En momentos estresantes o de incertidumbre como la crisis de la COVID-19, la ansiedad puede provocar pesadillas, que sin embargo son necesarias para el procesamiento de las emociones.
Por Darío Pescador
Madrid, 21 de junio (ElDiario.es).- El sueño es necesario para la vida. No dormir bien engorda, envejece y afecta a la salud. Sin embargo, cualquiera puede sufrir malos sueños, aquellos que producen emociones negativas, como miedo, desesperación, ansiedad o tristeza.
En psicología se distingue entre las pesadillas y los malos sueños, porque cuando tenemos un mal sueño podemos seguir durmiendo, mientras que la pesadillas son tan intensas, que nos pueden despertar.
Lejos de las teorías de Freud, que no han sido validadas por la investigación posterior de que los sueños son el producto de nuestros deseos reprimidos, la interpretación moderna de los sueños es que forman parte del proceso de formación y consolidación de los recuerdos en el cerebro, en concreto, del procesamiento de las emociones experimentadas durante el día.
Cuanto más intensas son las emociones, más vívidos y emocionalmente intensos son los sueños (y las pesadillas). Al revés, también se ha comprobado que cuando hay insomnio, se deteriora nuestra capacidad para enfrentarnos a situaciones emocionalmente difíciles, lo que puede terminar en depresión.
Desde este punto de vista, cuando experimentamos ansiedad e incertidumbre durante el día, nuestros sueños reflejan ese estado. Así, las causas más habituales de los malos sueños son:
-Miedo o estrés
-Cambios radicales recientes en nuestra vida
-Acontecimientos traumáticos
-Insomnio
-Alcohol o drogas
Si tenemos en cuenta que la pandemia del coronavirus ha traído todos estos factores a la vida de las personas de todo el planeta, no es de extrañar que la gente esté teniendo más pesadillas con más frecuencia. Las búsquedas de palabras como “sueños raros” en Google se duplicaron durante el mes de abril. Un efecto parecido se registró después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
En un estudio realizado en 2014, se comprobó que las personas con un diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizada tenían más pesadillas que los participantes que no tenían ansiedad. Esto condujo a mayores niveles de ansiedad y depresión durante el día y a una menor calidad de vida. Estos trastornos respondieron bien al tratamiento mediante terapia cognitivo-conductual.
Las pesadillas provocadas por la ansiedad no sólo interrumpen el sueño, sino que también pueden incrementar la sensación de estrés y ansiedad por la mañana, y el malestar general puede persistir durante todo el día. Esto a su vez puede hacer que sea más probable tener más pesadillas. Muchas personas durante la pandemia y el confinamiento han dejado de madrugar tanto y los sueños también son más intensos a medida que se aproxima la hora de despertar.
Por muy desagradables que resulten, los malos sueños pueden ser necesarios para el cerebro. El experimentar estas emociones negativas durante el sueño parece ser la forma en la que el cerebro se entrena a sí mismo para poder enfrentarse a esas emociones en la vida real. Esto se pudo comprobar en un estudio del año pasado en el que se observó que las personas que experimentaban miedo en sus sueños eran capaces de controlar mejor su miedo cuando estaban despiertas.
Todo esto coincide con otros estudios en los que se corrobora la idea de que los sueños son una especie de simulador de vuelo emocional, un ensayo general para poder procesar y controlar mejor nuestras emociones, positivas y negativas, y que las ensoñaciones o sueños lúcidos, en los que tomamos el control de lo que ocurre, pueden ayudar aún más a mejorar nuestro estado de ánimo.
A pesar de estos beneficios, no podemos olvidar que la mala calidad del sueño tiene consecuencias muy negativas para la salud y el estado de ánimo. Si te despiertas con una pesadilla, esto es lo que puedes hacer:
-Levántate: si estás dando vueltas sin poder dormir, no te quedes en la cama, lo que sólo puede aumentar la frustración y la ansiedad. Es mejor levantarse.
-Haz algo relajante o incluso algo aburrido, pero placentero. Preparar una bebida caliente, escuchar música tranquila o leer algo de ficción puede ayudar.
-Los audios de meditación y los susurros de ASMR ayudan a muchas personas a relajarse.
-No mires el reloj. Sólo empeorarás la situación.
¿EN QUÉ SE BASA TODO ESTO?
Incorporation of recent waking-life experiences in dreams correlates with frontal theta activity in REM sleep
La incorporación de las recientes experiencias de la vida despierta en los sueños se correlaciona con la actividad frontal theta en el sueño REM
La intensidad emocional de las experiencias recientes de la vida de vigilia incorporadas en los sueños fue mayor que la intensidad emocional de las experiencias que no se incorporaron. Estos resultados sugieren que la formación de contenido de sueño relacionado con la vigilia está asociada con la actividad theta REM y concuerda con las teorías de que el sueño refleja el procesamiento de la memoria emocional que tiene lugar en el sueño REM.
The Role of REM Sleep in Emotional Memory and Affective Reactivity in Humans
El papel del sueño REM en la memoria emocional y la reactividad afectiva en los humanos
Esto incluirá un examen de la teoría del procesamiento de la memoria emocional de Sleep to Forget, Sleep to Remember (SFSR), que sugiere que la reactividad afectiva se reduce sistemáticamente después de múltiples iteraciones del sueño que incluyen REM. Finalmente, consideraremos cómo la desregulación del sueño REM puede desempeñar un papel en la incapacidad de procesar de manera efectiva la información emocional observada en muchas formas de psicopatología, como la depresión y el trastorno de estrés postraumático.
Bad Dream Frequency in Older Adults with Generalized Anxiety Disorder: Prevalence, Correlates, and Effect of Cognitive Behavioral Treatment for Anxiety
Frecuencia de las pesadillas en adultos mayores con trastorno de ansiedad generalizada: Prevalencia, correlación y efecto del tratamiento cognitivo-conductual de la ansiedad
Los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada tenían significativamente más pesadillas que los que no lo padecían, y la frecuencia de las pesadillas se asociaba significativamente con la depresión, la ansiedad, la preocupación y la mala calidad de vida. La terapia cognitivo-conductual para la ansiedad redujo significativamente la frecuencia de las pesadillas después del tratamiento y durante el seguimiento, en comparación con la mejora de la atención habitual.
A Systematic Change in Dreams after 9/11/01
Un cambio sistemático en los sueños después del 11 de septiembre de 2001
Estos resultados son consistentes con la Teoría Contemporánea del Sueño, que enfatiza el papel de la emoción subyacente en la producción de imágenes centrales de los sueños y sugiere que la intensidad de las imágenes centrales de los sueños está relacionada con el poder de la emoción subyacente.
Fear in dreams and in wakefulness: Evidence for day/night affective homeostasis
Miedo en los sueños y en la vigilia: Evidencia de la homeostasis afectiva día/noche
Aquí mostramos experimentalmente que, más allá del sueño, experimentar emociones negativas específicamente durante el sueño está asociado con respuestas emocionales mejor adaptadas durante la vida despierta.
The Functional Role of Dreaming in Emotional Processes
El papel funcional de los sueños en los procesos emocionales
Las investigaciones sobre muestras clínicas revelaron que promover el ensayo de contenidos aterradores con el fin de cambiarlos es un método prometedor para tratar las pesadillas, y que los sueños lúcidos se asocian con una atenuación de las pesadillas. Desde este punto de vista, la DE puede desactivar los recuerdos traumáticos emocionales cuando la regulación emocional y los mecanismos de extinción del miedo se ven comprometidos por eventos traumáticos y aterradores.