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Héctor L. Frisbie

21/04/2022 - 12:02 am

Los cubrebocas deben quedarse

En los Estados Unidos una fracción política era ferviente defensora del uso de cubrebocas y la estela de medios de comunicación afines defendían vibrantemente su uso.

Al principio de la pandemia de COVID-19 el uso de cubrebocas, barbijo, o tapabocas no era recomendado ya que la información respecto a ser una medida eficiente de protección en el mejor de los casos no demostraba una utilidad y en otros incluso era desfavorable.

Conforme la gravedad de la pandemia se hacia evidente en países europeos y se extendía al resto del mundo, se publicó en la revista JAMA un artículo en el cual se probaba la utilidad del uso de cubrebocas para disminuir la velocidad de transmisión comunitaria. Fue una de las medidas iniciales que demostraron ser útiles para controlar la desconocida velocidad de expansión de la pandemia y Mexico inició su recomendación de uso en ese momento.

No fueron pocos los grupos de interés que usaron esto como arma política en diversos países del mundo. En los Estados Unidos una fracción política era ferviente defensora del uso de cubrebocas y la estela de medios de comunicación afines defendían vibrantemente su uso. La otra fracción política decía que era una limitación a su libertad garantizada en la constitución. Esto también se presentó en México en otro lamentable momento en el cual los discursos y las preferencias políticas y hasta personales tomaron el uso de cubrebocas como una herramienta mas para dividir entre “ellos y nosotros”, “los buenos y los malos” y el uso de cubrebocas se utilizó como argumento, falso en realidad como muchos otros, pero se uso para brincarse de ahó a la vida personal, preferencia política, apariencia física, estatus socioeconómico, y otras viejas rencillas entre grupos sociales y grupos de poder económico, político e ideológico.

El poco o nulo respeto a los aspectos de salud pública relacionados con el uso de cubrebocas, qué tipo de cubrebocas, bajo qué circunstancia se recomendaba su uso y muchos otros aspectos fueron, como muchos otros, ignorados por políticos, comunicadores, medios de comunicación y eligieron usarlo como herramienta utilitarista para fines personales.

Recientemente el Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, extendió hasta el 5 de mayo la recomendación para el uso del cubrebocas en espacios cerrados, el transporte público, aeropuertos, terminales de tren urbano y suburbano, autobuses, etcétera.

En febrero el Centro para el Control de Enfermedades y Prevención (CDC) había señalado que en la mayoría de los espacios cerrados el uso de cubrebocas ya no era necesario ni recomendado. Las escuelas, gimnasios, restaurantes y centro de diversión como cines y teatros ya no tendrían como requisito el uso de cubrebocas.

No transcurrió una semana de la declaración del Presidente Biden cuando una Juez del estado de Florida anuló el mandato. La respuesta de la Agencia de Seguridad en el Transporte (TSA), líneas aéreas, aeropuertos iniciaron una campaña para retirar los anuncios en los que se indica como necesario el uso de cubrebocas.

Como lo he señalado repetidamente, el retiro del uso de cubrebocas debe ser algo diferenciado desde el punto de vista de la salud pública. Debe aclararse en quiénes es aun recomendable el uso, en qué condiciones será en un futuro recomendable su uso en época de enfermedades de vías aéreas estacionales y otras medidas útiles que deberían ser la herencia de aprendizaje después de esta pandemia. Debe aprovecharse este momento para hacer una campaña educativa que transmita esta información fundamental en la promoción de la salud.

No es casualidad que en las dos temporadas de enfermedades de vías aéreas estacionales transcurridas desde el inicio de la pandemia se hayan presentado muy pocos casos y aun menos, casos de gravedad. El quedarse en casa, el evitar espacios cerrados, uso de cubrebocas y el lavado de manos contribuyeron de manera importante para ello. Es una buena oportunidad para que se adopte el uso de cubrebocas como medida temporal en circunstancias especificas que es menester de la autoridades de salud identificar y transmitir a la población.

Héctor L. Frisbie
Nació en la Ciudad de México en 1965. Se graduó como Médico Cirujano en 1989 en la Ciudad de México. De la especialidad de Ginecología y Obstetricia en 1996 en la Ciudad de México. Fellow del Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia. Se graduó en Alta Dirección en Instituciones de Salud Publica en el IPADE. Jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Centro Médico Dalinde en la Ciudad de Mexico. Director General del Hospital de Alta Especialidad Materno Infantil en León, Guanajuato. Es candidato al Doctorado en Salud Pública por la Universidad Walden en Minneapolis Minnesota. Desde 2010 practica medicina en EU. Participa regularmente en entrevistas de salud en las cadenas UNIVISION y TELEMUNDO. Tiene un canal educativo en YouTube en aspectos de Salud asociado a un noticiero y se transmite cada semana en la República Mexicana.

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