Esta semana el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador declaró que México está “en bancarrota”, lo que fue refutado por políticos y analistas. Sin embargo, la percepción que tienen los mexicanos sobre su situación económica y la de su país parece acercarse más a la del tabasqueño, de acuerdo con la más reciente encuesta del Pew Research Center, un think tank con sede en Washington.
Casi la mitad de los mexicanos cree que su economía es peor hoy que hace 20 años y el 57 por ciento mantiene la opinión de que a los niños en su país les espera un futuro económico peor que el de sus padres.
Esta percepción de los mexicanos se debe en gran parte a la desigualdad, coincidieron analistas consultados por SinEmbargo, quienes agregaron que en el país se viven dos mexicos: el de los ricos y el de los 53 millones de pobres.
Ciudad de México, 21 de septiembre (SinEmbargo).– ¿México está en bancarrota como lo declaró esta semana el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador? Si bien los indicadores macroeconómicos (PIB, tasa de interés, balanza de pago, IPC, entre otros) del país son “estables”, la percepción de una gran parte de los mexicanos no es tan optimista.
La más reciente encuesta del Pew Research Center, que incluye a 27 naciones de todo el mundo, arrojó que el 40 por ciento de los mexicanos cree que su economía es peor hoy que hace 20 años y el 57 por ciento mantiene la opinión de que a los niños en su país les espera un futuro económico peor que el de sus padres.
Los resultados de este ejercicio demoscópico parecen acercarse más a la opinión del tabasqueño que a la de los empresarios y analistas, quienes refutaron las declaraciones de López Obrador y presentaron algunos números: el PIB en los últimos 18 años tuvo una tasa promedio de aumento de 2.52 por ciento anual, de acuerdo con cifras del Banxico; la inflación subyacente (la que no incluye productos agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por el Gobierno) es de 8.8 por ciento. En el caso de los salarios, el mínimo diario pasó de 64.76 a 88.36 pesos, y la pobreza pasó de 44.40 a 43.60 por ciento de la población entre 2008 y 2016, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
Esta estabilidad económica, sin embargo, parece no llegar a todos los mexicanos y eso se debe en gran parte a la desigualdad, coincidieron analistas consultados por SinEmbargo, quienes agregaron que en el país se viven dos mexicos: el de los ricos y el de los 53 millones de pobres.
“Si le preguntas a Carlos Slim si el país está en crisis, ¿qué va a responder? El dirá que no. Al igual que si se le pregunta a los 10 más grandes de la Bolsa de Valores que especulan y hacen dinero. Depende del México que hablamos, del de las ganancias o el de casi 60 millones de personas en pobreza”, dijo a SinEmbargo Alfredo Bravo Olivares, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo con la encuesta del Pew Research Center, publicada esta semana, en México, el 40 por ciento cree que la situación financiera de las personas en su país es peor hoy que hace 20 años, el 40 por ciento dice que no cambió y sólo el 16 por ciento piensa que es mejor.
La mala percepción de los mexicanos sobre su economía personal está por arriba de la media (38 por ciento) de entre las naciones emergentes, sólo detrás de Brasil (43 por ciento), Kenia (46 por ciento) y Túnez (75 por ciento).
Al cumplirse una década de la crisis financiera de 2008, la encuesta del Pew Research Center, un think tank con sede en Washington, reveló que persiste el pesimismo sobre el futuro entre los mexicanos, al igual que la sensación de que las condiciones económicas fueron mejores antes de la crisis.
En 15 de las 27 naciones encuestadas por el Pew, una pluralidad dice que la situación financiera de las personas promedio en su país es peor hoy que hace 20 años. Las pluralidades en siete países creen que las cosas son mejores hoy en día.
Entre las economías avanzadas encuestadas, sólo en Polonia, Suecia y Corea del Sur las mayorías creen que las finanzas de las personas están mejor hoy que hace dos décadas. Al mismo tiempo, las mayorías en Grecia, Italia, España y Francia dicen que las finanzas personales no son tan buenas.
El sentimiento en los mercados emergentes no es mucho mejor. Solo en India e Indonesia el público expresa la opinión de que la situación financiera de las personas promedio es mejor hoy en día. Tres cuartas partes de los tunecinos y cuatro de cada diez o más kenianos, brasileños y mexicanos dicen que las cosas son peores.
“Creo que la percepción de los mexicanos se debe a que los estándares de vida en México no han cambiado mucho en los últimos 20 años. Cuando hablamos de algunas variables macroeconómicas como el PIB percápita y la distribución del ingreso, no vemos que haya ocurrido un crecimiento importante en las personas”, explicó Diego Castañeda, economista por la Universidad de Londres.
Para Sergio Zorrilla, doctor en Economía por la Universidad de Viena y ex economista de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el pesimismo de los mexicanos sobre su economía actual y sus expectativas es porque perciben que su Gobierno no ha hecho bien las cosas.
“Los mexicanos tenemos la percepción de que nuestro dinero público ha sido tirado a la basura, se ha mal gastado. Las pocas inversiones en infraestructura no han sido las correctas. No se preconizó la inversión pública en el país, por ejemplo”, indicó.
De acuerdo con los analistas, la mayoría de las personas percibe, y en parte es cierto, su economía no ha mejorado en estos últimos años, mientras que el de las de las personas más ricas se ha incrementado.
“En México hay un grupo muy pequeño que está en la cúspide (ricos) y de ahí se abre dos mexicos, uno, el que se beneficia de este orden (clase media) y el otro, que es la mayoría, es donde están los pobres. Sin embargo, puedes ver personas que se consideran de clase media, pero en realidad no lo son porque si se quedan sin empleo dos tres meses caen en la línea de la pobreza, no tienen una acumulación de activos o fondos de reserva”, detalló Sergio Saldaña.
Para el economista Diego Castañeda, “lo que la gente piensa es que sí hay beneficios económicos, pero sólo son para algunas personas. La mayoría no ha visto mejorar de forma sistemática sus ingresos y a lo largo del tiempo se ha perdido el poder adquisitivo, sobre todo en los que ganan el salario mínimo”, mencionó Castañeda.
De acuerdo con una investigación publicada en febrero por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la administración del Presidente Enrique Peña Nieto el salario real (lo que se puede comprar con el salario mínimo utilizando la medición de la Canasta Alimenticia Recomendable) ha perdido el 13.42 por ciento del poder adquisitivo, la cifra más alta en los últimos tres sexenios.
La Canasta Alimenticia Recomendable está conformada por 40 alimentos.
En el estudio “México 2018: otra derrota social y política a la clase trabajadora; los aumentos salariales que nacieron muertos”, los especialistas de la UNAM expusieron que en 1987 se requería laborar cuatro horas con 53 minutos para obtener la Canasta Alimenticia Recomendable, mientras que para el 26 de octubre de 2017 eran necesarias 24 horas con 31 minutos.
¿QUÉ PIENSAN DE LA ECONOMÍA DEL PAÍS?
Respecto al estado de ánimo económico actual, los datos de opinión pública a largo plazo en los mercados emergentes son menos completos, pero sugieren que los buenos sentimientos sobre la economía pueden haber llegado a su pico en algunos casos,de acuerdo con la encuesta del Pew.
En la India, por ejemplo, el 83 por ciento pensó que la economía era buena en 2017, pero el 56 por ciento piensa que las cosas van bien en 2018. En Nigeria, el 57 por ciento dio a su economía una buena calificación en 2015 y el 45 por ciento lo hace en 2018.
En México, el 40 por ciento pensó que la economía iba bien en 2014, pero sólo el 28 por ciento lo dijo este 2018, uno de los cinco porcentajes menos optimistas de los 27 países evaluados.
Los ciudadanos que habitan en Grecia fueron los menos positivos sobre la situación económica de su país, con un 4 por ciento de respuestas positivas. Le sigue Brasil (9 por ciento), Túnez (8), Italia (15) y México (28).
En contraste, los habitantes de los Países Bajos (85 por ciento), Suecia (81 por ciento), Alemania (78 por ciento), Filipinas (73 por ciento) y Polonia (69 por ciento) consideran que las condiciones económicas en sus naciones son buenas.
La encuesta del Pew consideró que las percepciones económicas actuales a menudo se filtran a través de un lente partidista basado en quién está en el poder y las inclinaciones políticas del encuestado. Por ello, dedicó un apartado en el que divide la opinión de los ciudadanos según su afinidad con el partido en el poder.
En 20 de las 27 naciones encuestadas aquellos que apoyan al partido o partidos gobernantes son más propensos a decir que la situación económica actual de su país es buena.
Este es el caso en Francia, donde el 69 por ciento de los que tienen una opinión favorable del partido gobernante piensan que la situación económica actual es buena, en comparación con el 36 por ciento de los que no son afin.
La misma dicotomía existe en Hungría: el 65 por ciento de los que apoyan al partido la Unión Cívica Húngara dan un visto bueno a su economía, mientras que el 40 por ciento de los que no lo apoyan piensan que la economía va por buen camino.
En el caso de México, sólo el 26 por ciento de los que no apoyan al partido en el poder, el Revolucionario Institucional (PRI), opina que la situación económica actual es buena y el 40 por ciento de los que son a fines al tricolor cree que es mejor.
Aunque la diferencia es sustancial entre ambos grupos, menos de la mitad de los mexicanos cree que la economía de su país es buena.
POCAS EXPECTATIVAS
De 1990 a 2017, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita ajustado a la inflación, calculado según la paridad del poder adquisitivo (PPA), mejoró drásticamente en la mayoría de las naciones, según datos del Banco Mundial.
Pero en muchas economías avanzadas, las expectativas de que tal buena fortuna económica continúe en la próxima generación están notablemente ausentes. Una mediana del 56 por ciento en las 18 naciones relativamente acomodadas encuestadas realmente espera que los niños de su país estén peor financieramente que sus padres. Sólo el 34 por ciento piensa que estarán mejor.
En México, el 57 por ciento de los encuestados mantiene la opinión de que los niños de hoy en día en su país no crecerán mejor económicamente que sus padres y sólo el 36 por ciento opina que estará mejor.
“Para cambiar la percepción de los mexicanos se necesita que la economía crezca. Con la tasa de crecimiento que hoy tenemos es imposible mejorar los temas de desigualdad. Se necesita hacer que la economía comience a crecer poco más del 2.4 por ciento”, consideró el economista Diego Castañeda.
Un segundo punto, agregó, es asegurarse que ese mayor crecimiento tenga mayor distribución, parte de eso requiere que se creen más y mejores empleos, que la gente tenga la percepción de que su trabajo está bien remunerado”.
Este jueves, el Grupo de Economistas y Asociados (GEA) presentó los resultados de su más reciente estudio “México: política, sociedad y cambio. Escenarios Políticos”, en el que se analizan las expectativas ciudadanas frente al nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Entre otras cosas, el estudio arrojó que más de la mitad de la sociedad mexicana (57 por ciento) cree que el país cambiará para bien con el nuevo gobierno y 48 por ciento piensa que mejorarán los ingresos de sus familias.
La ciudadanía espera también que los cambios se den en un plazo relativamente corto, pues 47 por ciento considera que deberán ocurrir en el transcurso del primer año de gobierno.
Para el economista Sergio Saldaña, el reto del próximo gobierno se encuentra en hacer un diagnóstico temprano de la problemática del país. Se debe hacer una evaluación socioeconómica de los proyectos de inversión y revisar el tema de la inseguridad, la cual frena las inversiones.
“Necesitamos hacer evaluaciones socioeconómicas de los proyectos, todo acompañado del entorno de condiciones de seguridad, certeza jurídica, esto es, que no se apropie el narcotráfico de tu negocio, que no interfiera en actividades del crimen organizado”, consideró.