Ciudad de México, 21 de septiembre (SinEmbargo). –El Tercer Informe de Gobierno de la administración federal, dirigida por Enrique Peña Nieto, dio cifras positivas en la mayoría de los sectores sociales y económicos del país, incluyendo avances relativos a la adopción de Tecnologías de la Información  y Comunicación (TIC). Sin embargo, expertos las califican de “erróneas” y señalan que en ese sentido la política pública en este tema “está dejando mucho que desear”.

Durante su discurso, el Presidente afirmó que la reducción en los costos de los servicios, junto a crecientes inversiones de las empresas y los nuevos puntos de acceso público, permitieron prácticamente duplicar el nivel de penetración de banda ancha inalámbrica, de diciembre de 2012 a diciembre de 2014, al pasar de 23 a 43 suscriptores por cada 100 habitantes, según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

Los datos presentados en el Tercer Informe de Gobierno, mostraron un crecimiento temporal dramático en torno a la penetración de BAM, los cuales contrastaron fuertemente con mediciones realizadas de manera independiente.

De acuerdo con la consultoría The Competitive Intelligence Unit (CIU), el alcance real es de  22.8 millones de accesos a BAM al cierre de 2014, es decir, una penetración equivalente a 18.9 por ciento de la población mexicana.

Menos de la mitad que el Gobierno federal lució en el Informe de Gobierno, pero que coincide con lo reportado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE),  detalló Radamés Camargo, del CIU.

El organismo internacional registraba que 20.9 por ciento de los mexicanos contaban con Internet móvil al cierre de 2012, mientras que para finales de 2014 este coeficiente incrementó a 42.5 por ciento, lo que se traduce en un crecimiento acumulado, en dos años, de 26.4 millones de nuevos accesos  a BAM, es decir, una tasa de crecimiento equivalente a 108 por ciento.

“El IFT por ahí dio un brinco drástico y en seis meses duplicó el número de accesos móviles, eso no sucede. Si revisas los exceles no puede crecer esa variable de la noche a la mañana al 100 por ciento. Yo creo que lo que hicieron fue abrir un poco la definición lo que es un acceso de banda ancha”, dijo a SinEmbargo el director de análisis del CIU, Gonzalo Rojón.

De acuerdo con la consultoría, la brecha sustancial entre datos abre la puerta para hacer preguntas de corte metodológico, por ejemplo, sobre si la penetración de BAM es sobreestimada en el Informe al incluir accesos de usuarios de prepago que reciben servicios de mensajería instantánea y redes sociales de manera temporal.

Gonzalo Rojón explicó que el IFT podría estar tomando cifras de acceso temporal como alcance de la penetración, pues algunas compañías dan megas si se hace una recarga, cuando no es un consumo constante.

“A lo mejor están considerando esto como un acceso a banda ancha, mientras nosotros cuando hacemos los análisis un acceso de banda ancha constante que todo el tiempo estás utilizando. Obviamente esas cifras son las que tiene el IFT y son las que usa Presidencia; son las que se mandan a la OCDE y eso, a nosotros, nos parece que son erróneas”, comentó.

Por otro lado, también expuso que si se empieza a revisar por niveles socioeconómicos y se estudia como una penetración comparada con la cantidad de personas que hay en esos niveles socioeconómicos “la verdad es que el avance es muy poco y el avance se está dando en niveles socioeconómicos altos y que eso no es por medio de una política pública”.

GASTO ENTRE NIVELES SOCIOECONÓMICOS

Los especialistas de la firma de consultoría e investigación de mercado explicaron que aunque los datos del Gobierno federal resultaran verosímiles son insuficientes si se les compara con otros países que no necesariamente han alcanzado el desarrollo, además de que la cobertura continúa mostrando rezagos entre niveles socioeconómicos menos favorecidos.

La inequidad en la distribución del ingreso impacta directamente la manera en la que los ciudadanos acceden a las TIC, las cuales abonan en la formación intelectual, social y competitiva de las personas y empresas.

De acuerdo con la datos de la consultoría, la mayoría de los mexicanos que cuentan con servicios BAM (54 por ciento) pertenecen segmentos de la población en Niveles Socioeconómicos (NSE) altos y medios altos.

Al respecto, el director de análisis del CIU detalla que se deben poner en contexto los números, pues si en México hay aproximadamente 104 millones de líneas y hay una proporción de cerca de 15 millones de personas que son pospagos, es decir que tienen plan con Internet y por lo tanto son de niveles socieoconómicos medio altos.

“¿Cuál es el mercado?, ¿cuántos de prepago pueden estar consumiendo 300 pesos, cuando la media es de 140? Cuando haces estos cruces te das cuenta que esos números no están puestos en perspectiva y la verdad es que falta análisis”, dijo Gonzalo Rojón.

Con base en esas cifras, sólo el 14 por ciento de la población tiene acceso constante a la BAM y no el 43 por ciento como dio a conocer el Presidente en su Tercer Informe de Gobierno.

Para los analistas de la consultoría, la importancia de contar con mediciones precisas en la adopción de la BAM reside en que a partir de ello es posible diseñar y ejecutar una estrategia de política pública adecuada y efectiva en alcanzar una democratización de esta tecnología de conectividad.

Aunque para los analistas de la consultoría, las políticas están ahí, hace falta una estrategia más efectiva.

“Falta ejecutarlas, se vean implementadas. La estrategia está ahí y como documento está muy padre, pero faltan acciones concretas que demuestren resultados concretos. Nosotros no los hemos visto”, dijo Radamés Camargo.

Agregó “tenemos diagnósticos en donde más de la mitad de la población ya cuenta con esta tecnología, cuál va a ser tu política para hacer llegar al otro 50 por ciento si por la acción del mercado no ha llegado. Los esfuerzos tienen que estar determinados por un diagnóstico adecuado y cómo le vamos a hacer para cubrir a la parte restante de la población”.