Los niveles de acopio de residuos logrados en México son muy altos, pero no se ha generado un sistema para que todo lo recogido se convierta en nuevos productos.
México, 21 jun (EFE).- El exceso de regulaciones y la falta de una promoción para que los consumidores comprueben las ventajas de los envases reciclados impiden que haya en México un mayor éxito en el reciclaje de residuos, según coinciden varios expertos.
Aunque la Ley General de Prevención y Gestión Integral de Residuos se promulgó en 2003, esta legislación “puede perfeccionarse y ha fallado en su implementación”, dijo este viernes a Efe la especialista en gobernanza ambiental Sandra Herrera.
Los niveles de acopio de residuos logrados en México son muy altos, pero no se ha generado un sistema para que todo lo recogido se convierta en nuevos productos.
Además, “cuando alguien quiere abrir un centro de acopio en un municipio o alguna ciudad, no existe un uso de suelo que le permita abrir el centro de recogida, ya que este no se califica ni como una industria ni como un basurero”.
Esto, dice la asesora principal en gobernanza ambiental de la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable en México, “genera corrupción y desincentiva que exista esta actividad económica de manera formal”.
“Es muy importante que desde la Secretaría de Economía se reconozca como una actividad específica el acopio de los residuos”, agregó.
En los últimos 10 años se ha pasado en México de una tasa de reciclaje del 12 por ciento de los plásticos a alrededor de un 25 por ciento, dijo a Efe el presidente de la sección de recicladores de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (Anipac), Eduardo Martínez.
“Y en poco tiempo se llegue al 40 por ciento en los niveles de reciclaje de plástico”, agregó.
Sin embargo, la preferencia de los consumidores por los colores claros a la hora de comprar productos obstaculiza que se reciclen más plásticos.
Los productos hechos con materiales reciclados suelen lucir colores pardos o negruzcos, menos atractivos a los ojos del consumidor.
Cuanta más cantidad de material reciclada lleva el producto, el color se vuelve menos vistoso y, por lo general, obtiene menos ventas.
Por ello, la población debe tomar conciencia de que “existe un valor ecológico en comprar un producto con material reciclado. Ello supone sacrificar algo y en este caso es la apariencia”, agregó.
Multitud de productos están hechos con materiales reciclados del plástico: juguetes, utensilios de cocina, sillas de jardín, cubos de basura, o material de limpieza como escobas.
“¿Qué importa que una escoba sea blanca o negra, si funciona igual?”, cuestionó Martínez.
Sin embargo, las empresas, a sabiendas del gusto del consumidor, condicionan su producción ofertando lo que más consume.
Para solucionar el problema, Martínez propuso que se estableciese alguna normativa para que determinados productos lleven un contenido mínimo de plástico reciclado.
Aún con inconvenientes, México tiene un potencial altísimo para generar que las empresas reciclen, pues las cantidades de acopio son inmensas.
Pero es necesario que se aplique la regla de “hacer nuevos productos que tengan un porcentaje de fabricación proveniente del reciclaje”, una exigencia que sí imponen algunas normativas de la Unión Europea (UE).
Si México quiere transitar hacia una economía circular, debe implementar y acatar este tipo de exigencias.
Las intenciones del nuevo Gobierno van en esa dirección, pues recientemente han manifestado su objetivo de residuos cero.
Otro tema de debate sobre reciclaje que pone en conflicto a autoridades y empresarios es el de la responsabilidad compartida y la responsabilidad extendida.
En la regulación actual se reconoce una responsabilidad compartida del productor sobre los residuos, lo que se traduce en que son las autoridades las que llevan la batuta de la recolección, tratamiento y disposición de los residuos.
No obstante, una responsabilidad extendida del productor conllevaría que las empresas “también tendrían que hacer suyo el problema de los residuos e invertir en investigación para ver cómo hacer nuevos productos procedentes del reciclaje”.
Sin embargo, Sandra Herrera destaca que existen algunos “ejemplos valiosos” en los que las empresas invirtieron en reciclaje.
Entre ellas citó a la Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC), que actualmente es el principal reciclador de Tereftalato de polietileno (PET) de grado alimenticio en el país puesto que del 56 por ciento que se acopia en México, la empresa representa el 35 por ciento.
Sus plantas PetStar e IMER tienen la capacidad para que anualmente se procesen más de 85 mil toneladas de este material y el 43 por ciento del portafolio de la empresa son empaques retornables.
La Industria Mexicana de Coca-Cola tiene como principal objetivo el alcanzar la meta ‘Mundo sin Residuos’, trazada a nivel global para recolectar y reciclar el equivalente al 100 por ciento de sus envases vendidos para 2030.
Por su parte, el director de la Comisión de Estudios del Sector Privado para el Desarrollo Sustentable (Cespedes), José Ramón Ardavín, expuso a Efe que existen áreas de oportunidad en las que se pueden mejorar las cosas.
Tal es el caso de la infraestructura, la cual “no cabe duda que falta”, desde botes de basura a vehículos.