Científicos de la Royal Astronomical Society han descubierto el primer asteroide originado en otro sistema planetario distinto al nuestro que, además, será un “residente a largo plazo” y gira en dirección contraria a los planetas y demás objetos de nuestro Sistema Solar. El estudio del asteroide “inmigrante” ayudaría a resolver las incógnitas sobre la formación de planetas y la evolución del sistema.
Londres, 21 de mayo (EFE).- Un estudio llevado a cabo por la Royal Astronomical Society ha descubierto la existencia del primer asteroide “inmigrante y permanente” en el Sistema Solar.
Este objeto, actualmente situado en la órbita de Júpiter, es el primer asteroide conocido que ha sido captado de otro sistema planetario.
El “Oumuamua” fue el último asteroide que provino de fuera del Sistema Solar, aunque solo actuó como un “turista de paso”, por lo que la diferencia con el estudiado en el informe y conocido por el nombre de 2015 BZ509 es que este último es un “residente a largo plazo”.
Todos los planetas en el Sistema Solar, así como la mayoría de objetos que están en él, orbitan alrededor del Sol en la misma dirección.
No obstante, 2015 BZ509 es diferente al resto puesto que se desplaza en dirección opuesta, lo que se conoce como una órbita “retrógrada”.
El doctor Fathi Namouni, líder de la investigación publicada en el Monthly Notices de la Royal Astronomical Society, calificó de “misterio” cómo el asteroide ha llegado a orbitar de esta forma alrededor de Júpiter.
“Si 2015 BZ509 fuera nativo de nuestro sistema, debería ir en la misma dirección que el resto de planetas y asteroides”, añadió el científico.
Para comprobar que este cuerpo no es originario del Sistema Solar, los investigadores llevaron a cabo simulaciones para rastrear la localización del asteroide en su nacimiento.
Este experimento demostró que 2015 BZ509 siempre se ha movido de la misma manera y que, por lo tanto, puede que haya sido capturado de otro sistema.
“La migración de asteroides de otros sistemas de estrellas ocurre porque el sol fue formado en un grupo de estrellas donde, cada una de ellas, tenía su propio sistema de planetas y asteroides, agregó la doctora Helena Morais, miembro del equipo de investigación.
“La cercanía de las estrellas, apoyadas por la fuerza gravitacional de los planetas, ayudó a la atracción de estos sistemas y a la captura de asteroides”, señaló.
El descubrimiento del primer asteroide permanente e inmigrante en el Sistema Solar tiene importantes implicaciones para resolver las incógnitas sobre la formación de planetas y la evolución del sistema, según el estudio.