En un comunicado, Fiat Chrysler consideró que la demanda carece de “méritos” y señaló que se defendería enérgicamente. También acusó a GM de tratar de perjudicar su fusión propuesta con la automotriz francesa PSA Peugeot, así como las negociaciones que sostiene con UAW.
DETROIT (AP) — General Motors entabló una demanda el miércoles contra Fiat Chrysler, en la que acusó a su rival de competencia desleal mediante el pago de sobornos a los directivos del sindicato United Auto Workers.
El presidente del sindicato, Gary Jones, presentó horas después su renuncia con efecto inmediato, informó su abogado.
La demanda, presentada en una corte federal de distrito de Detroit, acusa a FCA de estar involucrada en delincuencia organizada al pagar sobornos millonarios para obtener concesiones y ventajas en tres acuerdos laborales con el sindicato.
Los detalles salieron a la luz en una investigación federal de corrupción en el sindicato, que ha conducido a varios arrestos desde 2017.
El mismo miércoles, la junta ejecutiva del sindicato presentó la documentación para retirar del cargo a Jones y al director regional Vance Pearson, quienes se han visto implicados en la pesquisa federal.
La querella alega que Fiat Chrysler corrompió el proceso de negociación con el UAW en los contratos laborales de 2009, 2011 y 2015 para obtener ventajas sobre General Motors.
“FCA fue el claro promotor de actos ilícitos generalizados, al pagar millones de dólares en sobornos para obtener concesiones” del sindicato, dijo Craig Glidden, el abogado principal de GM. “La manipulación del proceso de negociación colectiva por parte de FCA condujo a costos laborales y ventajas operativas injustas, lo que perjudicó a GM”.
En un comunicado, Fiat Chrysler consideró que la demanda carece de “méritos” y señaló que se defendería enérgicamente. También acusó a GM de tratar de perjudicar su fusión propuesta con la automotriz francesa PSA Peugeot, así como las negociaciones que sostiene con UAW.
“Estamos sorprendidos por esta demanda, tanto por su contenido como por el momento” en el que se presentó, dijo Fiat Chrysler. “Pretendemos defendernos enérgicamente contra esta demanda sin mérito y buscaremos todos los recursos legales para responder a ella”.
En tanto, Glidden sostuvo que el director general de Fiat Chrysler Sergio Marchionne, quien murió el año pasado, fue una “figura central” en los actos de asociación ilícita, cuyo objetivo era colocar en desventaja a GM en materia de costos con respecto a FCA.
Erik Gordon, profesor de negocios y derecho de la Universidad de Michigan, señaló que el hecho de que una compañía demande a otra por sobornos a las autoridades sindicales es algo sin precedentes. Aunque las acusaciones de GM son creíbles dado que los fiscales federales ya habían destapado lo ocurrido, la compañía tendrá que convencer a un jurado de que los señalamientos realmente ocurrieron, comentó Gordon.
Además de Fiat Chrysler, la querella de GM acusa al exjefe de relaciones sindicales de FCA, Alphons Iacobelli, y a los exdirectivos Jerome Durden y Michael Brown. Todos se han declarado culpables en la investigación federal, según la cual Fiat Chrysler sobornó a directivos de UAW para mantenerlos satisfechos y en silencio.
Las autoridades alegan que los pagos se efectuaban a través de un centro de capacitación conjunto operado por la empresa y el sindicato. Durden manejaba las finanzas de dicho centro, mientras que Brown ayudaba a gestionar la instalación.