El West Texas apenas se beneficia de los recortes de la OPEP porque el espacio para almacenar el crudo se acaba en algunas regiones de Estados Unidos. Además exportar el petróleo es caro, porque los buques son ahora almacenes flotantes.
La demanda se ha desplomado en Estados Unidos con las medidas de confinamiento. Los recortes de la OPEP+, de 9.7 millones de barriles diarios a partir de mayo, han influido de forma importante en el Brent, puesto que la mayor carga la asumen Rusia y Arabia Saudita.
Por Vicente Nieves
Ciudad de México, 21 de abril (Economía Hoy).- La semana pasada el futuro del petróleo West Texas para entrega en mayo se dejó casi un 20 por ciento en los cinco días de sesión, mientras que su homólogo europeo (el Brent) cayó un 10 por ciento. En la sesión de este lunes la diferencia fue mucho mayor, el crudo americano se ha dejado un 300 por ciento y cotizó en negativo en los 37.63 dólares por barril mientras que el de Brent lo hizo en los 25 dólares el barril, dejándose así un 8 por ciento.
A partir de este martes corresponde mirar el futuro de West Texas para junio, que cotiza en niveles positivos sobre los 15 dólares (es decir, ya no pagan por comprar ese barril de crudo) al tiempo que el de Brent lucha por mantener los 20 dólares con una caída del 22 por ciento.
Aunque estos dos tipos de petróleo son muy parecidos (tienen poco azufre, siendo dulces y ligeros, que son los crudos más demandados), ahora mismo tiene un mayor problema de exceso de oferta el West Texas que el Brent. En varios sitios de Estados Unidos se está acabando el espacio para almacenar este tipo de crudo, mientras que la industria del shale oil sigue bombeando para mantener su actividad, generando mucho más crudo del que consumen los americanos.
¿Por qué no lo exportan? Los comerciantes americanos lo intentan, pero esto sucede justo cuando los buques petroleros, que habitualmente se usan para exportar el crudo, están siendo empleados como plataformas flotantes para almacenar esta materia prima (porque en tierra la infraestructura está al límite), lo que ha disparado el precio de estas embarcaciones, obligando al West Texas a ofrecer un descuento mayor para intentar ser atractivo fuera de Estados Unidos.
El petróleo en general (tanto West Texas, como Brent y otras variedades) está sufriendo el mayor desplome de la demanda en su historia. Sin embargo, en las últimas semanas el West Texas ha sufrido mayores caídas que el petróleo europeo. Son varias las razones. Primero porque el Texas aguantó mejor el principio de la crisis del coronavirus. En Estados Unidos se tomaron medidas restrictivas más tarde que en Europa y Asia, por lo que la demanda real no ha empezado a sufrir el golpe de forma clara hasta finales de marzo.
Por otro lado, la guerra de precios y producción que mantuvieron Rusia y Arabia Saudita afectó sobremanera al Brent, que es la referencia que compite directamente con el crudo que se produce en la mayor parte de la OPEP y Rusia. Si estos países producen mucho crudo a precio muy barato, los productores de Brent se ven obligados a reducir el precio de su petróleo para competir con otros crudos, mientras que el WTI tenía la ventaja de encontrarse con un vasto océano de por medio que encarece algo el transporte. Aún así también se vio arrastrado en parte por llegada de crudo (sobre todo saudí y e iraquí) más barato.
Ahora se está revirtiendo esa situación. Por un lado, la demanda se ha desplomado en Estados Unidos con las medidas de confinamiento, lo que ha disparado el aumento de los inventarios de petróleo en el país, con subidas semanales históricas. Mientras que los recortes de la OPEP y Rusia (-9.7 millones de barriles) han influido de forma importante en el Brent, puesto que la mayor carga la asumen Rusia y Arabia Saudita, en Estados Unidos el impacto ha sido mucho menor. Teniendo en cuenta el desplome de la demanda, el petróleo producido en Estados Unidos cubre de sobra todo el consumo del país.
A esto hay que sumar la advertencia que lanzaba la Agencia Internacional de la Energía (AIE) la semana pasada: “La capacidad de almacenamiento puede saturarse en algunas regiones antes de que ocurra a nivel global. Este es particularmente el caso en regiones sin acceso al mar en lugares de América del Norte o Rusia. Una vez que el almacenamiento local está saturado, si no hay medios para acceder directamente a los mercados internacionales, la producción debe detenerse. Los productores de crudo del oeste de Canadá, así como algunos productores de shale oil (petróleo de esquisto) en Estados Unidos, también enfrentan hoy estas limitaciones”.
Las regiones que tienen ya sus tanques saturados de petróleo en Estados Unidos y no pueden acceder a los mercados internacionales de forma sencilla (no hay oleoductos construidos hacia zonas con salidas al mar, mientras que el transporte por tren y camión es mucho más caro) se ven obligados a regalar casi el petróleo para quitárselo de encima. Todo esto arrastra al West Texas que es prácticamente incapaz de salir de Estados Unidos ante el drástico incremento del precio de los fletes de los buques en los últimos meses. Estados Unidos se encuentra inundado en petróleo y no puede hacer casi nada para sacarlo fuera del país.
Los economistas de Bank of Amercia Merryll Lynch explican en una nota que “el almacenamiento en Estados Unidos debería aumentar relativamente más rápido que otras regiones. A menos que los recortes en la producción de Estados Unidos sean más grandes de lo previsto, los diferenciales (la diferencia del precio) entre WTI y el Brent deberían ampliarse a medida que más barriles norteamericanos compiten para llegar al agua”, comentan estos expertos.
Por otro lado, desde la Agencia Bloomberg apuntan a que una gran parte de la caída del crudo se produce porque el contrato del futuro de mayo expira el martes, lo que obliga a la recepción física del petróleo (recibir el crudo tal cual) en un momento en que la capacidad de almacenamiento es muy baja.
Esta situación podría cambiar antes de lo esperado si la Comisión de Ferrocarriles de Texas, que es el regulador de petróleo y gas en el estado, acuerdan grandes recortes de la producción en el estado antes de que los propios precios lleven a la quiebra a varias empresas del sector. Esta Comisión se ha reunido en varias ocasiones para discutir sobre los recortes potenciales, pero sigue habiendo un claro desacuerdo entre los productores sobre cómo aplicar los recortes entre cientos de empresas privadas. En general, los productores más pequeños (con menos liquidez y resistencia) apoyan los recortes, mientras que los productores más grandes están más dispuestos a permitir que quiebren las empresas que no puedan sobrevivir.