Un nuevo estudio encabezado por un equipo de ciencias de Oxford fue publicado en Nature Food el pasado 20 de junio. En el artículo se habla de distintos métodos de producción de los alimentos, así como las comparaciones entre diversas dietas en una población del Reino Unido. Este estudio me parece especialmente importante, ya que se conoce que el sistema alimentario actual es responsable del 70 por ciento del consumo mundial de agua dulce y del 78 por ciento de la contaminación del agua dulce. Aproximadamente tres cuartas partes de la tierra ha sido afectada por acciones humanas, siendo la agricultura la principal causante de este impacto.
Por lo general, los análisis de los escenarios dietéticos modelados no representan con precisión los hábitos alimentarios reales de las personas y pasan por alto las afectaciones al ambiente causadas por los diferentes métodos de abastecimiento y producción de nuestros alimentos. Este estudio aborda la problemática conectando la información dietética de 55 mil 504 personas que llevan diferentes tipos de dieta con datos sobre factores como las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de la tierra y el agua, el riesgo de eutrofización y el potencial de la pérdida de la biodiversidad. Los datos se recopilan a partir de un análisis exhaustivo de 570 evaluaciones del ciclo de vida que abarcan más de 38 mil granjas en 119 países. Quienes participaron en el estudio fueron personas que se asumen veganas, vegetarianas, personas que consumen peces y quienes consumen carnes rojas.
El estudio inició con un cuestionario que incluía preguntas sobre 130 alimentos y la frecuencia de consumo de los mismos durante los 12 meses anteriores. A partir de esas respuestas, se clasificaron las y los participantes en grupos dietéticos según sus respuestas a cuatro preguntas simples:
1) ¿Consumes alguna carne? Incluyendo tocino, jamón, pollo, pasteles de carne, salchichas.
2) ¿Consumes algún pescado?
3) ¿Consumes huevos? Incluyendo los huevos en pasteles u otros productos horneados.
4) ¿Consumes algún producto lácteo? Incluyendo leche, queso, mantequilla, yogurt.
Se hizo un segundo filtro y se dividieron a quienes consumen carne en otros tres grupos dependiendo su consumo diario de este producto: consumidores de carne bajos, consumidores de carne medianos y consumidores de carne altos, estos grupos mostraron diferencias en las emisiones de CO2. Cuantos más alimentos de origen animal comen las personas, mayores tienden a ser sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Este estudio mostró que independientemente del método de producción, los alimentos de origen animal son drásticamente peores para el medio ambiente, desde las emisiones hasta el uso de la tierra, el uso del agua y pérdida de biodiversidad, siendo las dietas veganas, por mucho, las mejores para el planeta. Recomiendo ampliamente tomarse un momento para analizar las distintas tablas en donde se compara el impacto de todas las dietas.
“A pesar de la variación sustancial debido a dónde y cómo se producen los alimentos, la relación entre el impacto ambiental y el consumo de alimentos de origen animal es clara y debería impulsar la reducción de este último”, Equipo de Ciencias de Oxford.
Las estrategias como los avances tecnológicos o la reducción del desperdicio de alimentos que buscan mitigar las consecuencias ambientales del sistema alimentario, resultan insuficientes si no se van acompañados de cambios significativos en nuestros hábitos alimenticios.
En Vegan Outreach, contamos con un programa completamente gratuito en línea llamado Semanario Vegano, que ya ha sido adaptado a más de 50 países. Este programa busca ser una guía para quienes desean darle una oportunidad a la alimentación basada en plantas. Recibirás recetas, recomendaciones de productos, información nutricional escrita por un profesional de la salud, datos ambientales, consejos prácticos y acceso a un grupo de apoyo en línea. Puedes unirte aquí: veganoutreach.org/semanario-vegano