Este año, el Gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador realizó la entrega de las primeras etapas y producciones de obras emblemáticas de su administración tales como el Tren Maya, la Refinería “Olmeca” Dos Bocas, el Aeropuerto de Tulum y la recuperación del Tren Interurbano México-Toluca.
Ciudad de México, 21 de diciembre (SinEmbargo).– “Estamos haciendo historia”. Con esas palabras y una bandera azul turquesa, el Presidente Andrés Manuel López Obrador inauguraba en junio de 2020 las obras de construcción para el primer tramo del Tren Maya, “el más importante proyecto de infraestructura, desarrollo socioeconómico y turismo del presente sexenio”, según el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.
Tres años después, no sólo hizo la entrega de la primera etapa del Tren Maya, sino que también –entre críticas y contratos multimillonarios– empezaron las operaciones de la Refinería Dos Bocas y el Tren Interurbano México-Toluca, obra olvidada del sexenio anterior de Enrique Peña Nieto; así como del Aeropuerto de Tulum.
“[La entrega de los proyectos] se cumplen en los plazos establecidos, en el sentido de entregarlo antes de finalizar el sexenio, y eso es muy importante porque luego si una obra queda inconclusa, puede haber riesgo de que la siguiente administración tarde en asentarse y darle continuidad a un proyecto, por un lado”, señaló el economista Mario Campa.
“Por el otro, conforme se va extendiendo un proyecto de estas dimensiones –como lo vimos con el Tren México-Toluca–, los costos también se disparan por la inflación y porque, si se va construyendo por fases, se van olvidando ciertas capacidades y se van retomando ciertas cosas, que todo eso es tiempo y el tiempo es dinero, por lo que era importante que estos proyectos se ejecutarán lo más rápido posible”.
Y fue así, que a lo largo de 2023, el Presidente López Obrador comenzó la entrega de las primeras fases de obras emblemáticas y estandarte de su administración.
COMIENZAN A OPERAR TRENES Y AEROPUERTO DE TULÚM
El megaproyecto emblemático de la administración lopezobradorista fue criticado por ambientalistas por su impacto ecológico de devastación de suelos forestales y por la falta de atención a los llamados de pueblos indígenas aledaños que exigieron un alto a la construcción del Tren Maya.
Aún así, este pasado 15 de diciembre se realizó el primer viaje sobre el tramo que recorre de Palenque, Chiapas, a Cancún, Quintana Roo; y para el cual los boletos se agotaron en tiempo récord.
“Buena parte del proyecto directo, que es el tren, se financia con la tarifa del tren en sí, del costo del boleto; pero por otro lado se empiezan a generar otras actividades alrededor”, expuso Campa. “Empieza a haber comercios alrededor, formales e informales, que van empleando a gente y no necesariamente están directamente en la operación del tren, puede no haber necesariamente una conexión directa, pero definitivamente dependen del turismo que se va generando por ese flujo de pasajeros”.
De acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, identificó entre enero y diciembre de 2022 un gasto aprobado para el Tren Maya de 62 mil 942 millones de pesos, aunque se ejerció en dicho año un total de 173 mil 012 mdp, casi el triple del monto previsto inicialmente en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022.
De la mano del Tren Maya se construyó el Aeropuerto “Felipe Carrillo Puerto” de Tulum, Quintana Roo, para atender la demanda de turistas en la Península de Yucatán. La inversión para la terminal aérea ascendió a los 3 mil 200 millones de pesos y su administración quedó a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Fue el pasado 1 de diciembre cuando, junto con la Gobernadora de Quintana Roo Mara Lezama Espinoza, el Presidente López Obrador inauguró el aeropuerto, que actualmente opera únicamente con vuelos nacionales de las aerolíneas Viva Aerobús y Aeroméxico, si bien empresas estadounidenses como Delta Airlines y United Airlines han anunciado que en 2024 tendrán disponibles vuelos que conecten Estados Unidos con el pueblo turístico.
Otra muestra de la política de impulso a los ferrocarriles de la administración actual se produjo el Día de la Independencia, cuando se realizó el primer viaje del Tren Interurbano México-Toluca.
Ese 15 de septiembre se vio marcado no sólo por los festejos en el Zócalo capitalino, sino también por la recuperación de la obra abandonada por el sexenio de Enrique Peña Nieto, en un evento en el cual estuvieron presentes López Obrador, el entonces Gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza; y su ahora sucesora Delfina Gómez Álvarez.
“El Insurgente”, como fue llamado dicho transporte, empezó sus operaciones a lo largo de las primeras cuatro estaciones del total de siete que conectarán para 2024 la capital del Estado de México con la capital del país. “Esta obra”, dijo el Presidente López Obrador durante la inauguración, “es una muestra de que no dejamos obras inconclusas, aunque pudimos haber puesto pretextos” para no hacerla.
En julio, previo a su inauguración, el Gobierno federal anunció en conferencia matutina desde Palacio Nacional que la inversión de la actual administración en dicha obra había sido de 97 mil millones de pesos y se estimaba que para 2024, el Tren Interurbano tuviera una demanda de 81 mil pasajeros diarios, que crecería a 195 mil para 2045.
¿HACIA UNA SOBERANÍA ENERGÉTICA?
El primero de los megaproyectos en ser entregados este año fue la Refinería “Olmeca” en Dos Bocas, Tabasco, que aunque ya había sido inaugurada en julio de 2022, no fue hasta septiembre del año en curso que empezó la producción de petrolíferos, que se calcula que será de 290 mil barriles por día para el cierre del 2023.
“Ya detuvimos la caída de 15 años consecutivos en la industria del petróleo. A fines de 2018, sólo se extraía un millón 700 mil barriles diarios y de haber continuado esa tendencia, estaríamos importando petróleo crudo. Ahora producimos un millón 900 mil barriles diarios, se logró rescatar la actividad petrolera en los relacionado con la producción de petróleo crudo”, presumió en ese momento el Presidente López Obrador, quien inicialmente proyectó un gasto aproximado de 8 mil millones de dólares para este fin.
La administración actual ha insistido a lo largo de cinco años que buscaba generar soberanía energética para México a través del fortalecimiento de las refinerías existentes y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero analistas como Arturo Carranza, de Akza Consultores, apuntaron a que los esfuerzos de López Obrador apuntan más a una meta política que económica, en el fondo.
“Era evidente un deterioro marcado en el sistema de refinerías de México, producto de una desinversión que se había realizado, al menos en el último sexenio de Enrique Peña Nieto; y también un factor de una tendencia a la baja en el procesamiento de crudo y en la producción de de petrolíferos, entonces cuando el presidente este toma posesión lo que anuncia es justamente a plantear el elemento de la soberanía energética, donde la construcción tiene una nueva refinería tiene un peso muy particular”, señaló el director de proyectos de energía en Akza Consultores.
Fue por ello que el Presidente López Obrador buscó distanciarse de las acciones de sus antecesores en materia energética, tal como el despilfarro de 500 millones de pesos que hizo el expresidente Felipe Calderón Hinojosa en la supuesta construcción de la Refinería “Bicentenario” de Tula, de la cual a la fecha sólo existe una barda.
“Esta administración lo que ha hecho es tomar decisiones para distanciarse [de las anteriores]”, remarcó Carranza. “Yo observo un poco este [proyecto] como una utopía de este Gobierno, en el entendido positivo de que se plantearon un objetivo y todos los esfuerzos de Gobierno en términos energéticos se han orientado hacia este objetivo, pero el objetivo se va moviendo en términos de incremento de la demanda y pues hay que seguir avanzando, y así es como está avanzando este Gobierno en materia energética”.
El CEFP de la Cámara de Diputados identificó que en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022 el gasto inicial aprobado para la Refinería fue de 45 mil millones de pesos, bajo el rubro “Coordinación de la política energética en hidrocarburos”, aunque el gasto real ejercido fue de 188 mil 306 millones de pesos (aproximadamente 10 mil 840 mdd), en un momento en que las cadenas de suministro apenas comenzaban a restaurarse tras la pandemia de COVID-19.
“Mi primera crítica [hacia el proyecto] tiene que ver con el hecho de que se hayan establecido metas que estresaron el proceso de desarrollo de construcción; y la segunda tiene que ver con la planeación misma del desarrollo de la construcción de la refinería.Creo que pudo haber existido mejoras en la planeación que hubieran permitido sujetarse –independientemente de la pandemia que se atravesó– a las inversiones estimadas”, apuntó Carranza.
A la par, el analista concluyó en un primer análisis sobre el beneficio de Dos Bocas, apuntó a que si bien hay un esfuerzo para generar una soberanía energética, éste es insuficiente de cara al deterioro del sistema de producción nacional.
“Los resultados han estado por debajo de las expectativas, pero han estado debajo por las expectativas porque el deterioro en el sistema de refinerías es muy grande y esta estrategia de rehabilitación no es suficiente para poderlo revertir, se necesitarían más recursos”.