Los azulgranas, que tuvieron todo el encuentro para remontar pero pese a su evidente dominio fueron incapaces de fabricar ocasiones claras de gol, siguen devaluando su cotización esta temporada, ya no solo en la Liga de Campeones sino ahora también en la competición doméstica.
Por Ginés Muñoz
Barcelona, 20 sep (EFE).- Un cabezazo de Ronald Araujo cuando el partido estaba a punto de llegar al final de su tiempo reglamentario evitó otra derrota del Barcelona en el Camp Nou (1-1), esta vez en LaLiga Santander, ante el Granada, que se adelantó a los 2 minutos con otro testarazo de otro central, el de Domingo Duarte.
Los azulgranas, que tuvieron todo el encuentro para remontar pero pese a su evidente dominio fueron incapaces de fabricar ocasiones claras de gol, siguen devaluando su cotización esta temporada, ya no solo en la Liga de Campeones sino ahora también en la competición doméstica.
Tras el baño de realidad que el equipo se dio ante el Bayern en la Champions, Koeman prescindió de la línea de tres centrales para regresar al 4-3-3. Pero el guión del partido tuvo un arranque inesperado con el gol de Duarte nada más empezar.
⏰ Final del partido
⚽ #BarçaGranada (1-1)
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Escudero centraba desde la banda izquierda en la primera ocasión del choque y el central del Granada le ganaba la espalda a Frenkie de Jong en el segundo palo para cabecear el balón al fondo de la red y provocar los primeros pitos del Camp Nou.
El Barça puso cerco a la portería del conjunto nazarí que, a partir de entonces, se dedicó a perder tiempo y a cortar constantemente el ritmo del rival, amo y señor del balón pero estéril en el remate.
El Granada renunció prácticamente al ataque, pero aún así tuvo dos ocasiones más para ampliar la ventaja: una volea alta de Molina antes del cuarto de hora y un remate seco desde la frontal de Monchu que rechazaba Ter Stegen en la recta final del primer tiempo.
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Se lesionaba el visitante Eteki y el local Balde, debutante hoy como titular en el Camp Nou, y ambos debían ser sustituidos antes del final del primer acto. Dos nuevas interrupciones que volvían a jugar en contra de los azulgranas, que entre parón y parón no lograban alcanzar la velocidad de crucero en su juego.
Un disparo al larguero de Sergi Roberto tras un rechace de la defensa andaluza y otro alto de Memphis en una contra fue todo el peligro local antes de los mejores minutos del Barça en el tiempo añadido de la primera mitad.
Araujo cabeceaba a la escuadra y obligaba a Maximiano a volar al palo derecho para enviar el balón a córner. Y Mingueza, también de cabeza, y Busquets, de tiro desviado, lo probaron antes de que Jaime Latre señalara el túnel de vestuarios.
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Koeman sentaba a Sergi Roberto y metía más pólvora arriba dando entrada a Luuk de Jong al inicio de la segunda mitad. Pero de nuevo era Araujo quien rozaba el empate con otro remate de cabeza a la salida de un córner, que se marchaba fuera por poco.
El Barça insistía y el Granada se sentía cada vez más exigido. Memphis remataba forzado a las manos de Maximiano, y en la siguiente jugada disparaba desviado, mientras la afición culé jaleaba la entrada del joven Gavi por una inoperante Coutinho.
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Sin ideas ni puntería, el técnico neerlandés se la jugaba a la desesperada sacando en el último cuarto de hora a Piqué de delantero centro para que el equipo colgara balones al área.
Mingueza estrellaba un centro-chut al larguero y Luuk de Jong cabeceaba fuera desde el área pequeña cuando lo más fácil era marcar. Pero el orgullo de Araujo, imponente durante todo el partido, evitaba ‘in extremis’ la segunda victoria consecutiva del Granada en el feudo azulgrana en medio de un ambiente crispado, lleno de faltas, protestas locales, pérdidas de tiempo visitantes, y tarjetas para ambos equipos en la recta final.