Río de Janeiro, 20 Ago (Notimex).- En plena campaña electoral, los candidatos de los partidos políticos no logran acceder a algunas de las favelas de Río de Janeiro a causa de la oposición de la criminalidad, que exige onerosos pagos para permitir la propaganda política.
El Tribunal Electoral Regional (TER) de Río de Janeiro anunció que recibió denuncias de candidatos a las elecciones estatales del próximo 5 de octubre con amenazas de traficantes de droga y grupos mafiosos si reparten panfletos o realizan discursos en favelas.
La Justicia convocó al secretario de Seguridad de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, para evaluar si es necesario enviar grupos de élite como la Guardia Nacional o el Ejército para garantizar que se puedan celebrar actos de campaña.
Grupos de traficantes y milicianos, mafias compuestas generalmente por ex policías que administran áreas sin arreglo a la ley, torturan y exigen dinero por servicios a los habitantes, habrían creado un censo informal en algunos barrios.
El objetivo sería negociar con los partidos políticos un pago si quieren acceder a ‘sus’ zonas para la campaña.
El coste de hacer campaña en una sola favela ascendería a entre 40 y 50 mil dólares, mientras los líderes criminales también vetarían a los candidatos del gobierno actual de Río de Janeiro, quien desde 2008 lleva a cabo una estrategia de ocupación de las zonas desfavorecidas por parte de la policía militar, según declaraciones de partidos.
Entre las favelas donde candidatos a la elección no tendrían acceso figuran el Complejo de Maré y el Complejo de Alemao, ambas en la ciudad de Río de Janeiro y lugar donde viven decenas de miles de personas.
Esta situación refleja que, pese a la presencia permanente de policía militar y a iniciativas como la “pacificación” de las favelas, existen zonas en Río de Janeiro todavía controladas por la criminalidad, uno de los principales problemas de todo Brasil.
