Encerrada en una habitación en Tijuana, en el norte del país, Bianka Verduzco decidió abortar durante la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2. Ahora en medio de una contingencia sanitaria que suma 56 mil 594 casos y 6 mil 090 fallecidos, se dificulta el aborto en un país que restringe la interrupción segura y legal en parte de su territorio.
Por María Julia Castañeda
Monterrey (México), 21 may (EFE).– El cierre de clínicas y las limitaciones que todavía existen en ciertas partes de México han complicado el derecho al aborto durante la pandemia, poniendo en riesgo la vida de muchas mujeres.
Encerrada en una habitación en Tijuana, en el norte del país, Bianka Verduzco decidió abortar durante la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2.
“La ciudad colapsa mientras yo aborto. No puedo salir, no puedo comprar papel. No hay toallas sanitarias. No hay dinero. No hay trabajo. No hay vida”, compartió a EFE la joven de 22 años.
Este es un fragmento de un poema de 43 versos donde Bianka desahogó el episodio de dolor que vivió al abortar por segunda vez.
Ahora en medio de una contingencia sanitaria que suma 56 mil 594 casos y 6 mil 090 fallecidos, se dificulta el aborto en un país que restringe la interrupción segura y legal en parte de su territorio.
“Hacer acompañamientos me ha ayudado a sanar. Y este poema para eso fue también, para sanar y para visibilizar que las mujeres abortamos también en pandemia”, expresó la autora del texto publicado por la red feminista Poesía de Morras.
En México, el aborto se regula a nivel estatal y hay circunstancias bajo las cuales no se castiga o no se considera como delito.
En 24 de los 32 estados, el aborto está permitido cuando representa peligro de muerte para la madre, en 16 cuando existen alteraciones genéticas graves y en 15, el riesgo a la salud y la inseminación artificial no consentida son las causas aceptadas, mientras que sólo dos aceptan razones socioeconómicas.
En los 32 estados del país el aborto es legal cuando el embarazo es producto de una violación.
Hasta ahora, sólo la Ciudad de México y Oaxaca permiten el aborto legal hasta las 12 semanas de gestación.
Una situación parecida a la del vecino Estados Unidos, donde cuatros estados han aprovechado la pandemia para restringir el acceso al aborto.
En ese país hay mujeres que deben recorrer largas distancias para encontrar una clínica donde poder interrumpir su embarazo, en regiones llamadas “desiertos del aborto”.
LA PERIPECIA DE ABORTAR
Desde hace un año, Bianka pertenece a Colectiva Bloodys compuesta por voluntarias que acompañan a mujeres que requieren interrumpir su embarazo siguiendo el protocolo de aborto seguro de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“El aborto en casa es seguro y más si estás acompañada presencialmente”, afirmó.
Actualmente esta es la única opción segura para abortar en México, aseguró Bianka, quien vive en un estado que sólo contempla el aborto legal por violación, culposo (por imprudencia de la embarazada), o cuando la mujer corre peligro de muerte de continuar con su embarazo.
En medio de una contingencia sanitaria que suma 56.594 casos y 6.090 fallecidos, se dificulta el aborto en un país que restringe la interrupción segura y legal en parte de su territorio. #coronavirus https://t.co/54dvzku2bd
— EFE Noticias (@EFEnoticias) May 21, 2020
La joven agregó que habitualmente muchas mujeres tijuanenses cruzan a Estados Unidos para interrumpir su embarazo, pero actualmente la frontera se cerró parcialmente, y prácticamente sólo puede cruzar el comercio.
Mientras que en Ciudad de México, capital del país donde el aborto es legal desde hace 13 años, las clínicas fueron cerradas al considerarse una actividad no esencial por parte del Gobierno, indicó a EFE Vanesa Jiménez, de la Red Necesito Abortar México.
CRECEN LOS RIESGOS
El acompañamiento se complica durante el confinamiento porque están encerradas con familiares a quienes normalmente esconden su embarazo o aborto por el estigma social existente, dijo.
“Me refugié en mi cuarto y pues en el baño, era como mi único camino”, relató Bianka, que estaba de seis semanas y tomó 14 pastillas de misoprostol para provocarse el aborto.
Ella abortó con miedo a ser descubierta y sin suficientes artículos de higiene personal en una ciudad donde las compras de pánico provocaron escasez de papel y toallas sanitarias.
Pero reconoce que sí tuvo acceso a una información segura que desafortunadamente muchas no tienen.
SE TRIPLICAN LOS ACOMPAÑAMIENTOS
Bianka es una de las miles de mujeres, según estimaciones de redes nacionales, que han decidido abortar durante la pandemia enfrentando riesgos sanitarios y, en ocasiones, con contextos de violencia familiar.
Por este delito de violencia en el seno de la familias, en marzo las fiscalías estatales reportaron en promedio 27 carpetas de investigación abiertas al día, un aumento del 14 por ciento respecto al mes anterior.
Sandra Cardona y Vanesa Jiménez, de la Red Necesito Abortar México, compartieron a EFE que durante la contingencia han acompañado a más de 300 mujeres entre las dos, ayudándolas a que vivan su aborto informadas y lo más tranquilas posible, siguiendo el protocolo de la OMS.
“Fue mucho el aumento. Sí se nos triplicó o más y nosotras somos 20 acompañantes y todas están igual”, expuso a EFE Sandra Cardona, activista con más de 20 años de experiencia.
“Todo el servicio que ya no se está dando en Ciudad de México, en clínicas (ILE), está recayendo en aborto con medicamentos en toda las redes a nivel nacional”, señaló Jiménez.
En los 32 estados del país actualmente existe al menos una red de acompañamiento para el aborto seguro a distancia, aseguró.
MEDICINAS APÓCRIFAS
Sin embargo, continuaron las activistas, la emergencia sanitaria ha intensificado riesgos como la desinformación que pone en peligro la vida de las mujeres al enfrentarse a fraudes en páginas de internet que les venden medicamentos incorrectos y sin las indicaciones de la OMS.
“Yo lo único que espero es que no suban las muertes en una desesperación por no poder acceder (al tratamiento). Porque realmente lo que pone en peligro un aborto es eso, estas poblaciones que hemos sabido, que en la desesperación y en la falta de acceso, se meten ganchos, se meten palos y ahí es cuando ponen en riesgo su vida”, alertó.
Organizaciones internacionales se han pronunciado al respecto demandando principalmente a los gobiernos de países latinoamericanos a garantizar el acceso al aborto seguro en tiempos de pandemia.
“El acceso al aborto es un derecho humano que no decae con la pandemia de la COVID-19, sino que ahora es aún más necesario debido a las fuertes restricciones de movilidad, al difícil acceso a los servicios de salud y a la fragilidad de muchas mujeres por la pérdida de sus empleos”, advirtió a finales de abril Amnistía Internacional.