Francisco Ortiz Pinchetti
21/09/2018 - 12:04 am
Agua, el gran reto de Claudia Sheinbaum
Buena señal envía Claudia Sheinbaum Pardo al colocar como prioridad de su administración el tema del suministro de agua potable para la capital.
Buena señal envía Claudia Sheinbaum Pardo al colocar como prioridad de su administración el tema del suministro de agua potable para la capital. La jefa de Gobierno electa parece tener bien claro que se trata literalmente de una cuestión de vida o muerte para los nueve millones de habitantes de la Ciudad de México. También, que la solución está en primera instancia en la renovación de la red de distribución, cuyo deterioro provoca que se pierda en fugas más del 40 por ciento del caudal.
Por lo pronto, anunció hace unos días la asignación adicional de siete mil millones de pesos al presupuesto del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM) en 2019, para empezar a atender en serio el problema de las fugas. Algo que no tiene precedentes.
La morenista, licenciada en Física y doctora en Ingeniería Ambiental, desecha de entrada la perforación de pozos de extracción, que además de estar prohibidos por la Ley constituyen un crimen ecológico y una amenaza para la estabilidad de la metrópoli, como nos lo demostraron los daños causados por el sismo de hace justamente un año. El acuífero está sobreexplotado y lo que se requiere no es extraer más agua, sino inyectarla al subsuelo a través de pozos de absorción que aprovechen el agua residual y la abundante lluvia que cae y se pierde lastimosamente en el drenaje de una ciudad asfaltada, con muy escasas áreas verdes.
Lo mejor de todo es que Sheinbaum Pardo sabe que la improvisación y los remedios parciales no abonan a la solución de esta amenaza mayúscula, la principal que afronta la capital. Por eso, lo primero es la elaboración de un plan hídrico integral, que contemple todos los aspectos del tema. A partir de la semana próxima, expertos de la UNAM trabajarán en un proyecto ejecutivo, para lo cual se cuenta ya con un fondo de 20 millones de pesos aportados por el empresario Carlos Slim a través de su Fundación. El objetivo, ha dicho la futura gobernadora, es que el Plan esté listo desde el inicio de su gestión, el próximo 5 de diciembre.
Si algo habría que objetarle a su proyecto es que parece demasiado ambicioso el conseguir, como ella mismo lo ha dicho, que todos los capitalinos tengan agua todos los días, aunque haya matizado el sueño de que sea “las 24 horas del día”. Por supuesto ese debe ser el objetivo a largo plazo, pero la contingencia actual obliga a combatir antes que nada el desperdicio y procurar una más eficiente distribución del líquido en las 16 nuevas alcaldías. El asunto es cuestión de seguridad nacional, como lo ha advertido el ex director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), José Luis Luege Tamargo.
Así de grave.
Actualmente, la capital recibe un caudal de agua potable nada despreciable de 32 metros cúbicos por segundo. Es un chingo. El 67 por ciento de ese caudal se obtiene de fuentes subterráneas: 55 por ciento del acuífero del valle de México, a través de una red de pozos de extracción, y 12 por ciento del valle del Lerma, el cual se ubica en el Estado de México a 70 Km de la ciudad. En tanto que el caudal restante se obtiene de fuentes superficiales, tres por ciento de manantiales ubicados en la zona surponiente de la ciudad y 30 por ciento del sistema Cutzamala, el cual se encuentra en los estados de México y Michoacán, a una distancia de 124 Km de la capital. Alrededor de 15 metros cúbicos de agua se pierden en las fugas cada segundo, lo que es un dato atroz. Cada segundo.
Luego de reunirse en el Instituto de Ingeniería de la UNAM con Ramón Domínguez quien encabeza el equipo del proyecto de agua, Sheinbaum Pardo reiteró su decisión de ya no perforar nuevos pozos de extracción y en cambio se comprometió a construir un sistema de captación de agua de lluvia para combatir la carencia de este líquido; a modernizar e innovar el sistema de distribución de agua potable y fomentar la creación de jardines infiltrantes.
Un punto que no ha abordado directamente es el del manejo transparente del recurso hídrico, que durante décadas ha sido objeto de una manipulación infame generalmente en razón de intereses políticos y aun electorales. Esto se agudizó durante los dos últimos gobiernos perredistas de la capital.
Durante esos 12 años, el SACM ha estado en manos de Ramón Aguirre Díaz, un ingeniero civil cuya labor se caracterizó por la opacidad y las mentiras. Indistintamente, según las circunstancias políticas, achacaba las causas de la escases de agua a deficiencias en el suministro del Sistema Cutzamala, a problemas técnicos en la red de pozos de extracción, a la pérdida de presión ocasionada por las fugas, a la proliferación de nuevas construcciones y, en tiempos recientes al supuesto sabotaje perpetrado por manos criminales que cerraban las válvulas con objetivos políticos, como dañar la imagen pública de Mancera Espinosa o del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Afortunadamente, Sheinbaum Pardo descartó de entrada la posibilidad de que Aguirre Díaz siga en el cargo y designó como futuro director del SACM al doctor Rafael Carmona Paredes, un especialista con más de 35 años de experiencia en ingeniería hidráulica. De paso aseguró que el Sistema se convertirá en un organismo descentralizado, para garantizarle mayor autonomía. Y esas son otras buenas señales. Válgame.
@fopinchetti
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