El Lobo mexicano, una frágil subespecie que lucha por sobrevivir a la extinción

21/07/2018 - 9:34 am

Gracias al Programa Binacional para la Recuperación del Lobo Mexicano se ha podido conservar esta especie en peligro de extinción, hoy en día existen 310 lobos en zoológicos mientras que 40 mamíferos de esta especie han sido liberados en varias zonas de Arizona, Nuevo México, Sonora y Chihuahua.

Los biólogos dedicados a esta labor están en continua y ardua observación de los lobos que siguen en cautiverio para poder asegurar su supervivencia.

Por Mariana González

Guadalajara (México), 20 de julio (EFE).- Unos 310 lobos mexicanos, subespecie de lobo gris, se encuentran protegidos en zoológicos y a cargo de entidades de México y Estados Unidos, y otros 40 viven en estado silvestre aunque amenazados por la extinción.

La veterinaria mexicana Nadya Herrán, del zoológico de Guadalajara, dijo a Efe que hay esfuerzos esperanzadores de que esta especie endémica del norte de México y el sur de Estados Unidos perdure, aunque hoy es una especie frágil.

«350 individuos es un número del que podemos estar orgullosos, pero aún hay que manejar el tema con cuidado porque cualquier enfermedad, mal manejo o mala genética puede poner de nuevo en riesgo a la población, advierte.

Gracias al trabajo de 50 instituciones mexicanas y estadounidenses vinculadas al Programa Binacional para la Recuperación del Lobo Mexicano ha sido posible conservar en cautiverio a la mayoría de los ejemplares, destaca.

310 lobos mexicanos, subespecie de lobo gris, se encuentran protegidos en zoológicos y a cargo de entidades de México y Estados Unidos. Foto: EFE, Francisco Guasco.

Explica que ya se han dejado en libertad 40 especímenes de lobo mexicano que se han sido distribuidos indistintamente entre las sierras de Arizona y Nuevo México (EE.UU.), Sonora y Chihuahua (México) aunque su ubicación exacta es un secreto para evitar la caza furtiva.

«Lo que hacemos, los zoológicos y las Unidades de Manejo y Aprovechamiento (del gobierno de México), es servir de banco genético para mantener una población viable. Entre 30 y 40 individuos son los que hay en vida libre, incluso se tienen datos de que ya se reprodujeron», precisa.

En México, el lobo mexicano está catalogado como una subespecie «probablemente extinta en el medio silvestre», según el Programa de Conservación de Especies en Riesgo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas en México, que ha liberado 11 ejemplares de este mamífero, en una década.

El lobo mexicano, «canis lupus baileyes», es una subespecie genéticamente distinta al lobo gris y está considerada como la población de lobos en mayor riesgo de extinción a nivel mundial.

El zoológico de Guadalajara forma parte del Programa Binacional para la Recuperación del Lobo Mexicano y en este lugar en abril pasado se registró el nacimiento de una camada de siete cachorros.

En pocos años, el zoológico ha contribuido con 10 ejemplares a partir de una pareja reproductora que llegó en la edad adulta.

En abril de 2017 procrearon tres hembras y este año tuvieron una camada de siete lobeznos que están en proceso de adaptación a la manada.

De los 10 lobos que permanecen en el zoológico de Guadalajara es probable que las tres hembras que nacieron en 2017 sean reubicadas en otros lugares para reproducirse.

Crías de Lobo Mexicano, en el zoológico en la ciudad de Guadalajara, en Jalisco (México). Foto: EFE, Francisco Guasco.

Esta dependerá de lo que decida el comité del Programa binacional, que se reúne cada año para evaluar la situación de cada ejemplar, definir qué lugares e instituciones se adaptan mejor a sus necesidades.

Lo que es un hecho es que los siete lobeznos permanecerán en Guadalajara junto a su padres, un proceso fundamental para que aprendan a sobrevivir.

Herrán, con 13 años de experiencia, cuenta que el Programa binacional ha sido fundamental para salvar al lobo mexicano de la desaparición, luego de la cacería indiscriminada que se registró en la segunda mitad del siglo pasado.

«Se decidió recuperar a la especie y empezar a reproducirla con mucho cuidado sobre la genética, esto es de no reproducir a parientes sino dejar las líneas (genéticas) lo más abiertas posible», explica.

En estas especies es importante que aprendan el comportamiento juntos ya que si lo enseña una persona se corre el riesgo de que adquieran el comportamiento de un perro.

«Tienen que aprender a pedir su espacio y mantener su comportamiento lo más silvestre posible, que podría ser necesario para un liberación, en todo caso», concluye la experta

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