La Administración de Control de Drogas (más conocida por sus siglas en inglés, DEA) y fiscales federales descubrieron una sofisticada operación delictiva internacional triangular en la que los cárteles de las drogas mexicanos usan a ciudadanos chinos que viven en Estados Unidos para hacer llegar sus ganancias al sur de la frontera. En el proceso, los chinos consiguen efectivo en Estados Unidos, al que de otra manera no tendrían acceso por las nuevas restricciones bancarias en China.
Por Conrad Wilson, Oregon Public Broadcasting
PORTLAND, Oregon, EU (AP).— Las autoridades de Oregon dicen que desbarataron un complejo plan para convertir en pesos las ganancias obtenidas por los cárteles mexicanos de las drogas en Estados Unidos usando ciudadanos chinos que burlan las leyes financieras de su país.
Se aprovechan de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que según las autoridades hizo que aumentase la demanda de dólares estadounidenses de parte de ciudadanos chinos ricos que viven en el exterior, en vista de que China endureció sus regulaciones bancarias.
Fiscales federales de Oregon acusaron el mes pasado a Shefeng Su, de 39 años, Xinhua Li Yan, de 46 –ambos residentes en Portland– y a Xiancong Su, de 39 años, de lavar unos 29 millones de dólares entre octubre del 2015 y marzo del 2018. Los tres recorrieron el país vendiendo grandes cantidades de dólares producto del tráfico ilegal de drogas a otros ciudadanos chinos que viven en Estados Unidos, según los fiscales.
Ninguno de los tres está detenido y se cree que ya no están en Estados Unidos, dijeron funcionarios federales al Oregon Public Broadcasting. Ningún abogado representa a los tres chinos, según los archivos del caso. Los tres fueron acusados de conspirar para lavar dinero en Oregon y en otros siete estados.
“Lo que nos dice esta acusación es que los especialistas en lavado de dinero emplean métodos cada vez más sofisticados”, expresó la Fiscal federal adjunta Katie de Villiers, a cargo de la división de recuperación de bienes y de lavado de dinero del distrito de Oregon.
El 4 de febrero del 2017 la policía de Texas detuvo a Shefang Su y a Xiancong Su. Tenían consigo casi 1.3 millones de dólares en efectivo. “El dinero estaba empacado al vacío y había billetes sueltos que según perros de la policía olían a drogas”, dice la acusación.
El 2 de febrero del 2018, Shefeng Su recogió unos 500 mil dólares en un bolso de lona en un estacionamiento de Atlanta. Días después Su “coordinó la entrega de una gran cantidad de efectivo en Flushing, Nueva York, por parte de un sujeto posteriormente arrestado durante la confiscación de varios kilos de fentanilo”, expresaron los fiscales en su presentación.
Los fiscales dicen que los tres individuos coordinaron unas 300 entregas de efectivo en todo el país, en ciudades que como Detroit, Los Ángeles, Boston, Chicago, Fort Worth, Houston, el barrio neoyorquino de Brooklyn y Atlanta.
La Administración de Control de Drogas (más conocida por sus siglas en inglés, DEA) y fiscales federales descubrieron una sofisticada operación delictiva internacional triangular en la que los cárteles de las drogas mexicanos usan a ciudadanos chinos que viven en Estados Unidos para hacer llegar sus ganancias al sur de la frontera. En el proceso, los chinos consiguen efectivo en Estados Unidos, al que de otra manera no tendrían acceso por las nuevas restricciones bancarias en China.
Las leyes bancarias mexicanas, a su vez, permiten depositar un máximo de 4 mil dólares por mes en cuentas de México.
“Eso no es suficiente para las organizaciones de traficantes de drogas”, dijo de Villiers. Los cárteles necesitan convertir los dólares en pesos para poder disponer de sus ganancias a México.
Paralelamente, las leyes de fuga de capitales de China permiten a los chinos que viven en el exterior acceder a sólo 50 mil dólares por año de sus cuentas bancarias, lo que también es insuficiente para un chino rico, de acuerdo con de Villiers.
La relación entre los chinos de Estados Unidos y los cárteles mexicanos de las drogas data de hace casi 20 años, según las autoridades.
“El aspecto geopolítico es nuevo”, manifestó Cam Strahm, agente de la DEA en Oregon.
La guerra comercial entre China y Washington hizo que aumentase la demanda de dólares entre los chinos que viven en Estados Unidos. En el pasado había formas de burlar la regla de los 50 mil dólares anuales, pero la guerra comercial hizo que se aumentasen los controles, señaló de Villiers.
“Hemos notado un incremento en la demanda de la divisa estadounidense por parte de chinos aquí en Estados Unidos en los últimos tres años”, dijo de Villiers.
Su, Li Yan y Su hacían de intermediarios. Tomaban las ganancias de los cárteles y vendían el efectivo a chinos, según la acusación. Acto seguido los compradores hacían transferencias bancarias desde sus cuentas en China a cuentas de Su, Li Yan o Su. No hay límite a lo que se puede transferir entre cuentas chinas, de acuerdo con de Villiers.
Los fiscales afirman que más de 19 millones de dólares fueron transferidos entre más de 251 cuentas bancarias chinas en el marco de este complot.
Los mediadores –como Su, Li Yan y Su– compraban luego mercancías en China –aparatos electrónicos y ropa, sobre todo– y la enviaban a miembros de los cárteles en México, donde eran vendidas. Se completaba así la conversión de los dólares obtenidos en Estados Unidos en pesos mexicanos que se pueden depositar en bancos de México.
“Estos no son los tres líderes de una organización”, dijo Strahm. “Son tres miembros de una organización, pero hay otros que siguen haciendo lo mismo”.