Los comentarios de Karl Lagerfeld fueron más que sólo palabras de un hombre excéntrico que gustaba de llamar la atención, sus opiniones fueron misóginas, racistas y cacomorfóbicas, pero la gran industria de la moda lo minimizó para no afectar la imagen del gran diseñador sucesor de Coco Chanel.
Ciudad de México, 21 de febrero (SinEmbargo).– El fallecimiento de Karl Lagerfeld ha provocado numerosas reacciones en redes sociales; por un lado, personajes del mundo de la moda como de la cultura en general y la política lamentaron su muerte en Twitter y rápidamente, el ícono que llevaba 35 años al frente de la casa Chanel, se colocó en la primera tendencia.
Sin embargo, muchas otros recordaron el lado más oscuro del diseñador. El kaiser de la moda hablaba sin tapujos, y muchas veces sus frases fueron calificadas de misóginas, racistas y cacomorfóbicas, y la mayoría de veces éstas fueron ignoradas por sus seguidores para no provocarle daño. Así lo señala la escritora Lara Witt en su artículo “Dejen de lado a los opresores: Anticondolencias para Karl Lagerfeld“, para la revista Wear Your Voice, donde señala que industria de la moda dejó pasar por alto los comentarios del diseñador alemán.
El artículo recuerda que en varias ocasiones, el diseñador realizó expresiones misóginas como cuando tuvo una conversación con Carine Roitfeld, editora en jefe de CR Fashion Book, a quien refirió que sería una pena que se cargara con una “hija fea” y que tener hijos “era para mujeres, no para hombres”.
En 2009, dijo en una entrevista – previo al estreno de la cinta Coco antes de Chanel– que Coco Chanel no era feminista porque ella “no era lo suficientemente fea como para eso”.
Ademas se expresó de manera terrible de las mujeres por su aspecto físico. En innumerables ocasiones dijo que le gustaba estar rodeado de gente bella, pero a los que él consideraba “menos agraciados”, los atacaba. Como cuando en 2012 dijo de la cantante Adele que era “un poco demasiado gorda, pero tiene un bello rostro y una voz divino”.
“Los estampados florales son para mujeres gordas de mediana edad”, “La clase media no tiene suficiente clase” o “Todas las que critican a las modelos por aparecer huesudas o anoréxicas son las típicas madres gordas que se sientan en el sofá todo el día comiendo patatas fritas” fueron otras de las desafortunadas palabras de este diseñador que siempre decía lo que pensaba y a veces “hasta lo que no pienso”.
Otra de sus salidas de tono fue cuando dijo: “Kate Middleton tiene una silueta agradable; me gusta ese tipo de mujer, me gustan las bellezas románticas. Pero de su hermana no me gusta su cara. Ella debe mostrar solo su espalda”.
Ni qué decir cuando le pidieron su opinión sobre #MeToo, Lagerfeld declaró que estaba “harto” con el movimiento, e incluso, dijo que “las estrellas tardaron 20 años en recordar lo que pasó”, acuñando las denuncias a un problema de memoria. “¡Si no quieres que te saquen los pantalones, no te conviertas en modelo! Únete a un convento, siempre habrá un lugar para ti en el convento”, aseveró.
También fueron criticadas sus reacciones hacia los niños. “Odio a los niños” o sus descalificaciones hacia los arreglos estéticos. “Nada hace que parezca más viejo que intentar ser joven. Las peores son las operaciones de labios; hay personas que lo han hecho y después ya son irreconocibles. Parece que volaron a través del parabrisas durante un accidente de coche y los reconectaron mal después”.
Lo políticamente incorrecto era su debilidad y la provocación la ley con la que regía su vida y su marca: “Siempre hago lo que se supone que no debería hacerse”, sentencíaba Lagerfeld en una de las frases del libro El mundo según Karl.
Karl también fue un hombre racista que criticó la política migratoria de la Canciller alemana Angela Merkel con un tono islamófobo.
“Aunque haya décadas entre una cosa y otra, uno no puede matar a millones de judíos para poder poner en su lugar a millones de sus peores enemigos”, dijo en un programa francés.
Desafortunadas fueron sus palabras hacia los hombres rusos:”Son tan feos que si fuera yo una mujer rusa, me haría lesbiana”.
A pesar de lo alarmante que fueron todos sus comentarios, las publicaciones los calificaron como “’maliciosos’, ‘ malintencionados’, ‘ ácidos y superficiales’ y ‘polémicos’ en lugar de sexistas, misóginos, racistas, fatofóbicos e islamófobos”, señala la escritora Lara Witt.
En su artículo destaca que la industria de la moda permitió que Karl Lagerfeld siguiera en la cima e inmaculado, y sus comentarios fueron reducidos y justificado bajo su imagen de “excéntrico” .
–Con información de EFE