El jurado del Premio María Moors Cabot, otorgado por la escuela de periodismo de la Universidad de Columbia, recordó que México se encuentra ahora junto a Somalia y Afganistán entre “uno de los lugares más peligrosos del mundo para practicar el periodismo”. La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) declaró que en 2016 México fue el tercer país con el número más elevado de muertes de periodistas: 11. Tan sólo en seis meses de este 2017, ocho comunicadores han sido privados de la vida con lujo de violencia.
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Ciudad de México, 21 de julio (SinEmbargo/EFE).- El jurado del Premio María Moors Cabot, otorgado por la escuela de periodismo de la Universidad de Columbia, en Nueva York, condenó hoy las desapariciones y asesinatos de periodistas en México, y pidió al Gobierno de Enrique Peña Nieto poner fin a la impunidad.
En un comunicado, en el que se anunció a los ganadores del galardón de este año, los 11 periodistas que conforman el jurado denunciaron las “brutales condiciones” en las que trabajan los profesionales que desempeñan este oficio en México, donde más de 126 periodistas han sido asesinados desde el año 2000.
“El jurado llama al Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto a llevar a cabo una investigación exhaustiva y creíble de estos delitos y poner fin al círculo vicioso de violencia e impunidad que envuelve a los medios mexicanos”, reza la declaración.
Este año, los premiados con este galardón -dedicado a honrar la excelencia en la cobertura de América Latina y El Caribe- son el autor y periodista argentino Martín Caparrós, la redactora y cineasta brasileña Dorrit Harazim, y los estadounidenses Mimi Whitefield, del Miami Herald, y Nick Miroff, de The Washington Post.
En la ceremonia de entrega de los premios, que tendrá lugar el próximo 10 de octubre, la Universidad de Columbia recalcará los múltiples casos de desapariciones, asesinatos y ataques a periodistas que han tenido lugar en ese país en los últimos años.
Entre ellos, destacará el reciente caso del periodista mexicano Javier Valdez Cárdenas, quien fue acribillado el pasado 15 de mayo en el estado de Sinaloa.
El jurado recordó que México se encuentra ahora junto a Somalia y Afganistán entre “uno de los lugares más peligrosos del mundo para practicar el periodismo”.
“Anunciamos a los ganadores en un momento en que los acontecimientos en México han suscitado nuevas alarmas sobre el peligro intrínseco del periodismo de investigación e independiente, recordándonos la vulnerabilidad de los periodistas y la necesidad de estar de su lado”, afirmó el presidente de la Universidad de Columbia, Lee Bollinger.
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En lo que va del año, ocho periodistas han sido brutalmente asesinados en el país. Las investigaciones de estos crímenes no han avanzado.
Salvador Adame, de 45 años de edad, se convirtió en junio pasado en el octavo periodista asesinado. Su cuerpo, calcinado, apareció casi un mes después de que un comando armado lo “levantó” en el municipio de Múgica, Michoacán.
Las autoridades del estado sugirieron que Salvador Adame fue víctima de una disputa personal, nada relacionado con su oficio.
Un mes atrás, en mayo, el periodista Javier Valdez, colaborador del semanario RíoDoce, fue acribillado a unos metros del medio. Al mismo tiempo, Jonathan Rodríguez Córdova, reportero de El Costeño, murió en Jalisco a causa de un ataque armado. Antes, sucedieron los crímenes de Cecilio Pineda (Guerrero), Ricardo Monlui (Veracruz), Miroslava Breach (Chihuahua), Máximo Rodríguez (Quintana Roo) y Filiberto Álvarez (Morelos).
Al grito de “Ya basta”, SOSPrensa” y “No se mata la verdad matando periodistas”, comunicadores se han movilizado en todo el país para exigir al Gobierno de Peña, cuyo sexenio se convirtió en el más mortal para el gremio, que frene el acoso y las agresiones, que investigue y que no criminalice a las recientes víctimas.
La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) declaró que en 2016 México fue el tercer país con el número más elevado de muertes de periodistas, superado únicamente por Siria y Afganistán.
Tan sólo esta semana, cinco periodistas recibieron amenazas de muerte y ataques por su labor. Ninguna autoridad ha informado sobre las investigaciones pese a que se interpusieron denuncias.
El pasado jueves, a través de dos mantas colocadas en un hospital y en una escuela de Cancún, Quintana Roo, los periodistas Amir Ibrahim y Pedro Canché fueron amenazados de muerte supuestamente por la organización autodenominada “Z Vieja Escuela”.
Ese mismo día, un sujeto disparó hasta en 10 ocaciones contra el vehículo del reportero Rubén López Domínguez, corresponsal del diario Tabasco Hoy. Encima del carro, fue colocada una cartulina con intimidaciones.
El martes de esta semana, Cynthia Caballero Barrón y Miguel Ángel Salguero González, del medio Iztacalco Noticias, recibieron distintas amenazas a través redes sociales tras publicar un video en el que presuntos integrantes de partidos políticos se agreden físicamente.