Marcelo Ebrard reconoció en entrevista con Los Periodistas que un gran mérito del Presidente López Obrador ha sido su postura frente a la sucesión. “Se lo dije ahora que me despedí”, compartió. “Muy bien que hayas hecho esto. Vamos todos a ayudar a que salga bien y que se respete lo que la gente diga”.
Ciudad de México, 20 de junio (SinEmbargo).– “Yo voy a luchar en Morena y les voy a ganar la encuesta y por esto aquí, no hay otra, no tengo otro plan”, respondió Marcelo Ebrard Casubon a quienes aseguran que su alternativa para la contienda presidencial de 2024 es Movimiento Ciudadano e incluso el bloque de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).
“Tú crees que a mis 63 años me pueda yo siquiera plantear representarlos a ellos, necesitaría ser suicida, es negar mi vida, jamás lo haría”, expresó Ebrard en una amplia entrevista con Los Periodistas, programa que se transmite por el canal de YouTube de SinEmbargo Al Aire. Para él, sus aspiraciones no contemplan el Congreso ni ningún otro cargo. “Si estás pensando en un puesto ulterior, estás engañando a la gente”.
Ebrard señaló que él tomó la decisión de acompañar a Andrés Manuel López Obrador desde 1999 cuando decidió declinar su candidatura por el Partido del Centro Democrático (PCD) y apoyarlo como abanderado del Partido de la Revolución Democrática (PRD), aunque precisó que sus coincidencias se dieron años antes en la lucha que ambos emprendieron contra el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).
“Nos acercamos en esa lucha por impedir que el Fobaproa tuviera éxito, desgraciadamente no lo pudimos evitar, pero dimos la lucha. Y en 99 cuando vi que se emparejó (la campaña electoral en la capital del país), habíamos formado un partido nuevo, pero cuando vimos la ola azul en la Ciudad de México yo había tenido ese momento, no sé cuatro punto y pico, quizás cinco puntos porcentuales de la votación, potenciales, dije, hay de dos: una quedarnos con dos diputados y ahí ser intrascendentes o apoyar a Andrés que es el que puede encabezar que la ciudad siga una ruta progresista. Estaba terminando el gobierno Cuauhtémoc Cárdenas yo lo busqué y así lo hice, lo apoyamos en 99”, recordó Ebrard.
Ebrard expuso que después de ese momento, en 2002, López Obrador entró en contacto con él para pedirle que tomara las riendas de la Secretaría de Seguridad capitalina, un cargo que en esa época tenía que ser autorizado por la Presidencia, que por entonces era ocupada por el panista Vicente Fox Quesada (2000-2006). Tras pensarlo un par de horas, indicó, le dio el sí al entonces Jefe de Gobierno.
“La Ciudad de México que ha sido gobernada por la izquierda de 97 hasta la fecha tiene mejores estándares de seguridad que cualquier ciudad en donde se han aplicado los modelos de derecha, por eso en México el argumento de seguridad no ha sido tan exitoso para las derechas”, señaló.
No obstante, Ebrard sería destituido por Fox a raíz del linchamiento de tres policías en Tláhuac para volver a ser incorporado por López Obrador como Secretario de Desarrollo Social, la dependencia encargada de hacer funcionar los programas sociales que implementó la izquierda en el país, los cuales serían copiados por la derecha en el poder.
“Luego vino el desafuero, la historia que conocemos”, resumió Ebrard al citar el episodio con el cual el Gobierno de Vicente Fox buscó procesar a López Obrador en 2005 para impedir que compitiera por la Presidencia de México en 2006, la cual ganaría el panista Felipe Calderón Hinojosa en medio de señalamientos de fraude que persisten a la fecha. Ese mismo año, Ebrard llegó al Gobierno de la Ciudad de México, en donde tuvo importantes niveles de aceptación que lo perfilaron como uno de los aspirantes de la izquierda para la elección presidencial de 2012, para lo cual un año antes se midió en una encuesta que ganó Andrés Manuel.
“En el (20)11 pactamos esa encuesta. Él me ganó por 32 cuestionarios en la pregunta 5, por eso a mí no me gusta que haya muchas preguntas. Y claro que había muchos que querían que hiciéramos una segunda vuelta, que desconociéramos el resultado, pero dije es una estupidez de estrategia, vamos a dividir a la izquierda en dos, con un PRI en ascenso”, comentó al respecto.
A partir de esa elección que acercó al PRD, dirigido por Jesús Zambrano y Jesús Martínez, conocidos como “Los Chuchos”, con el Gobierno de Enrique Peña Nieto y su posterior firma del Pacto por México en diciembre de 2012 y que también suscribió el panismo para impulsar las reformas del recién llegado Presidente, López Obrador se encaminó a la fundación de Morena y Ebrard, explicó, a intentar tomar las riendas del Sol Azteca.
“Yo tenía la idea de que deberíamos luchar por el PRD. No me permitieron hacerlo y un día se lo dije a Zambrano, van a llevar al PRD al tres por ciento. ¿Cuál fue la gran diferencia? Lo de firmar el Pacto. Esto es volvernos el último vagón del tren del PRI. Bueno, entonces yo traté de luchar por el PRD, al final no me dejaron ni siquiera ser Diputado en el 2015, y luego ya viene una persecución en contra muy fuerte por el enojo del Presidente porque le dicen que yo armé lo de la Casa Blanca y se me van con todo”, compartió, esto último en relación al escándalo que suscitó que Peña Nieto y su familia vivieran en una casa que compraron a un contratista de Gobierno.
Ebrard comentó que fue en 2017, luego de que una temporada en la que se autoexilio del país en medio de la embestida del Gobierno peñista y de las investigaciones de la Línea 12, —sobre la cual asegura hay una bitácora puntual de su construcción— que contactó a López Obrador para ofrecerle su ayuda para su tercera elección presidencial, la de 2018, la cual ganaría con 30 millones de votos.
“En el 17 que regreso le digo yo lo que quiero saber, es tú vas a encabezar, entonces dime cuál es el tramo en el que yo puedo contribuir a ese objetivo. Tenías tú razón, o sea, tú la leíste mejor que yo en cuanto al grado de integración al interior del PRD con el Gobierno. Lo anticipó mejor que yo, no tengo empacho en decirlo. A veces yo lo hago mejor, pero a veces él lo hace mejor”, refirió.
En ese sentido, Marcelo Ebrard se mostró confiado de que le favorecerá la candidatura de 2024, aún cuando no figura, de momento, como el favorito en las encuestas que se han difundido, un lugar que ocupa la exjefa de Gobierno de la Ciudad, Claudia Sheinbaum, frente a quien ha pedido en reiteradas ocasiones que haya piso parejo.
“He vivido en estos 42 años (de trayectoria política) con éxito, por eso me atrevo a postularme a esto, si no, no lo haría, si no diría ‘debo yo ayudar a alguien más’. Ejemplo, año 99, ¿quién puede encabezar la propuesta para un gobierno progresista en la ciudad? Andrés, entonces hay que apoyarlo a él. Esa es la lógica que he llevado yo en la vida. Ahora creo que podemos hacer eso, tenemos el entrenamiento, la capacidad, para hacerlo y tengo la cercanía y la comprensión, de qué es el proyecto que el Presidente postula como la Cuarta Transformación, que no es nada más lo que hemos logrado hasta ahora, sino todo lo que te acabo de decir. Ese es el llevar a lo que él llama el humanismo mexicano y yo veo que esto es lo que significa, todo esto”, puntualizó.
—¿Y si no gana la encuesta? —se le cuestionó al exsecretario de Relaciones Exteriores.
—Ah no, bueno, si la gente dice tú no, lo acato. En el 2011 lo hice por 32. Ya me están cuestionando, todos los días. ¿Ah, y entonces te vas a ir? A ver yo lo que digo es esto, hay que reconocerle al Presidente que él tiene una influencia muy grande en este movimiento. Es un líder político decisivo en Morena, pues es lo formal, es como si dijera la CNC de Cárdenas en 39. Entonces, él lo que está diciendo es: no voy a usar esa influencia para determinar la candidatura. Podría, de veras, muy fácilmente y además no es tan cuestionable, pues es una opinión legítima. Pero no lo quiere hacer siendo congruente con lo que ha venido diciendo hace mucho años. Entonces dice, vámonos una encuesta o una consulta. La encuesta es la herramienta, es una consulta para que la gente nos diga qué es lo que quiere y yo creo que eso tiene un valor muy grande. Segundo hay que proteger ese proceso, ¿en qué sentido? Que haya igualdad de condiciones, que no empiecen las viejas prácticas políticas que nos pueden arruinar: acarreos impresionantes, que los municipios anden pintando las bardas, que lleves a los eventos no sé qué cosas. O sea, todo eso es sumamente nocivo para el movimiento. Entonces la obligación nuestra, hablo de los que vamos a participar y del partido, es proteger el prestigio del movimiento porque tu gran argumento es que tú tienes una superioridad moral. O sea, tú no haces el fin justifica los medios. Eso es Morena.
Marcelo Ebrard reconoció en ese sentido que un gran mérito del Presidente López Obrador ha sido la postura que ha tenido frente a la sucesión. “Se lo dije ahora que me despedí”, compartió. “Muy bien que hayas hecho esto. Vamos todos a ayudar a que salga bien y que se respete lo que la gente diga”.
Por ello, frente a las versiones que lo colocan fuera de la Cuarta Transformación si no resulta favorecido en las encuestas, Ebrard aclaró que es muy contradictorio que se insista en ese argumento contrario a la posición del Presidente, que sugiera que hay una favorita. “No puede haber las dos. O sea, si es Claudia (Sheinbaum) pues no es la encuesta. Observación lógica, no estoy haciendo proselitismo. Entonces yo creo que con reglas en donde tienes separación del cargo y tengamos igualdad. La dirigencia de Morena se tiene que preocupar por eso”.
El resultado de este proceso interno, se le planteó, será trascendental ante la debilidad de la derecha, un aspecto que Marcelo identificó que se desprende del “excepcional” nivel de aprobación del Presidente López Obrador. “El movimiento que está encabezando el Gobierno y el Presidente López Obrador tienen un prestigio muy alto y eso es algo excepcional y no estoy haciendo propaganda fácil, simplemente con que compares cómo está Sudamérica o con los Estados Unidos o los países de Europa, o sea hoy los promedios de aceptación en el mundo arriba de 30 por ciento es excepcional”.
Marcelo Ebrard lamentó que no se haya realizado un debate para conocer a los aspirantes del movimiento, de qué decisiones van a tomar sobre diferentes puntos específicos y ahí poder ubicar o poderse ubicar en el tipo de izquierda que representan.
“O sea, por ejemplo, en causas progresistas, si tú estás en favor de la interrupción legal del embarazo o no. Es una pregunta específica, otra pregunta específica, ¿estás de acuerdo o quisieras hacer una reforma fiscal, en qué sentido, le vas a aumentar la carga fiscal del sector exportador o no?”, comentó.