¿Por qué solemos decir que los nutriólogos no sirven? ¿Por qué desertamos con facilidad de las dietas prescritas por ellos? Abajo enlistamos los errores más comunes por los que sus métodos no suelen ser efectivos y más abajo leerás sobre un nuevo esquema para bajar de peso y darle a tu cuerpo los nutrientes específicos que necesita de acuerdos a tu complexión y estilo de vida (Ver punto número 4) es decir una dieta sumamente personalizada llamada: Bio-individual.
Eliminar o reducir demasiado el consumo de carbohidratos lo que provoca que después de una semana le entres con más ganas al pan, a la tortilla o a toda clase de postres.
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Recomendar el uso indiscriminado de suplementos alimenticios innecesarios (malteadas proteínicas, carnitina, enzimas...) en sustitución de los alimentos. Si funcionan, pero hay que recordar que son suplementos no sustitutos.
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Prescribir fármacos adelgazantes o de reducción del apetito. El paciente tiene que generar consciencia de sí mismo y bajar de peso por convicción.
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No confeccionar una dieta con base en las necesidades bio-individuales (metabolismo basal, gasto energético, peso, talla, edad, estilo de vida, preferencias alimenticias).
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Falta de exactitud en el cálculo de nutrientes y calorías aportados por la dieta prescrita.
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No prestar atención a las contraindicaciones de recomendar el consumo de cierto tipo de alimentos a pacientes que consumen ciertos fármacos o presentan alguna enfermedad.
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Ofrecer resultados a corto plazo, en especial, en el tratamiento de sobrepeso y obesidad.
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Prescripción generalizada de las mismas dietas a diferentes personas.
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Este último punto es muy importante, pues pocos son los nutriólogos que hacen una investigación exhaustiva de sus pacientes para prescribir una correcta alimentación. Afortunadamente existe una reciente modalidad en la nutrición: la Dieta Bio-individual, la cual provee y cubre las necesidades de cada individuo para una vida saludable.
El bienestar físico-mental-emocional de toda persona está ligado a la interacción con el entorno, a las relaciones sociales saludables y a la calidad de su dieta. Mantener el equilibrio entre estos factores es el secreto de la buena salud y la longevidad.
El cuerpo humano está compuesto por muchos de los mismos elementos que conforman al universo y a la naturaleza (hidrógeno, oxígeno, carbono y nitrógeno, además de otros muchos elementos en proporciones más bajas, como calcio, fósforo, potasio, hierro, zinc, cloro). De las partículas del cosmos y de la naturaleza provenimos y de ellas debemos nutrirnos en cantidades adecuadas para mantenernos vivos, armónicos y con buena salud. Por eso es importante comer alimentos frescos y sometidos al mínimo proceso de industrialización.
Una dieta bio-individual saludable (aún cuando sea baja en calorías) no debe ser la restricción de la ingesta de comida con el único fin de conseguir cierto peso corporal. Se trata de aportarle al cuerpo exactamente los nutrientes que necesita para sostener y reforzar sus mecanismos homeostáticos y de auto-sanación sea cual fuere su situación fisiológica o patológica.
Aquí te damos 10 ideas para que lleves una dieta bio-individual saludable:
1. Ingiere alimentos diversos, cuyos nutrientes estén presentes en proporciones acordes a la energía (calorías) que tu cuerpo necesita a diario con base en: tu metabolismo basal, gasto energético por actividad y termogénesis postpandrial.
2. Incluye en cada ingesta todos los grupos de alimentos para que tu organismo no sufra por carencias que afecten su funcionamiento y lo pongan en riesgo:
Proteínas (huevo, pescado, pollo, conejo, carne magra res y cerdo, cordero)
Hidratos de carbono (complejos: pan y cereales integrales (no de caja), arroz, papa hervida, legumbres, frutas verduras, lácteos)
Grasas (aceite de oliva, canola y girasol, frutos secos (almendras, nueces)
Vitaminas y minerales (presentes en los anteriores grupos de alimentos)
3. Realiza siempre cinco comidas al día o, al menos, las tres principales (desayuno, comida, cena).
4. No suprimas ninguna de las ingestas principales con el propósito de realizar la comida siguiente en mayor cantidad.
5. Toma agua (1.5 – 2 l.) a lo largo del día, ya sea en las comidas o fuera de ellas.
6. Consume a diario una ingesta mínima de fibra (≥ 35 gramos): verdura cruda, legumbres, pan integral, fruta....
7. Si entre semana comes fuera de casa, pide platillos sencillos y no muy elaborados, que no contengan salsas hechas con crema de leche.
8. Mastica despacio tus alimentos y come sentado a la mesa, con tranquilidad y en compañía de gente.
9. Intenta respetar al máximo los horarios de comida.
10. Realiza mínimo 3 veces por semana una práctica física que conduzca a un gasto de al menos 300 kcal (1/2 Hr. de correr, nadar, ciclismo o 1 Hr. de caminata).
Aún en medio de la ajetreada cotidianidad, es posible vivir con Bienestar en Balance. Si te interesa conocer este modelo amigable y genuino de autotransformación, exento de privaciones y pleno de satisfacciones, envíanos un correo a [email protected]
Lic. Katja Suárez Katainen
Máster Internacional en Nutrición y Dietética Aplicada