El pasado domingo, Argentina vivió una jornada política extraordinaria. El candidato del partido ” La Libertad Avanza”, Javier Milei, derrotó por una diferencia de más de diez puntos porcentuales al candidato del Kirchnerismo peronista y actual Ministro de Economía, Sergio Massa.

Lo primero que hay que destacar es la forma en que se equivocaron las encuestas, que habían pronosticado un resultado mucho más reñido. Esto, sin duda, debe de ser una lección para nuestro país, mientras nos acercamos a nuestras elecciones federales en 2024.

En tanto que conocemos más detalles, por ahora se pueden decir algunas cosas. Es claro que los argentinos castigaron la ineficiencia, incapacidad y corrupción del gobierno encabezado por Alberto Fernández. La verdad sea dicha, el escenario económico es más que preocupante: el PIB argentino cayó 1,6% este año, la pobreza supera ya el 40% y la inflación alcanza ya el 142,7% interanual. Es difícil que un gobierno pueda triunfar con estos resultados.

A esto hay que agregar los continuos escándalos de corrupción que caracterizaron la administración del kirchnerismo en el poder.

Indudablemente, Milei supo hábilmente representar al candidato antisistema, tanto en su propuesta de gobierno – una variante del anarco-capitalismo libertario – como en su estilo estrambótico y exagerado. Veremos si Milei será lo suficientemente virtuoso como para moderarse ya en el ejercicio del Gobierno.

El triunfo de Milei podría tener un efecto sísmico en el panorama político latinoamericano, pues Argentina sigue siendo una de las grandes naciones en la región. Con la victoria de “La Libertad Avanza” se detiene lo que parecía una ola de victorias de la izquierda populista que había caracterizado a la región en los últimos años. Junto con el triunfo de la derecha liberal en Ecuador este año, la victoria de Milei podría dar lugar a un nuevo orden geopolítico en América Latina. Por lo pronto, se auguran tensiones entre el nuevo régimen argentino y el Brasil de Lula, el grupo de países bolivarianos y Cuba.

Será interesante saber si el libertarianismo de Milei podría exportarse a otros países o será sólo un fenómeno local. Eso dependerá, en buena medida, del éxito de su implantación en Argentina.

En cuanto a México, la elección en Argentina ofrece importantes aprendizajes. En primer lugar, la lección de que intentar una elección de Estado desde el poder no siempre tiene éxito. Las sociedades pueden rechazar a Gobiernos aparentemente muy poderosos si consideran que estos no representan sus intereses.

En segundo lugar, quizás la sociedad mexicana, como la argentina, esté lista para apoyar a una candidatura que ofrezca una alternativa real y clara frente al obradorismo.

Finalmente, es de destacar el gesto cívico del candidato derrotado en los comicios argentinos, Sergio Massa, al reconocer su derrota, incluso antes de que se anunciaran los resultados oficiales, demostrando su vocación democrática.

Esperemos que ese comportamiento se repita en el caso mexicano, el día de la elección del próximo año. Aunque nada hace pensar que ese pueda ser el caso, si el obradorismo pierde la elección. Se necesitará un gran ejercicio de madurez política si queremos que en 2024 haya un traspaso del poder de manera pacífica, cívica y democrática.

Gustavo de Hoyos Walther

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Abogado y empresario. Ha encabezado diversas organizaciones empresariales, comunitarias, educativas y filantrópicas. Concentra su agenda pública en el desarrollo de líderes sociales (Alternativas por México), la participación ciudadana en política (Sí por México) y el fortalecimiento del estado de derecho (Consejo Nacional de Litigio Estratégico).

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