El Gobierno de Estados Unidos ordenó devolver a México a los venezolanos que entren sin autorización y recibir de manera temporal 24 mil venezolanos bajo ciertos requisitos. Ahora, además de reportarse estaciones migratorias llenas en la frontera norte y sur mexicana, otros llevan días varados en la Central del Norte de la CDMX con incertidumbre.
Ciudad de México, 20 de octubre (SinEmbargo).– Se sienten en el limbo. Irwin y Alex salieron hace un mes y dos semanas de Valencia, centro de Venezuela, rumbo a Estados Unidos porque la inflación se está “tragando” a su país. Pero, luego de pasar una “odisea” en la selva Colombia-Panamá y sufrir “tratos inhumanos” de agentes de migración mexicana, les dijeron que el Gobierno de Joe Biden había cerrado sus puertas. Llevan desde el lunes varados en la Central del Norte de la Ciudad de México donde un camión proveniente de Oaxaca los botó. Pero no quieren quedarse aquí.
“Aquí en México me han tratado muy mal, te corretean, te quitan dinero, son estafadores”, dijo Alex sobre elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) mientras recargaba su celular en una sala de espera de la central camionera. Vendió sus muebles para el viaje interrumpido. “[En la estación migratoria Siglo XXI en Chiapas], tratan a uno como preso, como si hubiera cometido un delito, como un animal; es inhumano”.
En Venezuela, contó Irwin de 22 años, tú puedes trabajar, pero no cumples con la canasta básica semanal y no quiere volver a sufrir hambre durante el trayecto de la selva Colombia-Panamá. En México les quitan dinero, en México no tienen familia, en México “está todo muy caro” incluso sólo comiendo pan y yendo al baño, y desde enero se les pide visa para ingresar. “A 20 horas de la frontera con EU, nos cerraron. No estamos interesados en quedarnos”, dijo Alex. En cambio, consideran, en Estados Unidos “hay más oportunidad” y familiares los están esperando.
Pero Estados Unidos no los espera.
El Gobierno de Joe Biden primero extendió en julio un estatus de protección temporal a venezolanos (TPS), sin embargo, el Departamento de Seguridad Nacional detectó un aumento de migrantes venezolanos hacia su territorio en los últimos meses. En agosto, la patrulla fronteriza registró unos 25 mil 349 frente a los 6 mil 301 eventos detectados en agosto de 2021, es decir, cuatro veces más al grado que actualmente es la segunda nacionalidad que más está intentando cruzar solo por debajo de los mexicanos.
Ante esta ola migratoria, aunque en septiembre Joe Biden dijo que “no era racional” devolverlos a sus países de origen, su Gobierno ordenó el 12 de octubre devolver a México a los venezolanos que entren sin autorización y recibir de manera temporal hasta 24 mil venezolanos bajo ciertos requisitos como llegar por avión y contar con un contacto en EU con apoyo financiero. Ahora, estaciones de ciudades fronterizas como Tijuana, Ciudad Juárez, Nogales y Matamoros están a reventar, al igual que las del sureste donde pernoctan venezolanos que migraron por tierra y ni siquiera han logrado llegar a la meta.
“Lo que Estados Unidos negoció es algo que ha venido haciendo con México durante los últimos dos años, que es retornarnos personas de otros países con el pretexto de la salud pública y la pandemia, es decir, amplió el Título 42 de centroamericanos a venezolanos. Me preocupa que muy pocos van a cumplir con los requisitos para las visas humanitarias: muchos de ellos no traen pasaporte y entraron a México por tierra en caravana”, planteó Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante.
VENEZOLANOS EN MÉXICO
En América Latina había 5 millones 960 mil migrantes y refugiados venezolanos en septiembre, 214 mil más que en agosto, de acuerdo con la Plataforma de Refugiados y Migrantes de Venezuela citada por Naciones Unidas. De ellos, 82 mil 976 están en México.
Tiani, de Maracaibo (norte), y Francia, de Barinas (occidente), llegaron el jueves del sureste mexicano a la Central del Norte de la Ciudad de México, donde planean quedarse y buscar trabajo.
Con ellas, viajan sus pequeños hijos que estaban enfermos de gripe y fiebre por las condiciones en las que estuvieron durante diez días en la estación migratoria de San Pedro Tapanetepec, Oaxaca.
–¿Cómo les trató el Instituto Nacional de Migración?
–¡Pésimo! Nos corretearon tres veces –respondió Tiani y mostró sus piernas moreteadas. Un día antes lloró todo el día, confesó.
Francia prefiere quedarse en la capital mexicana antes de tener que volver a pasar por la selva y antes que volver a sufrir tanta pobreza. “Venezuela es un país hermoso, pero si tienes para desayunar, no tienes para almorzar; y si tienes para comer, no tienes para salud. Nos vinimos para algo mejor, sobre todo para nuestros hijos”, planteó.
Pero el panorama en los lugares de acogida no es alentador. De acuerdo con el reciente informe “Análisis de Necesidades de Refugiados y Migrantes” de la Plataforma RV4, un 60.5 por ciento (4.3 millones) de venezolanos refugiados y migrantes en América Latina tienen dificultades para acceder a alimentación, vivienda y empleo formal. El 50 por ciento de estos migrantes (3.5 millones) no puede costearse tres comidas diarias.
“La gente está en incertidumbre, le falta información, no sabe básicamente qué hacer, para dónde correr”, comentó Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante que fue a la Central del Norte a repartir comida. “El único plan que hay para ellos es autodeportarse a sus países”.