¿Alguna vez te habías preguntado qué pasaría si los terrenos utilizados actualmente para producir productos cárnicos y lácteos volvieran a su estado natural?
Un nuevo estudio publicado en Nature Sustainability responde a esta pregunta. El equipo de ciencias a cargo del estudio reveló que cambiar el consumo global de productos animales a una dieta más basada en plantas liberaría enormes áreas de tierra. Si se trabajara para que estos ecosistemas volvieran a tener su vegetación nativa, estas áreas estarían contribuyendo a la lucha contra el cambio climático, ya que ayudarían absorbiendo grandes cantidades de CO2. Incluso se dice que si esto sucede, los ecosistemas nativos podrían eliminar la misma cantidad de dióxido de carbono que se produjo al quemar combustibles fósiles durante los últimos 16 años.
Otro estudio similar de la Universidad de Oxford en el 2018 planteó un supuesto muy interesante. ¿Qué pasaría si todas las personas dejaran los productos lácteos y cárnicos? Concluyeron que el uso de tierras agrícolas a escala global podría reducirse en un 75 por ciento, esta área es equivalente al tamaño de Estados Unidos, China, Australia y la Unión Europea combinados.
Cuando se habla de ayudar al planeta con nuestros hábitos, casi nunca se menciona a los alimentos. Este estudio menciona que dejar de consumir carne y lácteos puede ayudar a reducir las emisiones de CO2, es importante recordar que los animales criados para consumo también producen cantidades importantes de otro gas de efecto invernadero llamado metano. Según la información que comparte el estudio, el metano es 28 veces más poderoso que el CO2 para atrapar el calor y es muy alarmante que este año las emisiones globales de metano alcanzaron los niveles más altos que se han registrado.
El equipo de investigación a cargo de este estudio ve tres posibles escenarios para el año 2050:
1. Que las cosas no cambien y el consumo de carne y productos lácteos siga su curso actual que va en aumento.
2. Las personas adoptan una alimentación más saludable, reduciendo su consumo de carne en un 70 por ciento.
3. La población mundial adopta una alimentación completamente basada en plantas, lo que ayudaría a eliminar 16 años de emisiones de CO2 de la atmósfera (547 gigatoneladas).
Cada vez más investigaciones demuestran que consumir animales no es sostenible y que adoptar una alimentación basada en plantas sería beneficioso para nuestro planeta. De todas las fuentes de proteínas, las plantas tienen la menor huella de carbono, independientemente de los métodos de producción. Actuemos contra la crisis climática, podemos empezar a cambiar lo que está en nuestros platos.