Los popotes son uno de los productos más populares a la hora de consumir una bebida ya sea fría o caliente; los hay rectos, flexibles, con curvas, en forma de periscopio, en espiral, de colores y la mayoría están hechos de polipropileno y de polietileno, material que tarda más de un siglo en descomponerse totalmente.
Ciudad de México, 20 de julio (SinEmbargo).- No es un secreto el deterioro que vive nuestro planeta debido a los años de inconsciencia y falta de atención a los temas de sustentabilidad y cuidado ambiental, uno de ellos el uso indiscriminado de plástico en diversos productos y utensilios, el popote ha tomado mayor relevancia en los últimos meses debido al daño que provoca al ambiente y sobre todo a los animales como las tortugas.
De acuerdo con información de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) cada año ocho millones de toneladas métricas de basura plástica llegan a nuestros mares. Los popotes de plástico y el uso indiscriminado de estos amenaza los ecosistemas costeros y marinos por lo que el 23 de febrero de 2017 el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) lanzó la campaña #MaresLimpios, en Bali, Indonesia.
Los popotes son uno de los productos más populares a la hora de consumir una bebida ya sea fría o caliente; los hay rectos, flexibles, con curvas, en forma de periscopio, en espiral, de colores y la mayoría están hechos de polipropileno y de polietileno, material que tarda más de un siglo en descomponerse totalmente.
Según la Asociación Nacional de la Industria del Plástico (ANIPAC) en promedio una persona consume 73 piezas de popotes anualmente, lo que significa que una persona usa un popote cada cinco días, esto corresponde principalmente a las zonas turísticas o urbanas.
De acuerdo con el estudio “The New Plastics Economy: Rethinking the future of plastics provides” de la Fundación Ellen MacArthur publicado en el 2016 en caso de continuar con el uso de popotes y de plástico en general para el año 2050 habrás más plástico que peces en el mar.
POPOTES DE SEMILLA DE AGUACATE
Una empresa mexicana fundada en 2012, descubrió que a partir de la semilla de aguacate se pueden crear popotes de facíl degradación, que pueden ser enterrados y desaparecer tras 240 días, una considerable reducción de tiempo en comparación con los habitualmente usados.
Biofase fue creada por Scott Munguía, cuando estudiaba la carrera de ingeniería química en el Tecnológico de Monterrey.
“Tenemos una problemática en México que tiene que ver con la sociedad, que ya está cambiando, pero antes no visualizábamos la gran problemática que hay en términos de contaminación de plástico en otros países eso ya se reconoce”, dijo Scott a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
Aunque se han intentado usar semillas de fruta como mango y mamey, ninguna de estas contiene el elemento necesario que sí presenta la de aguacate. “Me siento muy feliz de formar parte de este cambio de mentalidad… ya el mexicano reconoce que el plástico contamina, por ejemplo con la contaminación a la fauna marítima, a las tortugas, el mexicano lo reconoce y por eso generamos esta linea de proceso que es el popote biodegradable”, dijo Munguía.
“De la semilla del aguacate transformamos productos verdes que cuidan al medio ambiente”, aseguró.
CARRIZO COMO POPOTES
El medio La Jornada publicó que Aline Hunziker, una estadounidense que trabaja como bartender en la ciudad de Oaxaca, creó los popotes Chika Tiki hechos de carrizo que además son reutilizables.
De acuerdo con el medio, Aline decidió usar este material para crear popotes después de que en su trabajo intentaran usar unos de papel y metal pero sin obtener buenos resultados. De inicio usaba carrizo que encontraba cerca de su casa y posteriormente recurrió a dos productores que le entregan la planta ya procesada que limpia, pule y desinfecta para su uso.
Estos popotes han llegado a negocios de la Ciudad de México y de cabo San Lucas, pero planean ofrecerlos a los empleados restauranteros.
CAMPAÑA “SIN POPOTE ESTÁ BIEN”
La Semarnat lanzó una campaña que busca concientizar y reducir el uso de popotes entre la población para tratar de combatir el efecto climático y actuar en todos los niveles: personal, comunitario y de gobierno.
“Estamos seguros que estas acciones son benéficas para la conservación de los océanos, pero no resuelven del todo el problema. Será difícil evitar que llegue tanta basura plástica a los mares, si no deja de generarse. Es posible disminuir su volumen si tomamos conciencia”, informaron en la página de la campaña.
La Conferencia sobre los Océanos 2017 afirmó que los océanos contienen 18 mil fragmentos de plástico por Km2 debido a esto al año mueren cerca de 100 mil mamíferos marinos de 600 especies, entre ellas las tortugas marinas, además de un millón de aves.
La campaña señala que es momento de reducir el consumo de plásticos y de encontrar maneras para reutilizar este material; “un buen punto de arranque es decir, cada que se pide una bebida: ‘Sin popote está bien'”.
ADIÓS POPOTES
Varias empresas han decido dejar de utilizar popotes para tratar de contribuir al cuidado del planeta, una de ellas es American Airlines que hace unos días informó que además de las también llamadas “pajillas” dejaría de usar agitadores de bebidas, articulos que serán reemplazados con alternativas biodegradables.
Como primera medida sus salas de espera servirán bebidas con pajillas y agitadores de madera, esto sumado a la cubertería que también buscarán sea biodegradable.
Otra compañía que se ha subido a esta propuesta es Starbucks que informó en un comunicado que los popotes serán reemplazados por una tapa de plástico hecha con polipropileno que puede reciclarse ampliamente.
“La decisión de Starbucks de eliminar popotes de plástico de un solo uso es un brillante ejemplo de la importante función que las empresas pueden desempeñar para frenar el oleaje del plástico oceánico”, afirmó Nicholas Mallos, director del programa Trash Free Seas de Ocean Conservancy.
La compañía de café mundialmente conocida también señaló que para el 2020 sólo usará materiales biodegradables como papel y cartón especial.
McDonald’s también anunció que a partir del 2019 los popotes de pláticos serián sustituidos en los mil 300 restaurantes ubicados en el Reino Unido por unos hechos de papel.
Dentro de las empresas mexicanas encontramos a la Cooperativa Pascual que reemplazará los popotes de plástico por taparoscas en sus productos Boing, principalmente en envases medianos y de un litro.
El pasado 4 de julio Salvador Torres Cisneros, director de la empresa, dijo que buscan contribuir al medio ambiente con acciones como ésta como con otras de limpieza a playas y reforestación.
“Que todos tengan taparrosca, con la finalidad de que se vaya disminuyendo el consumo del popote y el plástico”, refirió.
Además de empresas, distintas ciudades han prohibido el uso de estos utensilios de plástico a los restaurantes y comercios, Seattle en Estados Unidos en una de ellas. A partir del 1 de julio pasado una normatividad entro en vigor en la que sus más de 5 mil restaurantes, cafés y comercios tienen prohibido usar popotes, tenedores, cucharas y cuchillos de plástico. o podrían ser acredores a multas a partir de 250 dólares.
Así, los comercios deben proveer alternativas reciclables a los consumidores.
El próximo 1 de agosto se aplicará en el estado de Querétaro una ley que prohibe las bolsas de plástico desechable en tiendas para el acarreo de productos; las bolsas reutilizables de cualquier material y las biodegradables no tendrán ninguna regulación.
PROHIBIR EL USO DE POPOTES NO ES SOLUCIÓN
La Asociación Nacional de la Industria del Plástico (ANIPAC) señaló que “prohibirlo o rechazarlo no es la solución al reto que se enfrenta en este rubro, sino que debe existir la regulación correcta y una mayor cultura ambiental” por lo que envió un mensaje a fabricantes, autoridades y sociedad a tomar acciones y asumir el compromiso.
La ANIPAC, que agrupa a 250 compañías del sector, “las campañas actuales de desprestigio del material carecen de sustento y solo buscan confundir a la población.”
Ante esto la ANIPAC hizo un “llamado a reducir el uso de popotes, es decir, ‘si no lo necesitas, no lo utilices y no lo pidas’; además de exhortar a reutilizar este producto, ‘si puedes desinfectar o lavar el material, puedes volver a usarlo'” esto de acuerdo con el director de asociación Raúl Mendoza.
Agregaron que las resinas usadas en la fabricación de los popotes son 100 por ciento reciclables, además de que los popotes son catalogados como un producto usado principalmente para prevenir enfermedades por fluidos corporales contagiosos al entrar en contacto con la boca.
Para la asociación la regulación es un tema de suma importancia debido a que de acuerdo con sus datos los popotes representan tan sólo el 0.05 por ciento de los residuos sólidos totales, pero sólo el 39 por ciento de la fabricación de estos popotes se encuentra en la industria formal.
BOLSAS BIODEGRADABLES
El problema no radica sólo en los popotes sino en el uso de otros productos derivados del plástico e incluso del cartón; por ejemplo, los habitantes de la Ciudad de México tiran aproximadamente mil 350 millones de bolsas al año, sin considerar las bolsas que se desechan en la zona conurbada, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México. Además, un 35 por ciento de los residuos diarios corresponden a envolturas, envases, empaques y embalajes: botellas, bolsas, cajas, papel, cartón, entre otros.
Muchas de las cosas que consumimos vienen en un empaque o nos las entregan en una bolsa de plástico que suelen tener tintas y otros componentes que no pueden ser reciclados.
La Agencia Conacyt informó que estudiantes de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) diseñaron un biopolímero con residuos de la industria agroalimentaria, es específico del olote del maíz que es la parte central de la mazorca.
“Queremos fabricar una bolsa que asemeje las características que tienen los plásticos en cuanto a propiedades mecánicas y resistencia, donde además se reduzca su tiempo de degradación. El plus de nuestro proyecto es que, por los materiales que utilizamos para su elaboración, nuestra bolsa podría ser hasta comestible, es decir, si llega a los basureros o incluso al mar, los animales pueden comerla y no resultarles tóxica”, dijo la estudiante de ingeniería en biotecnología Mónica Citlali García García, a la Agencia Conacyt.