La propuesta de la OIT y la Cepal es “irnos moviendo cada vez más a la formalidad (…) pero hay que visibilizar a los informales”, expuso la secretaria ejecutiva Alicia Bárcena.
Se proyecta un aumento de la tasa de desocupación de al menos 3.4 puntos porcentuales, hasta alcanzar un 11.5 por ciento.
Santiago de Chile, 21 de mayo (EFE).- La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en conjunto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hicieron un llamado este jueves a los países para que prioricen tanto políticas de salud como de seguridad laboral para que la reactivación productiva y en empleos post pandemia en Latinoamérica y el Caribe sea “segura y saludable”.
En el marco de la presentación de la última edición del informe “Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. El trabajo en tiempos de pandemia: desafíos frente a la enfermedad por coronavirus (COVID-19)”, ambos organismos indicaron que la expansión del coronavirus ha generado “fuertes efectos negativos” en el mercado de trabajo.
Las consecuencias se estarían manifestando tanto en el sector formal (reducción de horas, caída de salarios y despidos) como en el ámbito informal (caída de empleo por distanciamiento y prohibición de circulación, menor acceso a compensaciones de ingreso).
“La propuesta tanto de OIT como nuestra (Cepal) es irnos moviendo cada vez más a la formalidad. Es decir, el trabajo decente es acerca de eso, de cómo ir formalizando, pero hay que visibilizar a los informales”, expuso la secretaria ejecutiva de la Cepal Alicia Bárcena.
Asimismo, advirtieron que las mujeres trabajadoras son las más vulnerables y sectores intensivos en mano de obra como el turismo, comercio, manufactura, inmobiliaria y entretenimiento han sido altamente afectados. Además, las Micro y Pequeñas Empresas, que concentran 46.6 por ciento del total del empleo en la región, tienen un “alto riesgo de experimentar quiebras”.
RECUPERACIÓN REGIONAL LENTA
Respecto a en cuánto tiempo tardará el Caribe y Latinoamérica en recuperar todos los empleos destruidos, la secretaria ejecutiva de la Cepal dijo: “Es muy difícil hablar de tiempo en una incertidumbre tan grande como la que estamos viviendo, porque no sabemos cuándo termina, sobre todo en América Latina y el Caribe (el COVID-19) está en pleno desarrollo, está expandiéndose”.
“Recuperar el empleo y los puestos de trabajo es una tarea lenta (…) Es muy difícil que podamos estimar esta demora”, agregó.
AUMENTO DE LA DESIGUALDAD
Sobre la situación de ambas regiones y del mundo después de superada la enfermedad, el panorama descrito por la representante de la Cepal no fue muy alentador.
“No va a haber una vuelta a la normalidad como la conocíamos antes (…) A la salida de la pandemia, si es que llegamos a eso, vamos a tener un mundo más pobre, con más hambre y con más problemas sociales”, dijo en la conferencia Bárcena.
Por su parte, el director regional de la OIT para América Latina y el Caribe Vinícius Pinheiro aseguró que tras el paso de la pandemia “va a haber mayor desigualdad, mayor desempleo, mayor pobreza”.
“Venimos arrastrando una gran deficiencia en materia de salud, de protección social y creo que va a ser un debate futuro muy importante (…) esta crisis nos ha mostrado que es más costoso poner parches en un sistema de salud fragmentado que optar por un costo sistemático”, señaló Alicia Bárcena.
“El dilema entre salud y economía sólo se va a resolver con mayor protección social (…) existe una gran deuda en la región”, agregó.
CONTRACCIÓN PREVIA AL COVID-19
Antes de la pandemia América Latina y el Caribe mostraban bajo crecimiento y en el 2020 se espera la peor contracción económica desde 1930, con una caída en el Producto Interno Bruto (PIB) regional estimada de -5.3 por ciento, lo que tendrá efectos negativos sobre el mercado de trabajo.
Se proyecta un aumento de la tasa de desocupación de al menos 3.4 puntos porcentuales, hasta alcanzar un 11.5 por ciento, lo que equivale a más de 11.5 millones de nuevos desempleados. De profundizarse la contracción económica la tasa de desocupación será mayor.