El aumento del costo de vida, las posibilidades limitadas de empleo y el crecimiento de la delincuencia también han empujado a miles de guatemaltecos a emigrar hacia Estados Unidos en los últimos años.
Por Sonia Pérez D. y Christopher Sherman
CIUDAD DE GUATEMALA (AP).— Los resultados preliminares de la segunda vuelta electoral en Guatemala mostraban el domingo que Bernardo Arévalo encabezaba la votación con el apoyo de votantes indignados con la corrupción y la incapacidad de la clase política para combatirla.
Con el 90.53 por ciento de los votos escrutados, el Tribunal Supremo Electoral informó en su página de Internet que el candidato izquierdista propuesto por el Movimiento Semilla lideraba el conteo con 59.54 por ciento frente al 35.77 por ciento de la exprimera dama Sandra Torres, de Unión por la Esperanza (UNE).
Torres y Arévalo tienen visiones distintas de lo que la sociedad guatemalteca necesita. Arévalo -de 64 años, Diputado al Congreso, sociólogo e hijo del expresidente progresista Juan José Arévalo (1945-1951)- promete combatir la corrupción e impunidad que invade el país. Mientras Torres, de 67 años, apela a los valores conservadores y religiosos, también ofrece ayuda social y reducción en los precios de la canasta básica.
Pleno de Magistrados del #TSEGuatemala realiza conferencia de prensa, en el marco de los resultados electorales preliminares de la segunda elección presidencial.
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Es poco probable que esas cifras marquen el fin de los comicios, pues se necesitaron más de dos semanas para que se certificaran los resultados oficiales de la primera ronda de votación del 25 de junio. Los partidos perdedores lograron que los tribunales intervinieran y ordenaran una segunda revisión del recuento de votos. Cuando las autoridades electorales finalmente estuvieron listas para certificar a los dos más votados que se medirían en el balotaje, la Fiscalía General anunció una investigación sobre las firmas que el Movimiento Semilla había reunido para registrarse como partido político.
Esa investigación continúa y los fiscales parecen estar en camino de despojar a Arévalo de su partido.
El balotaje es una de las elecciones más observadas de los últimos tiempos debido a las dificultades y la injerencia judicial que ha sufrido el proceso y que han puesto en alerta no sólo a la ciudadanía, sino también a la comunidad internacional, que ha denunciado el riesgo que corre la democracia guatemalteca.
Visualiza la transmisión de resultados electorales preliminares, para la segunda elección presidencial.
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La percepción local e internacional es que el país se encamina hacia el hundimiento institucional y que el Presidente saliente Alejandro Giammattei cooptó la Fiscalía General y otros organismos para perseguir a sus detractores y así asegurar la impunidad de los acusados de corrupción.
El ganador de la segunda vuelta del domingo tendrá como desafíos enfrentar la corrupción, la violencia y la inflación. Las mesas de votación abrieron sin reportes de problemas, aunque la Magistrada del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Blanca Alfaro, denunció la víspera que había recibido amenazas de muerte vía telefónica y el domingo aseguró que podría presentar su renuncia al cargo.
Salvo algunas quejas y denuncias sobre acarreo de personas o entrega de víveres a cambio de votos por parte de partidarios de Torres, la jornada transcurrió sin mayores incidentes. La Fiscalía confirmó que se recibieron 17 denuncias por diversos delitos electorales y que se detuvo a ocho personas por obstruir centros de votación o hacer proselitismo a favor de un partido.
Para el politólogo Renzo Rosal la jornada fue tranquila, sin embargo, todo indica que hubo una disminución en la afluencia de votantes. Según el TSE la participación superaba el 44 por ciento. En la primera ronda la participación había sido de 60.5 por ciento.
Rosal explicó que el momento más complejo de la jornada llegará tras el cierre de la votación. “La parte clave será después del cierre y podremos confirmar si hay una ola de impugnaciones como se había denunciado (por parte de fiscales del partido de Torres), si el perdedor acepta y reconoce los resultados y el TSE va a dar en corto tiempo el resultado y se logra oficializar”, dijo el analista.
Arévalo sufragó temprano en medio de aplausos y vítores de seguidores. “Todo el mundo vaya a votar, vamos a votar temprano, vamos a votar con alegría, con tranquilidad. Es el momento, es una fiesta cívica”, expresó. Torres -exesposa del fallecido expresidente Álvaro Colom (2008-2012)- también votó temprano, pero no declaraciones.
Erick Ruiz, un analista de datos de 29 años, fue con su madre a votar a un centro en la zona 21, un área periférica de la ciudad. “Creo que hay poca gente votando en comparación con la primera vuelta, quizás es por todo lo que ha ocurrido en el proceso, pero votar es muy importante”, señaló.
Guatemala es el país más poblado de América Central y la economía más grande de la región pero enfrenta los mismos problemas de pobreza generalizada, corrupción y delincuencia que aquejan a otros vecinos. Sin embargo, su economía se ha mantenido relativamente estable gracias al flujo de las remesas que este año se espera que alcancen la cifra récord de 20 mil millones de dólares enviadas principalmente desde Estados Unidos.
Guatemala pasó por varias transiciones democráticas luego de la guerra civil de 36 años entre 1960 y 1996. Desde entonces los guatemaltecos se han sentido cada vez más frustrados con un sistema político que parece amañado para beneficiar a unos pocos.
El Gobierno de Estados Unidos suspendió la cooperación con la oficina de la Fiscal General Consuelo Porras y luego la sancionó por presunta participación en “la corrupción significativa y el socavamiento de la democracia”. El Estado de Derecho se ha deteriorado desde hace varios años, proceso que se aceleró en 2019 cuando el entonces Presidente Jimmy Morales (2016-2020) expulsó a una exitosa misión anticorrupción respaldada por las Naciones Unidas. El esfuerzo multinacional había logrado avances contra la corrupción y empoderó a un grupo de jueces y fiscales para luchar contra la corrupción.
Bajo el mandato de Giammattei, estos cazadores se convirtieron en cazados. La oficina de Porras amenazó con cargos a más de dos docenas de fiscales y jueces, quienes huyeron al exilio.