La investigación mostró que "los pacientes infectados con estas variantes son menos propensos a ser asintomáticos en comparación con el grupo de control. Aunque los infectados con las variantes no tenían un mayor riesgo de muerte o de ingreso en cuidados intensivos, tenían más probabilidades de ser hospitalizados"
Madrid, 21 de junio (Europa Press).- Aunque las variantes del SARS-CoV-2 B.1.1.7 (Alfa) y B.1.351 (Beta) se asocian a una mayor transmisión, los pacientes con estas variantes no muestran evidencias de una mayor carga viral en sus vías respiratorias superiores, según un estudio de la Escuela de Medicina Johns Hopkins (Estados Unidos).
En su trabajo, los investigadores estudiaron estas variantes para evaluar si los pacientes mostraban una mayor carga viral y, en consecuencia, una mayor excreción y transmisibilidad.
Las variantes se identificaron mediante la secuenciación del genoma completo. Los investigadores utilizaron una gran cohorte de muestras para demostrar que la variante del Reino Unido constituía el 75 por ciento de los virus circulantes en abril de 2021.
Los investigadores compararon 134 muestras variantes con 126 muestras de control y, con acceso a la información clínica de los pacientes, pudieron correlacionar los datos genómicos con la enfermedad y los resultados clínicos.
Todas las muestras se sometieron a pruebas adicionales para determinar su carga viral. La información se asoció con el estadio de la enfermedad observando los días posteriores al inicio de los síntomas, lo que añadió claridad a la hora de comparar la diseminación viral entre los grupos.
"La razón por la que estas variantes muestran una mayor transmisibilidad aún no está clara. Sin embargo, nuestros hallazgos mostraron que los pacientes infectados con estas variantes son menos propensos a ser asintomáticos en comparación con el grupo de control. Aunque los infectados con las variantes no tenían un mayor riesgo de muerte o de ingreso en cuidados intensivos, tenían más probabilidades de ser hospitalizados", explica Adannaya Amadi, autor principal del estudio.
Este estudio se llevó a cabo en el laboratorio de investigación de la doctora Heba Mostafa en la Facultad de Medicina Johns Hopkins, que ha estado realizando la secuenciación del genoma completo del SARS-CoV-2 a gran escala para el Estado de Maryland (Estados Unidos) y aportando datos a las cifras de vigilancia nacionales disponibles al público.