Otra vez edificios modernos que se caen, y los viejos mastodontes quedan de pie. Otra vez sin energía, sin luz, sin agua, sin transporte, sin comunicaciones. Otra vez el gobierno quedó enano y los ciudadanos emergieron para tomar el control.
Como si fuera una mala broma de Dios, la tragedia azotó a la capital mexicana un mismo día pero 32 años después, para demostrar que 7.1 grados es mucho cuando no se está preparado.
Por Sugeyry Gándara, Nancy Chávez, y Hugo González
Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo).- Dolor, angustia e incertidumbre. Y una sensación de deja vu: ¿qué no habíamos pasado ya por esto?
Un terremoto de 7.1 grados azotó la capital mexicana y los estados vecinos (Morelos, Puebla y Edomex), nuevamente en un 19 de septiembre. Otra vez las autoridades se vieron rebasadas; otra vez los ciudadanos tomaron el control.
El temblor se sintió a las 13:14 horas. No hubo alarma que sonara, y aunque nadie lo ha explicado todavía, algunas versiones indican que esta señal de alerta no ayudó por la cercanía del epicentro.
Decenas de edificios colapsaron, como en aquél 19 de septiembre de 1985. Y otros quedaron con severos daños estructurales, como aquél 19 de septiembre de 1985.
Civiles se organizaron por su cuenta en el corazón de la Condesa. Agua, medicamentos, tapabocas: todo vino de ellos mismos. Ni un policía, nadie de Protección Civil o del Ejército.
En el Parque México y en el España, mujeres y hombres se unieron para, codo a codo, ayudar en esta delegación que fue de las más golpeadas.
Muchos jóvenes se unieron a las labores de rescate. Todavía en las primeras horas de hoy tomaban aire, agua, para continuar.
EL DOLOR DE LOS NIÑOS
La cifra de muertos supera los cien, pero no hay un dato contundente aún, mientras los rescates continúan. Quizás la tragedia que más hondo ha pegado al país ha sido dormirse con la idea de que 23 niños murieron bajo las ruinas de un colegio. Y con ellos, dos adultos. Quizás maestros, quizás padres o conserjes. No se conoce a ciencia cierta y por desgracia, la cifra de muertos podría crecer sólo en ese doloroso punto, porque, 30 siguen desaparecidos.
A pesar de que el sismo de este martes fue menos intenso que el de hace unos días [8.2 grados], el epicentro estuvo más cerca. Fue en Axochiapan, Morelos, localidad limítrofe con el estado de Puebla. Eso, se podría suponer, hizo que fuera intenso.
La capital no está acostumbrada a que el sur, que es más sólido por los yacimientos de piedra volcánica, se sacuda con esa intensidad. Los sismo no se sentían con esa fuerza. Pero la tragedia descubrió que la vulnerabilidad de la capital va de norte a sur y no respeta territorios.
ADEMÁS
Las sirenas de los bomberos, ambulancias, policías y cuerpos de protección civil se entremezclaron con los gritos solidarios de personas que dirigían el tráfico y daban instrucciones a las personas para protegerse. Los civiles fueron autoridad durante ese tiempo.
En las colonias Del Valle Centro, Doctores, Jardines de Coyoacán, Juárez, Morelos y en Tlalpan hubo edificaciones colapsadas; en Bolívar y Chimalpopoca, se reportan personas atrapadas en un edificio.
Miles de viviendas se quedaron luz e incluso, sin servicio de agua. Las autoridades solicitaron a la población que verificaran las instalaciones de gas, por si había fugas. Las clases a nivel primaria y secundaria fueron suspendidas.
En las calles las personas se aglutinaron y el éxodo de peatones no cesó, varios regresaban a sus casas, otros buscaban a sus familiares y caminaban entre los autos de las avenidas principales de las colonias Condesa, Roma Sur, Roma Norte y Escandón.
El señor Adrián Romero caminaba con paso cansado y semblante muy preocupado sobre la avenida División del Norte, con sudor en su frente y unos zapatos rígidos de charol, se dirigía hacia Tacubaya.
Los más de 5 kilómetros que recorrerá se hacen eternos. No sabe cómo está su familia.
Don Adrián, vivió el terremoto del 85 y ahora repitió la experiencia. “Este se sintió casi igual”, dijo el señor; sin embargo, ante la pregunta de si no lo sintió peor que el del 85, asintió con la cabeza.
El hombre se encontraba en una peluquería al momento del desastre y aunque los empleados le gritaron que se saliera, él decidió quedarse adentro.
“De todos modos hacía donde me fuera hubiera pasado lo mismo, porque afuera había un edificio que se podía caer”, narró el hombre.
En ese instante no sabía nada de su familia, -lo platicó con los ojos un poco cristalinos- no había podido comunicarse con ellos y al pensar en el sismo de hace 32 años sólo una idea pasaba por su mente: “todo continúa igual”.
No muy lejos de allí, sentadas en el suelo y con las maletas listas, una madre, originaria de Francia y sus dos hijas esperaban un auto para ir a casa de una amiga que les otorgó refugio. Temían regresar al departamento en el que vivían porque quedó gravemente dañado.
“Estar aquí no es seguro, este edificio se puede caer. […] nos vamos a casa de una amiga que nos ofreció refugio”, confirmó la extranjera.
“La verdad[…] sólo me preocupaba saber cómo estaban mis hijas y mi esposo”, contó la mujer cuestionada sobre sus pensamientos al momento del siniestro.
El caos no se alejó y la rapiña de algunos delincuentes aprovecharon la trágica situación. Los teléfonos de policía sonaban, no sólo para pedir auxilio por daños, sino por los asalto que se cometían.
De acuerdo a información de diversos medios de comunicación y en las redes sociales, las personas reportaron atracos a mano armada, mínimo con cuchil
los en zonas como Santa Fe, Circuito Interior, Eje Central y Polanco.
El tiempo transcurrió y la noche llegó acompañada con una abrumadora oscuridad. Como si fuera una imagen casi apocalíptica se percibía incertidumbre y confusión en las múltiples calles que lucían oscuras.
El temor se acogió entre los ciudadanos, que aún y con el miedo de ser asaltados viajaban a sus casas.
La colonia del Valle fue una de las afectadas. El temblor no sólo tiro dos edificios, sino que dejó sin vivienda a centenas de personas, y otros miles sin manera de llegar a su casa, porque el sistema de transporte colapsó.
SOLIDARIDAD
En las calles reinaba la incertidumbre mientras la ciudad estaba colapsada, y en otras el miedo por los robos que se reportaban, y aunado a ello, no había suficiente luz ni transporte público; sin embargo, hubo otra cara visible: la solidaridad.
Por las avenidas se veían ciudadanos que en sus hombros cargan botellas de agua y mujeres con cazuelas con comida en sus manos, todos iban de camino a la zona en la que seguía las labores de rescate.
Miles empezaron a compartir sus viviendas. En redes sociales, por teléfono o de voz en voz anunciaban que daban asilo a las decenas de ciudadanos que se quedaron sin techo.
En las calles de la Colonia del Valle, unas monjas caminaban y se acercaban a todos los que estaban reunidos y les ofrecían refugio.
El Instituto SCIFI, que es una escuela de educación básica ubicada en la calle Coyoacán 615, atendida por madres había sido adaptada, de manera improvisada, como un albergue para los afectados.
María del Carmen Moreno García, madre superiora del colegio, platicó que la idea surgió cuando diversos padres de familia cuando fueron a recoger a sus hijos, le comentaron a las monjas de su preocupación porque no tendrían donde pasar la noche.
En ese momento, les dijeron que podían quedarse allí, sólo les pidieron que llevaran sus cobijas, según narró la religiosa.
Otro grupo de religiosas salieron a la calle a comprar agua y algo de comida. Otra comitiva salió hasta donde estaban totalmente caídos los dos edificios, en avenida Gabriel Mancera, en donde igualmente ofrecieron el refugio, comida, y material de curación.
“Ahí unas diez familias dijeron que más tarde iban a venir”, comentó la madre en entrevista.
En los salones de la escuela colocaron colchonetas. Cuentan con 30, pero las monjas recibirán a todo el que llegue, según enfatizaron.
“Hasta el momento sólo tenemos una persona, pero esperamos que vengan más”, agregó la madre superiora.
El sencillo refugio de las madres es uno de tantos lugares ofrecidos por miles de capitalinos, y foráneos a las personas afectadas. No sólo eso, los ciudadanos se organizan para recopilar comida, ropa, agua y todo lo que sea necesario para ayudar.
“Aquí encontrarán agua, frijolitos, y café”, finalizó la mujer que invitó a las personas que no se sientan seguras en su vivienda a acudir con ellas.
Hasta las 19:30 horas las clínicas y hospitales habían recibido a 136 personas que resultaron afectadas por el sismo y que en su mayoría son atendidos por contusiones, traumatismos y lesiones diversas en los hospitales de Lomas Verdes, Villa Coapa y Magdalena de las Salinas, así como en instalaciones del Centro Médico Nacional Siglo XXI, habilitadas con traumatología.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) activó el Plan DN-III-E en las áreas dañadas. También se desplegó a 3 mil 428 efectivos militares, mujeres y hombres, así como 15 binomios canófilos, para la búsqueda de personas atrapadas entre los escombros.
El Gobierno de la Ciudad de México, habilitó s en distintos puntos de la capital del país, en donde, los ciudadanos podían ingresar con todo y sus mascotas.
Alrededor de 50 mil elementos fueron desplegados y continuaban las labores de rescate durante el resto de la noche, informó el gobierno capitalino.
En un boletín de prensa, el Sistema de Transporte Colectivo (STC) reportaba una operatividad en más del 95 por ciento de la red; Líneas 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y B, operaban de manera normal.
"Los servicios de transporte público de la CDMX brindarán de manera gratuita hasta nuevo aviso”, según se informó
La autoridad, sostuvo que, la población podía consultar el listado de personas rescatadas, atendidas, trasladadas a hospitales y hospitalizadas, actualizado hasta el momento por el Servicio Público de Localización Telefónica (LOCATEL), a través de la siguiente página: http://www.sds.cdmx.gob.mx/.
Los albergues habilitados hasta el momento son: en la delegación Azcapotzalco, el Edificio delegacional, Delegación Coyoacán, Deportivo Rosario Iglesias; Plaza del Estudiante de la Delegación Cuauhtémoc; el Deportivo La Joya y la Villa Olímpica en la Delegación Tlalpan; Deportivo Plan Sexenal en la Delegación Miguel Hidalgo, el deportivo Pavón, Parque Lira, Edificio delegacional.
Deportivo Benito Juárez en la delegación Benito Juárez; Villa Mujeres en la delegación Gustavo A. Madero; la Sala de Armas de la Magdalena Mixhuca en la Delegación Iztacalco, Coruña Jóvenes, delegación Iztapalapa y en la Delegación Magdalena Contreras, los albergues están en la calle Atacaxco y Calle Cazulco.
-Con información de Antonio Hernández, Evette Lira y Efrén Flores