Salvador Guerrero Chipres
@guerrerochipres

La incredulidad se reflejó en el rostro de miles de personas en las calles. El comentario era el mismo entre unas y otros: no puede ser. Otra vez, como hace 37 y 5 años, otro sismo sacudió México en 19 de septiembre.

Pero en muchos casos, además de la mirada de sorpresa también se apreciaba calma, conocimiento de lo que cada una y uno debía hacer, dónde ubicarse y cómo brindar confianza a quien estaba a un lado.

El temblor de 7.7 grados, con epicentro en Coalcoman, Michoacán, representó una dura prueba para el Plan de Emergencia Sísmica de la Ciudad de México y la capacidad de reacción ciudadana para la atención de los protocolos de protección civil.

Unos días antes de este lunes, conversé con la Secretaria de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la capital nacional, Myriam Urzúa, en la sede Azcapotzalco del Consejo Ciudadano de la CDMX. Ahí, resaltó la importancia de haber fortalecido esta área desde lo institucional, desde el inicio del Gobierno de Claudia Sheinbaum, con la creación de la dependencia y la de un verdadero Atlas de Riesgos, y en lo comunitario con la asimilación de los protocolos.

Las dos grandes experiencias pasadas, la de 1985 y la del 2017, han generado un aprendizaje que se vio reflejado este lunes. Hace 37 años quedó evidenciada la ausencia institucional, desde la misma figura del Presidente Miguel de la Madrid, en la atención de la tragedia, ante la cual, incluso, había carencia de áreas especializadas.

Hace cinco años, aunque ya había un sistema nacional de protección civil y un Centro Nacional para la Prevención de Desastres, institucionalmente faltaba preparación para responder a las necesidades de la población y quedaron al descubierto malas prácticas en construcción e incluso corrupción inmobiliaria.

Las probabilidades de ocurrencia de que tres sismos superiores a 7 grados se registren en un país un 19 de septiembre son casi inexistentes. De acuerdo con el Doctor en Física José Luis Mateos, investigador del Instituto de Física de la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias desde 1998, son de una por 133 mil 225.

Sin embargo, volvió a ocurrir lo inverosímil, pero hay probabilidades de disminuir los riesgos con apropiada preparación. Hoy estas posibilidades están fundadas en la decisión de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, de asumir la rectoría en la gestión de riesgos y protección civil. Ayer, también quedó en evidencia la comprensión ciudadana del valor de la prevención.

Ambos elementos, que tienen su base principal en los simulacros, permiten que hasta un 85 por ciento de las fatalidades no se registren.

No estamos exentos de fenómenos naturales y es indispensable prepararnos: sirva el recordatorio triple de sismos para afianzar esta misión. Durante estos eventos, nuestras emociones también se sacuden: para acompañar, está abierta la Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 5533 5533 del Consejo Ciudadano 24/7, gratis, a todo el país.

Salvador Guerrero Chiprés

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Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. Es doctor en Teoría Política por la Universidad de Essex, Inglaterra; maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana y licenciado en Derecho y en Comunicación por la UNAM. Fue asesor de la Secretaría de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal y de la Comisión Nacional de Seguridad, y Comisionado Ciudadano de Transparencia en el InfoDF.

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