubiertas de pelos que resultan irritantes al contacto con la piel, el grado de la irritación depende de la susceptibilidad de la víctima, pero para algunas personas pueden incluso ocasionar vómito, calambres musculares, convulsiones y lesiones muy dolorosas. Los azotadores presentan estas estructuras como defensa ante los depredadores, los pelos urticantes las protegen de pájaros y lagartijas.

            Los azotadores son la fase juvenil de varias especies de Lepidópteros, que después de la metamorfosis dan lugar a polillas voladoras. En realidad este tipo de organismos son bastante raros, pues se han descrito 150,000 especies de polillas y mariposas, y solamente 150 se sabe que son urticantes; por lo que es recomendable saber que existen y no tocarlas pero no son tan comunes como para ser un problema de salud pública generalizado. Entonces es muy importante tomar conciencia de que los azotadores se convertirán en mariposas o polillas y la existencia de éstas es fundamental para que los procesos de polinización que permiten la reproducción de las plantas continúen, matar azotadores implica matar mariposas y polillas.

El grupo de los azotadores no es monofilético, es decir que no pertenecen todas a un solo linaje, y por lo tanto hay especies con estas características en varias familias de mariposas y presentan mucha diversidad en los tipos, formas y coloración de los pelos. Algunas especies de azotadores tienen historias maravillosas asociadas, por ejemplo la llamada Wolly bear Caterpillar (su nombre en latín es Pyrrharctia isabella) que vive en las regiones norteñas de Estados Unidos y Canadá. Esta especie vive en lugares tan fríos con veranos cortos que toma 14 años en volverse adulto, necesita  hasta 14 veranos para poder comer y crecer lo suficiente para hacer su capullo y realizar la metamorfosis. Por lo que este longevo azotador tiene la capacidad de congelarse durante el invierno y seguir comiendo y creciendo durante el verano. Para lograr sobrevivir a la congelación, esta especie tiene sustancias anticongelantes dentro de sus células que le permiten mantenerse en hibernación congelada sin morir. Es tan curioso y carismático este azotador que los indios del norte pronostican la severidad del invierno por venir dependiendo del grosor de las bandas negras y cafés que cubren a estos bichos. Otra especie curiosa pero terrorífica es originaria del sur de Brasil, se llama Lonomia obliqua y esta si es de cuidado puesto que su quemadura puede llegar a ser fatal en personas susceptibles. En la regiones donde habita se le tiene bien identificada y lo pobladores locales la evitan.

            Los pelos urticantes de los azotadores son huecos y están conectados con unas glándulas secretoras de sustancias defensivas, estos compuestos son de diferentes naturalezas pero provocan la secreción de histaminas en el cuerpo de la gente afectada, y por ello desencadenan una reacción alérgica. Médicamente los accidentes causados por la quemadura de estas orugas se llaman “erucismo” (del latín eruca que quiere decir oruga), para tratarlos se recomienda utilizar compresas frías, lavar con agua y también se reporta que el vinagre puede aminorar el dolor de la quemadura puesto que cambia el pH y detiene el efecto de las sustancias urticantes, si la oruga dejó algunos pelos encajados en la piel, se recomienda utilizar cinta adhesiva para removerlos; y si la dermatitis desencadena otro tipo de reacciones se recomienda acudir al médico.

Hay que mencionar también que no todas las orugas con pelos son urticantes, pero para prevenir un accidente es mejor no tocarlas, y si están muy interesados en conocerlas o retirarlas de un árbol utilicen un palito o guantes para evitar un contacto indeseado.

Ahora conocen un poco mas de estos bichos maravillosos, y espero que el conocerlos mejor ayude a los azotadores a seguir existiendo en este planeta por muchos años más, su existencia permitirá que los ecosistemas sigan funcionado y en particular que la polinización de muchas plantas esté asegurada.

Ek del Val de Gortari
Soy bióloga egresada de la UNAM y después realicé un doctorado en ecología en el Imperial College del Reino Unido. Actualmente trabajo en el Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM en Morelia y coordino la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la ENES-Morelia también de la UNAM. Dedico mis días a tratar de entender cómo funcionan las interacciones entre las plantas y los herbívoros que se las comen. Me gusta trabajar en las selva y también estoy interesada en entender como se modifican las interacciones entre especies cuando hay alteraciones en los ecosistemas, por lo que estoy trabajando en campos agrícolas y en ambientes restaurados. Considero que la visión que la ciencia aporta a la vida cotidiana es muy importante, por eso me gusta escribir textos de divulgación científica y procurar que un mayor número de gente conozca las maravillas que hemos aprendido y descubierto. En particular escribo sobre bichos porque son seres considerados abominables en el inconciente colectivo, que cuando nos detenemos un poco a observar y entender mejor, se vuelven maravillosos.
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