Ciudad de México, 21 de mayo. (SinEmbargo).– Más que una crisis, el Partido Acción Nacional (PAN) está en decadencia y mientras sus dirigentes no lo acepten, no mejorará su situación, pues el problema es que no se habla de temas como la corrupción, una que Felipe Calderón Hinojosa metió en el partido “hasta el tuétano”, afirmó Manuel Clouthier Carrillo, hijo del ex candidato panista a la Presidencia de la República en el histórico proceso electoral de 1988, Manuel J. Clouthier del Rincón.
“El PAN sigue con la tesis de que no debe hablarse de lo malo, que no debe denunciarse y es mejor callar. Cuando se calla el militante se convierte en silencioso cómplice que ratifica las acciones corruptas y antidemocráticas de abuso de poder dentro del partido. Resulta que al que grita se le sanciona o lo hacen sentir que no es bienvenido, cuando lo que necesitan es gritar al unísono y decir lo que está mal y lo que ya no se debe permitir y tolerar”, dijo en entrevista con SinEmbargo.
Parte de la responsabilidad de la situación que atraviesa el PAN, que en 2012 perdió las elecciones presidenciales, recae en el ex Presidente de la República, Felipe Calderón, quien castigaba a quienes no pensaban como él dentro del partido, expuso.
Era uno de sus rasgos, no escuchar a los demás, expuso Clouthier. Recordó que en 2008 su familia fue invitada a Los Pinos y ahí él aprovechó para leerle una carta al entonces mandatario, donde le pedía que volteara a ver a Sinaloa para combatir el narcotráfico, porque no lo había hecho. Nunca hubo respuesta.
Al sinaloense no le sorprendió, ya que Calderón no fue capaz ni siquiera de apaciguar a su propia tierra: Michoacán.
“El mejor ejemplo del fracaso de su guerra es Michoacán. Es su tierra, fue Presidente de la República seis años y es el periodo en que peor quedó la entidad, hoy nos hace crisis lo que él dejó. En otras palabras no tuvo la decencia del bien nacido de haber trabajado a favor de su estado. Mi reclamo fue que tampoco trabajó a favor del mío: los gobiernos panistas no trabajaron en Sinaloa”, afirmó.
A diferencia de algunos panistas que prevén que el PAN saldrá del bache, luego de la elección del pasado domingo en la cual Gustavo Madero Muñoz se reeligió y el calderonista Ernesto Cordero Arroyo aceptó el resultado sin impugnar, Clouthier pronosticó que la situación no cambiará mucho, porque los estandartes por los que el PAN luchó durante 69 años antes de llegar al poder –la democracia, la lucha contra la corrupción y contra el abuso del poder–, ya no lo son de los panistas.
“No viven la democracia interna, hay un nivel de corrupción espantoso en donde son gobierno y como oposición se ha convertido en un partido de tráfico de influencias, ya siendo gobierno o siendo oposición, de lo que se trata es de hacer negocios. La lucha entre Madero y Calderón en alguna medida era eso: el primero estaba luchando para hacer negocios, todo ese tema del Pacto por México, las reformas estructurales, como la energética, habla de la posibilidad de hacer negocios ellos y los vas a ver metidos en los negocios.
“Por otro lado está el calderonismo, con el ánimo de protegerse ellos de todo el mugrero que dejaron habiendo sido gobierno; es decir, el problema de la corrupción se les metió hasta el tuétano, perdieron la brújula. El PRI [Partido Revolucionario Institucional] se corrompió al paso del tiempo, pero lo impresionante de los panistas es que se corrompieron demasiado rápido. Eso impactó, esa hambre de dinero de parte del panismo en el poder”, explicó.
Clouthier Carrillo, al igual que su padre –quien murió en un accidente automovilístico en 1989– formó parte del PAN, hizo a un lado su militancia durante 15 años para dedicarse a actividades profesionales. Cuando volvió a la vida partidista, encontró otro partido.
“Yo viví el panismo en la época de mi padre, después renuncié y me dedique al periodismo por 15 años, de manera que tuve que tomar distancia del partidismo y luego me invitó Germán Martínez Cazares [ex dirigente de Acción Nacional] a ser Diputado federal sin ser militante y ahí fue un volverme a encontrar con el partido.
“Me asusté porque luego de 15 años de estar cerca, me empecé a encontrar a un partido que no se parecía al que había conocido. En otras palabras: el poder le había hecho mucho daño al PAN, empecé a observar que las prácticas que se llevan a cabo eran precisamente contra las que estábamos antaño, se apoderó un pragmatismo y una obsesión por el poder y por los resultados electorales. Yo se lo dije a Germán: ‘Déjame disentir, el resultado electoral no puede ser el objetivo, debe ser la consecuencia de hacer las cosas bien, pero si es el objetivo entonces lo vas a buscar a cualquier costo. No estoy de acuerdo’”, planteó.
El ingeniero Clouthier no es el único integrante de la familia que ha pertenecido al PAN. Su hermana Tatiana también formó parte de las filas albiazules, e incluso en la LIX Legislatura fue Diputada federal panista, pero renunció a su militancia decepcionada del primer Presidente de la República emanado del PAN, Vicente Fox Quesada.
Clouthier compartió que la decadencia del PAN se ha metido en las discusiones familiares, quienes se preguntan si el sacrificio que su padre hizo por el país, bajo la bandera panista, valió la pena.
“Ha habido un debate serio y fuerte en la familia porque cada que vemos esta asquerosidad que han hecho del partido, nos lleva a cuestionar si valió la pena”.
AÚN NO TOCAN FONDO
–¿El PAN ya no tiene remedio?
–Sí. Hay que distinguir si el PAN está en una crisis o en una decadencia, hay quienes creen en la primera, yo lo veo en la segunda.
–¿Por qué?
–Porque el problema esencial del PAN es una crisis moral, lo cual lo pone en una situación de decadencia, porque la situación moral no cambia de la noche a la mañana, ha perdido sus guías. El PAN se equivocó y se perdió cuando dejó de responder dos preguntas, qué defiende, lo cual lo remite a principios y valores, y qué país quiere, para qué quiere el poder. Estos deberían haber sido los rediles que marcaran su acción política y de gobierno en su momento.
Al no tener estas dos respuestas, le pasó un poco como aquel que se pone a nadar con los ojos cerrados y cree que va derecho y termina no se sabe dónde. Veo al PAN, lo conozco de adentro y lo conocí ahora en esta última etapa y ya no se parece al PAN porque ya no tiene doctrina, principios, valores porque se mimetizó con el PRI, y eso es lo peor que le podía pasar, porque termina siendo una muy mala copia, porque la gente mientras se le presente la imitación, pues va a preferir el original.
–¿En qué acciones, conductas el PAN se parece al PRI?
–Las banderas los grandes estandartes en la lucha democrática del país fueron precisamente las de la democracia, la lucha contra la corrupción, se hablaba de honestidad en el ejercicio de gobierno y se luchaba contra el abuso del poder, esos eran los grandes estandartes del PAN. Los tres ya no lo son, no viven la democracia interna, hay un nivel de corrupción espantoso en donde son gobierno y como partido de oposición se ha convertido en uno de tráfico de influencias. Ya siendo gobierno u oposición de lo que se trata es de hacer negocios. La lucha entre Madero y Calderón en alguna medida era eso: Madero estaba luchando para hacer negocios, todo ese tema del Pacto por México, las reformas estructurales, la energética, habla de la posibilidad de hacer negocios ellos y los vas a ver metidos ahí.
Por otro lado, el calderonismo con el ánimo de protegerse ellos de todo el mugrero que dejaron habiendo sido gobierno; es decir, el problema de la corrupción se les metió hasta el tuétano, perdieron la brújula. El PRI se corrompió al paso del tiempo pero lo impresionante de los panistas es que se corrompieron demasiado rápido. Eso impactó, esa hambre de dinero de parte del panismo en el poder.
Y también estaba el tema del abuso del poder, que era una de las grandes luchas, contra el abuso del poder. Pero acabaron abusando también de él, así se lo acabó Calderón al poder, abusando del poder. Cómo era posible que en una interna, que era la esencia de la democracia panista, en el calderonismo haber estado en contra suya significaba que te reprimieran permanentemente cuando antes se seleccionaba en un ejercicio democrático y todo mundo nos sumábamos al ganador.
Lo peor era equivocarte, era el tema que te mandaban. Ellos se fueron corrompiendo, hoy practican la compra y coacción del voto, era todo eso contra lo que luchábamos y se terminan los principios y un PAN sin estos no tiene nada que ofrecerle al país. Convencido y te lo digo con tristeza que México necesita una oposición fuerte y no la veo ni en la derecha ni en la izquierda, porque ambos carecen de autoridad moral.
Por otro lado la falta de oposición no es buena ni para el PRI, porque si no hay se corre el riesgo de que su peor enemigo sea la soberbia y eso no es bueno para el país, ni para los priistas.
–¿Cómo vio el desarrollo del proceso panista donde emergieron facciones y aprovecharon el recuerdo de la derrota del 2012 para echarse culpas?
–El problema del PAN en esta elección es que había que elegir al menos peor, cómo es posible que estemos llegando a una situación de elegir al menos peor porque tan malo el pinto como el colorado. Yo creo que nadie quería que Calderón regresara a retomar el control del partido, un hombre que dejó sus complejos desde el poder y que se manifestó contra la militancia, que no lo apoyó en su momento, cuando debió ser respetuoso del partido y de la disidencia. Pero ante la falta de pantalones para meter en cintura a corruptos de otros partidos se dedicó a golpear a los disidentes del PAN, a los que disentían dentro del PAN de su gobierno. Entonces el PAN no podía permitir que regresaran.
Por otro lado, Madero es un hombre mucho muy limitado, ¿dime qué pueden ofrecer estas gentes al país, ya no digo al PAN?
EL PAN NO DESPIERTA PASIONES
–¿Dónde se empieza a perder el PAN, desde que Fox se desentiende del partido?
–No, hay que reconocer que Fox fue respetuoso con el PAN y que el hombre que más daño le hizo al PAN en la historia del partido fue Felipe Calderón, porque Fox hizo un mal gobierno, al final incluso habiéndolo hecho se metió al proceso electoral en 2006, faltándole respeto a la sociedad misma, llevando las cosas al extremo de haber actuado precisamente contra lo que luchamos cuando el viejo régimen gobernaba.
–¿La crisis panista se desarrolla después?
–Yo he venido sosteniendo que el PAN no va a recuperarse mientras no toque fondo, como los alcohólicos que no inician la recuperación hasta que no tocan fondo. Pero siguiendo el parangón de los alcohólicos, a veces tocar fondo significa hacerlo cuando hay daños irreversibles, y yo percibo ahorita que en el PAN los daños son ya un problema muy arraigado. Pretenden dibujar un escenario democrático pero con prácticas antidemocráticas, sigue utilizándose la compra y coacción del voto, el que le tiene miedo a la competencia electoral es una persona que no tiene vocación democrática.
–¿Prevé que la crisis se ahonde o vería que, pasado el proceso, una operación cicatriz haría a un lado la situación rumbo al 2015?
–Ese es un razonamiento basado en el resultado electoral. Si se preparan para el 2015 y tener un resultado electoral, cuál puede ser éste. Ahora el PAN no despierta pasiones, cómo puedes mover un país sin esperanza, sin credibilidad y este mensaje es para el PAN o el PRI, que es gobierno federal. No se puede mover un país sin esperanza ni credibilidad. Lo vimos en 2013: el año pasado la elección local tuvo una participación de 34 por ciento en Culiacán, esto te dice que la gente opta por la apatía, por darle la espalda a la clase política, porque ésta le ha dado a espalda a la sociedad, se está manifestando como el viejo régimen le conviene, pero lo está haciendo porque la gente ya no le cree a ninguno de los partidos. La gente está asqueada y harta de que todos han caído en los mismos vicios.
–Cuándo el PAN toque fondo y acepte el problema de que no levanta pasiones, ¿debe pedir perdón a la sociedad por el gobierno de Calderón que dejó al país ensangrentado?
–Hay mucho en el sentido de reivindicarse con la sociedad, tiene que empezar por reconocer sus problemas, errores, hacer mea culpa. Mientras estas cosas no se reconozcan al interior, mientras siga dominando esta mentalidad de que lo malo no debe denunciarse sino debe callarse, no habrá cambio. Ya hasta los Legionarios de Cristo cambiaron de posición, pero el PAN sigue con la tesis de que no debe hablarse de lo malo, que no debe denunciarse y es mejor quedarse callado, y cuando se calla el militante se convierte en silencioso cómplice que ratifica las acciones corruptas y antidemocráticas de abuso de poder dentro del partido. Resulta que al que grita se le sanciona o lo hacen sentir que no es bienvenido, cuando lo que necesitan es gritar al unísono y decir lo que está mal, y que ya no se debe permitir y tolerar.
–Entre el tiempo que estuvo en el PAN y el transcurrido hasta ahora, ¿qué tanto cambió el PAN?
–Yo viví el panismo en la época de mi padre, después renuncié y me dedique al periodismo por 15 años de manera que tomé distancia del partidismo. Luego me invitó Germán Martínez a ser Diputado federal sin ser militante del PAN y ahí fue un volverme a encontrar con el partido.
Me asusté porque luego de 15 años de estar cerca, me empecé a encontrar a un partido que no se parecía al que había conocido. En otras palabras: el poder le había hecho mucho daño al PAN, empecé a observar que las prácticas que se llevan a cabo eran precisamente contra las que estábamos antaño, se apoderó un pragmatismo del PAN y una obsesión por el poder y por los resultados electorales. Yo se lo dije a German: “Déjame disentir, el resultado electoral no puede ser el objetivo, debe ser consecuencia de hacer las cosas bien, pero si es el objetivo lo vas a buscar a cualquier costo. No estoy de acuerdo”.
Dice el filósofo Carlos Llanos y Fuentes, fundador de la Universidad Panamericana: ‘cuesta mucho ganar lo que se tiene, a veces cuesta tu propio ser’. Haber ganado la Presidencia a Acción Nacional le costó su propio ser.
LUCHA DE MAQUÍO, TRAICIONADA
–¿Qué le dijo Germán Martínez?
–La reflexionaba, era una visión, finalmente yo no tengo el monopolio de la razón, es un juicio mío basado en lo que vi y creo. Le dije: “a mí me duele porque van a creer que no tengo derecho a hablar del PAN. Pero tengo derecho a hablar de todos los partidos, primero porque pago mis impuestos y la burocracia partidaria vive de mis impuestos y los de todos los mexicanos. Además quiero lo mejor para mi país y quiero que los partidos mejoren. Y tercero, caray, mi padre dio la vida por una lucha la cual creo ha sido traicionada radicalmente por quienes llegaron al poder y esto me lleva a exigir y reclamar al mismo tiempo. Porque, ¿cómo va a ser posible que no haya valido la pena la lucha y que tantos responsables le dieron en su madre? No se vale. No lo concibo, lo reclamo: es inconcebible que en dos sexenios de gobiernos panistas no haya existido una cruzada contra la corrupción en el país, siendo que era una de sus banderas.
–¿Ve que fue un error la guerra contra el narco?
–Había que dar el mensaje que el Estado debía gobernar. El error es que Calderón no escuchó a nadie; el llevar a cabo la guerra contra el narco era necesario, el cómo se llevó es lo que se hizo muy mal. Nunca quiso escuchar y entender que lo estaba haciendo mal, no puede ser posible que traigas traumas infantiles que porque en tu casa no te regalaron soldaditos y no jugaste al soldadito, pues ahora de viejo y con poder quieras jugar. ¡Espérate!, estas son cuestiones que ameritan seriedad, acciones con congruencia, análisis con especialistas en la materia y no nada más arranques y eso derivó en grandísimos problemas para el país.
El mejor ejemplo del fracaso de la guerra de Calderón se llama Michoacán. Es su tierra, fue Presidente de la República por seis años y es el periodo en que peor dejó el estado, hoy nos hace crisis lo que él dejó, en otras palabras no tuvo la decencia del bien nacido de haber trabajado a favor de su entidad. El reclamo mío es que tampoco trabajó a favor del mío: los gobiernos panistas no trabajaron en Sinaloa.
–Una tierra clave.
–Caray, ahora son los priistas los que llegaron y se llevaron a cierta gente, mientras que fueron los panistas los que lo soltaron.
–¿Conoció a Calderón personalmente?
–Tuve una reunión en lo personal, estuvo la familia Clouthier, mi madre y mis hermanos con el Presidente y su señora esposa, el 8 de agosto de 2008. Era viernes, estuvimos en Los Pinos invitados por ellos. Decían que estaban invitando a Los Pinos a la gente que había contribuido para que ellos pudieran haber llegado ahí.
Al final de la reunión prácticamente social, le pedí autorización porque llevaba una carta, para ver si me permitía leérsela. Le dije que Sinaloa iba en sentido contrario a Palermo, Gianluca Orlando, aquel padre del renacimiento de la ciudad siciliana sostenía que ahí se iba sacando a la mafia de los gobiernos. Yo veía que en Sinaloa pasaba lo contrario, la mafia se estaba alojando en los gobiernos locales y esto iba a llevar al país a situación de daños irreversibles y donde se podía cruzar el punto de no retorno. Le hacía ver que en Sinaloa su guerra contra el narco no estaba teniendo la importancia que en teoría le estaba dando al tema y que el estado no estaba siendo tocado, que le entrara.
Tengo que decirlo: mi México se llama Sinaloa, aquí está mi tierra, mis intereses, mi familia y aquí tengo comprado el pedacito para que me entierren. Este es el México que necesito, quiero que cambie, veo que lo estamos perdiendo y es el reclamo que le hice a Calderón. Se lo entregué por escrito en una carta.
–¿Cómo reaccionó?
–Nunca hubo un interés de parte de él, era un hombre que no escuchaba, es parte de la problemática de los hombres que llegan al poder.
–¿Es el que más daño le hizo al PAN?
–Estoy convencido que es el que más daño le hizo en los últimos años. Fox fue respetuoso del partido, pero hizo mal gobierno y, sobre todo, por robarse elección de 2006, eso fue ya el tiro de gracia para el PAN, porque es un partido que pregona la democracia, pero mientras no llegue a quienes no quieres o no piensen como tú, si se aproximan a ganar una elección, entonces eres capaz de utilizar los criterios del PRI. Como que no estás siendo congruente en democracia. Todos deben tener la oportunidad de ganar en el entendido de que el que se equivoca pierde. Si el PAN perdió es porque sin lugar a dudas se equivocó.
–¿Cómo evaluaría a Calderón?
–No es problema de blancos y negros, tiene cosas buenas, hay que reconocerlas, pero le reclamo la lucha contra el narco en Sinaloa y en su natal Michoacán, porque es lo menos que esperaría una persona, que un bien nacido mínimo lleve paz y bienestar a su tierra, es lo menos que se espera en una comunidad. El tema del crimen organizado, creo que estuvo bien, en los cómos se equivocó.
La falta de respeto al partido fue impresionante y el tema de corrupción terminó siendo un gobierno corrupto. En otras palabras a Calderón y a su camarilla les gustó el dinero.
NO VALE LA PENA SER PANISTA
–¿Cree que el PAN no aprendió, por el tema de ‘los moches’, y que Madero ganó con la estructura?
–El problema va para largo, la situación es muy seria, el asunto es dónde está esa reserva moral del partido que pueda contribuir como bacilo, como fermento para empezar un proceso de recuperación moral de Acción Nacional
–¿No ve materia prima?
–No la veo. Los que podrían serlo, con todo respeto ya están viejos.
–¿Luis H. Álvarez, Elenita Álvarez de Vicencio?
–Esos, ya es gente que ya se les pasó su tiempo, hicieron mucho, contribuyeron igual, fueron ejemplo de lucha, pero hoy por hoy ya pasó su tiempo.
–¿Se planteó alguna vez regresar al PAN?
–No, no, no. Yo fui panista cuando valía la pena, ahora ser panista da pena. No es lo que más me gusta, hablar del PAN, siento que es una pérdida de tiempo, ni veo que una opinión contraria pueda contribuir, porque no les interesa escuchar, están enfrascados en un contexto de intereses, lo veo con tristeza. Tengo una hermana, Leticia María, quien nos ha estado cuestionando si el sacrificio que significó su lucha valió la pena. Ha habido un debate serio fuerte en la familia porque cada que vemos esta asquerosidad que han hecho del partido, nos lleva a cuestionar si valió la pena.
–Su padre tuvo su momento para la historia.
–Pues sí, pero no lo queremos para que le hagan monumentos sino para que este país cambie. Terminaron echando por la borda toda la lucha.