Expertos de la UNAM advirtieron que los fármacos para tratar los contagios de COVID-19 no sustituyen a la vacunación contra el virus, ya que sólo son una herramienta para que el paciente reduzca el riesgo de que la enfermedad se agrave o, incluso, la muerte.
Ciudad de México, 20 de noviembre (SinEmbargo).- Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advirtieron que los medicamentos para tratar la enfermedad de la COVID-19 no sustituyen la vacunación contra el coronavirus.
Carlos Arias Ortiz y Alejandro Sánchez Flores, integrantes del Instituto de Biotecnología de la UNAM, explicaron que los fármacos Molnupiravir y Paxlovid son sólo una herramienta, que se utiliza como complemento para tratar la infección de COVID-19, por lo que no pueden considerarse “como una cura por sí mismos”.
Arias Ortiz explicó que dichos medicamentos únicamente son un tratamiento para los pacientes a quienes se les diagnosticó COVID-19 y tienen riesgo de enfermedad severa o muerte. “No son medicamentos que curan, pero previenen la severidad de la enfermedad y también la muerte”, dijo, y agregó que la evidencia indica que al tomarlos el riesgo de fallecimiento disminuye.
Por su parte, Sánchez Flores añadió que los fármacos son una “herramienta más de combate”, pues aunque las vacunas que previenen de síntomas graves y la muerte, hay evidencia que en algunos casos la enfermedad se sale de control, ya que en algunas personas los biológicos no genera la respuesta inmune esperada.
Por ello, “tener acceso al medicamento, sobre todo al inicio de los síntomas, nos da esa opción de poder reducir los casos de enfermedades graves… es un complemento que no debe sustituir a la vacunación”, enfatizó el experto de la UNAM.
A través de un comunicado, recordaron que el Molnupiravir, de la farmacéutica estadounidense Merck, fue autorizado en Reino Unido, así como por la EMA (Agencia Europea de Medicamentos) para su uso de emergencia como tratamiento contra la COVID-19, lo que se espera también por parte de la FDA en Estados Unidos.
Respecto al Paxlovid, de la también estadounidense Pfizer, solicitó autorización al órgano regulador de Estados Unidos el pasado 9 de noviembre. Ambos fármacos, indicaron los investigadores, se consideran una estrategia adicional que contribuyen a disminuir las muertes en los casos que lo requieran.
Sin embargo, Arias destaco que no se recomienda para todas las personas que se contagian de COVID-19, sino en los pacientes mayores edad y con comorbilidades, quienes tienen riesgo de padecer una enfermedad severa o muerte, por lo que no se receta a jóvenes, principalmente quienes no presenten trastornos.
Sobre la efectividad de estos medicamentos, Arias Ortiz detalló que en el “caso de Molnupiravir, el 7 por ciento de los pacientes tratados con el medicamento fueron hospitalizados contra el 14 por ciento del grupo de quienes no lo tomaron”.
Refirió que “durante el estudio no fallecieron personas que hayan recibido el medicamento, mientras que en el grupo al que se le dio un placebo hubo ocho muertos, por lo que tiene un 100 por ciento de protección contra muerte y 50 por ciento de efectividad contra enfermedad severa”.
“En el caso de Paxlovid, lo que encontraron fue que un 0.8 por ciento de quienes estuvieron en el estudio tuvieron que ser hospitalizados, contra 7 por ciento del grupo placebo; esto implica un 89 por ciento de efectividad contra hospitalización. Y contra muerte, se reportó 100 por ciento de efectividad, contra siete fallecimientos entre los que recibieron el placebo”, ahondó Arias.
“Los medicamentos van a ayudar a evitar síntomas graves y la muerte. Así como lo hacen las vacunas, pero para que a final de cuentas ese número que se sale del porcentaje de eficacia pueda ser tratado con pastillas. Si lo pensamos un poquito, esto da un cuello de botella mucho menor porque la producción no sería tan masiva. Eso daría una reducción de costos. Pero los medicamentos no son un sustituto, lo debe tener claro la gente. Es un complemento, un salvavidas extra”, añadió Sánchez Flores.
No obstante, los expertos señalaron que no se puede saber con exactitud cuando estarán disponibles en el mercado, lo que dependerá de la “capacidad de producción del próximo año, de la demanda y de la rapidez con que se puedan licenciar estos productos a la India”, aunque ven difícil que para el próximo años estén disponibles en México.
El precio es otro de los inconvenientes para acceder a estos fármacos: Por ejemplo, el Molnupiravir tiene un costo aproximado de 700 dólares, es decir, 14 mil pesos mexicanos, de acuerdo con la empresa que lo produce. Mientras que para el Paxlovid, Pfizer no ha anunciado precio.
Aunque en el caso del Molnupiravir se tiene una patente abierta, por lo que se puede licenciar para que se produzca en empresas de otros países de manera genérica, lo que podría disminuir su costo, y para el Paxlovid, Pfizer adelantó que tratará que sea asequible para países de ingresos medios, y dar licencias para otras naciones lo manufacturen.
“Hay un respaldo de las Naciones Unidas que se conoce como Fondo de Patentes de Medicamentos, que negocia con las compañías que tienen la patente para licenciarlas a países de bajos ingresos y de ingresos medios para que las produzcan de manera genérica. Esto permitirá que, de acuerdo a Merck, 105 naciones tengan la oportunidad de producir este medicamento en sus instalaciones, al menos quienes tengan la capacidad”, detalló Arias.
“Algo importante es que ya se le otorgó licencia a ocho compañías en India, y seguramente a través de estas empresas y de quienes lo puedan producir, podrán abatirse los costos. Aun así, quizá tarde en estar disponible por la demanda de países ricos. El medicamento está restringido para administrarse a personas positivas a SARS-CoV-2 que estén en los primeros días de síntomas y que tengan riesgo por comorbilidades”, subrayó.
Pese estos avances, los investigadores reiteraron que se deben mantener las medidas sanitarias para combatir los contagios de coronavirus, entre las que destacan: el uso de cubrebocas, mantener una distancia considerable entre las personas y que las personas se vacunen.
“El problema es que va a llevar muchos años, al menos dos, que tengamos una vacunación homogénea, más por la aparición de la variante Delta que se postula a ser la predominante en el mundo. Posiblemente se vuelva endémica y esto significa que la vamos a ver circulando, pero las variaciones que está sufriendo son sublinajes de la Delta, tienen características de mayor transmisión pero podría haber una atenuación, ya sea porque el porcentaje de vacunación será muy alto o porque finalmente encontremos un balance entre el virus y nosotros, en el que el virus se transmita pero no cause síntomas tan graves”, concluyó Sánchez Flores.