México

Exhiben océanos plásticos

Microplásticos invaden peces que comemos: Greenpeace; exige a México defender tratado

21/03/2024 - 7:11 pm

Con más de 800 mil firmas ciudadanas, Greenpeace pidió a las autoridades mexicanas fijar una postura para defender un tratado intencional que reduzca la contaminación por plásticos en océanos y otros ecosistemas, mientras que a nivel nacional aún está pendiente una reforma para prohibir los plásticos de un solo uso.

Ciudad de México, 21 de marzo (SinEmbargo).– México debe mostrar su compromiso para frenar la contaminación plástica tanto a nivel internacional como nacional, exigió Greenpeace a la delegación de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) que el próximo mes participará en las negociaciones mundiales por un Tratado Global de Plásticos.

Además de la organización, más de 800 mil mexicanos y mexicanas han respaldado con sus firmas la petición para que autoridades garanticen océanos libres de plásticos, ya que en México estos se encuentran hasta en los peces de consumo humano.

“Nosotros estudiamos microplásticos en peces comerciales de México y encontramos que uno de cada cinco peces tenían microplásticos en sus vísceras, estamos hablando de peces de consumo humano. Si bien este estudio no es contundente sobre cómo comer peces con microplástico nos puede afectar, cada vez hay más estudios sobre el tema. Por ejemplo, hay estudios que indican que los bebés pueden estar ingiriendo hasta 10 veces más microplasticos que las personas adultas”, alertó Ornela Garelli, campañista de Océanos Sin Plásticos de Greenpeace México.

En el “Estudio sobre el impacto de la contaminación por microplásticos en peces de México” (2019) elaborado por Greenpeace y universidades como la UNAM, se encontró que de 755 peces muestreados, 20 por ciento tenía plástico en su estómago.

Además de este panorama, Garelli destacó que actualmente los microplásticos también se encuentran en el aire, y “por eso son un problema de salud pública“.

Con el mensaje: “Secretaría de Relaciones Exteriores, es tu turno” colocado este jueves afuera de las oficinas centrales de la dependencia, en la colonia Juárez de la Ciudad de México, representantes de Greenpeace llamaron a las autoridades a defender un Tratado Global de Plásticos que considere todo el ciclo de vida de este material.

Es decir, los impactos ambientales que trae desde la extracción de petróleo para elaborar los productos, hasta la contaminación que generan los residuos tanto en el mar como en otros ecosistemas.

Del 21 al 30 de abril el Comité Intergubernamental de Negociación sobre la Contaminación por Plásticos (INC-4) se reunirá en Ottawa, Canadá, para discutir el tratado, por ello Greenpeace también presentó a la SRE las 822 mil 342 firmas de ciudadanos y ciudadanas recabada vía internet para pedir a las autoridades impulsar acciones que pongan fin a la contaminación plástica.

El llamado a la delegación mexicana que participará en las negociaciones del INC-4 es que exiga un tratado –cuya versión final se espera tener a finales de año– fuerte y jurídicamente vinculante para solucionar de raíz la contaminación plástica.

“El Tratado, debe tener un objetivo global de reducción de la producción de plástico de al menos 75 por ciento para 2040 con respecto a los niveles de 2019”, destacó Greenpeace esta mañana.

Ornela Garelli, campañista de Océanos Sin Plásticos de Greenpeace México destacó que actualmente los microplásticos también se encuentran en el aire, y “por eso son un problema de salud pública“. Foto: Montserrat Antúnez, SinEmbargo.

VAN POR REFORMA EN MÉXICO

A la par de las exigencias a la SRE, Greenpeace inició una campaña para impulsar en México una reforma a la Ley General de la Prevención y Gestión Integral de los Residuos para que las empresas se hagan responsables de la contaminación que generan y prohibir los plásticos de un solo uso como popotes, plásticos, vasos, cubiertos desechables, botellas de plástico que se utilizan para bebidas o envases de artículos de cuidado personal y limpieza, identificados porque llegan a los océanos y los contaminan.

La reforma también busca incluir la responsabilidad extendida de los productores, es decir, hacer responsables a las empresas contaminantes porque hasta ahora sólo promueven campañas para invitar a las y los consumidores a reciclajar, pero no es suficiente.

“Las responsabilidades ciudadanas no se comparan con las que tienen grandes refresqueras como Coca-Cola, u otras empresas como Nestlé, Unilever, que están produciendo millones de toneladas de estos productos en el mundo y enriqueciéndose. Estas empresas tienen que hacerse responsables de sus productos durante todo su ciclo de vida y empezar, por ejemplo, a financiar la recuperación de estos residuos y que no quede sólo en recursos públicos, con los municipios que lo hacen”, expuso Ornela Garelli.

La intención de la reforma, agregó, también es obligar a las empresas a asegurarse que sus productos se reciclen y a rediseñarlos para que sean reutilizables y no desechables, es decir, que no generen residuos.

Para presentar esta propuesta ciudadana al Congreso de la Unión, Greenpeace México necesita reunir al menos 200 mil firmas, las cuales se estarán recabando en módulos llamados “puntos azules” que se instalarán en diversas partes del país, este mes estarán en la Ciudad de México, en Puebla y Guadalajara, Jalisco. La ubicación del punto más cercano se puede encontrar en el sitio web de la organización.

Gustavo Ampugnani, director ejecutivo de la organización, destacó en febrero, en una entrevista para el programa En Defensa del Consumidor, de Estudio B de SinEmbargo, la urgencia de exigir que las empresas se hagan responsables de sus desechos.

“[Es necesario] incorporar en la legislación la responsabilidad extendida al productor porque no podemos seguir con una industria que no se hace responsable de los residuos que genera sabiendo que muchos de esos empaques son altamente contaminantes y tienen una vida útil de dos o tres minutos, totalmente irracional”, dijo.

Este jueves, Ornela Garelli recordó que al menos desde 2019 organizaciones civiles han buscado reformar la Ley General de la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, pero no lo han logrado “por la colución tan fuerte que existe entre el poder político y el económico. Vimos cómo algunos legisladores, particularmente en el Senado, apoyaron descaradamente a la industria del plástico, incluso aprobaron una minuta para reformar esta ley totalmente proindustria”.

Auditorías independientes coordinadas por el Colectivo Break Free From Plastic señalan a compañías como The Coca-Cola Company, PepsiCo, Nestlé, Mondelēz International, Unilever, Mars y Danone, entre otras, como los principales generadores de contaminación plástica, al mismo tiempo, varias han sido señaladas por El Poder del Consumidor por influir mediante cabildeo para que sigan vigentes legislaciones más permisivas.

“Entre los actores identificados con mayor presencia para este cabildeo se encuentran asociaciones empresariales como Ecoce, quienes realizan un fuerte énfasis en el acopio de residuos y su reciclaje como solución. Ecoce es conformada por industrias como Coca-Cola, Nestlé, MARS, Bonafont, Danone, Grupo Bimbo, Ciel, Sabritas, PepsiCo y otros gigantes de la industria de ultraprocesados”, denunció desde el año pasado la organización al presentar el estudio de caso Empaquetado y procesamiento: Ahogándonos en plásticos.

Otros actores como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) han impulsado iniciativas de autorregulación como el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico, “rechazado públicamente por su laxitud y metas de bajo impacto por organizaciones internacionales de Economía Circular como la Fundación Ellen McArthur”, recordó El Poder del Consumidor en agosto pasado.

El CCE impulsa dicho acuerdo a través de Think Tanks (laboratorios de ideas) como Cespedes, del que forman parte Coca-Cola, Femsa, PepsiCo, BASF, Arca Continental, Walmart, Grupo México, Bayer y la ANIQ.

Montserrat Antúnez
Periodista. Comprometida con comunicar temas sobre acceso a la justicia y derechos humanos. Trabaja por un periodismo con perspectiva de género y que respete la dignidad de las personas.
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