La reintroducción del guacamayo rojo contribuirá a la recuperación de los bosques nativos de la región, puesto que, al comer frutos y dispersar semillas por el suelo, cumplen con su rol ecológico y ayudan al buen funcionamiento del ecosistema.
Buenos Aires, 20 oct (EFE).- Por primera vez en más de cien años, una pareja de guacamayos rojos, una especie de la familia del loro, ha tenido pichones en libertad en el Parque Nacional Iberá, un área protegida de 708 mil hectáreas situada en la provincia de Corrientes, al norte de Argentina, de donde estos animales desaparecieron hace más de un siglo.
Según la fundación Rewilding Argentina, organización responsable de la reintroducción del guacamayo rojo en su hábitat natural, hace alrededor de una semana eclosionaron los primeros huevos de una pareja primeriza de esta especie, a los cuales les suele costar mucho esfuerzo sacar a sus pichones adelante.
A partir de ahora, las crías serán alimentadas directamente por sus progenitores, aunque el personal de la organización vigilará estrechamente el proceso para que no haya ningún tipo de problema.
El nacimiento de estos guacamayos rojos sucede cinco años después de que Rewilding Argentina, en colaboración con las autoridades nacionales y provinciales, iniciara un proyecto de reintroducción de esta especie en Iberá, un proceso muy lento y que requiere de la reproducción de los individuos reintroducidos para que tenga éxito.
Para ello, personas particulares, zoológicos y centros de rescate de fauna, como el Ecoparque de Buenos Aires, la fundación Temaikén y el bioparque La Máxima de Olavarría, donaron varios ejemplares a la organización, que en 2015 comenzó a preparar, de forma paulatina, la vuelta del guacamayo rojo a la naturaleza.
Aunque el paso de las aves en cautiverio a la vida silvestre no fue nada sencillo: primero los guacamayos debieron aprender a volar, a orientarse en los cielos, a buscar e ingerir frutos de la naturaleza y a evitar a los depredadores que los acechan, como gatos monteses y zorros.
En cualquier caso, hoy son varias las parejas consolidadas que surcan los cielos correntinos, visitando incluso pueblos de la zona, como Ituzaingó, Apipé, Loreto y Villa Olivera, con un comportamiento "ejemplar" de la inmensa mayoría de los vecinos, según Rewilding Argentina.
De hecho, la reintroducción del guacamayo rojo contribuirá a la recuperación de los bosques nativos de la región, puesto que, al comer frutos y dispersar semillas por el suelo, cumplen con su rol ecológico y ayudan al buen funcionamiento del ecosistema.
La presencia de este ave de rojos plumajes también atraerá turistas al recientemente creado Parque Nacional Iberá, en donde, poco a poco, multitud de especies amenazadas o prácticamente extintas están volviendo a habitar sus bosques.