El pasado 11 de mayo, el Gobierno de México solicitó a la Embajada de Estados Unidos en México, la información relacionada con el operativo “Rápido y Furioso”, a fin de conocer si las autoridades mexicanas estaban informadas sobre la intromisión de más de 2 mil 500 armas de fuego a territorio nacional, entre los años 2006 al 2011.
–Con información de J. Jesús Esquivel, corresponsal de la revista Proceso.
Ciudad de México, 20 de junio (SinEmbargo).– Documentos clasificados como “sensibles” por parte de autoridades mexicanas y estadounidenses, obtenidos por la revista Proceso, “confirman que Felipe Calderón Hinojosa supo del tráfico ilegal de armamento -autorizado y supervisado por Estados Unidos- a México”.
J. Jesús Esquivel, corresponsal del semanario, explica que el estadounidense “Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos detallaba el tipo de armas y municiones contrabandearas y quién las había adquirido legalmente allá para revenderlas en el mercado negro”.
“Por su parte, informes mexicanos daban cuenta de que se conocían perfectamente las rutas del trasiego”, detalla J. Jesús Esquivel en el texto Un contrabando muy bien monitoreado, incluido en la revista Proceso del domingo 21 de junio.
Los documentos, agrega Esquivel, “evidencian que no sólo se rastrearon las armas, sino que hasta se lograron recuperar durante las operaciones Gunrunner y Wide Receiver”, llevadas a cabo antes del operativo “Rápido y Furioso”.
“Los expedientes exhiben bitácoras realizadas a partir de enero de 2007 y confirman que el entonces presidente Felipe Calderón siempre estuvo al tanto del tráfico ilegal de armas a México, autorizado y supervisado por Estados Unidos”, señala J. Jesús Esquivel.
“La Secretaría Técnica del Consejo de Seguridad Nacional (STCSN), creada en el sexenio de Calderón, presentó al Gobierno estadounidense un documento de 20 folios en inglés: Confiscaciones relevantes de armas en México 2007-2008”. En la presentación se incluyeron las rutas del trasiego ilegal de armas, el número y tipos de armas que se recuperaron, indica Esquivel.
El pasado 11 de mayo, el Gobierno de México solicitó a la Embajada de Estados Unidos en México, la información relacionada con el operativo “Rápido y Furioso”, a fin de conocer si las autoridades mexicanas estaban informadas sobre la intromisión de más de 2 mil 500 armas de fuego a territorio nacional, entre los años 2006 al 2011.
La operación denominada “Rápido y Furioso” fue iniciada por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, en la cual vendió diversas armas a presuntos criminales y las dejó pasar hacia México con el objetivo de poder rastrearlas, y darles seguimiento a través de un chip. Sin embargo, la acción encubierta no fue reportada al Congreso.
Con dicha operación, el Gobierno de los Estados Unidos esperaba identificar a los responsables del tráfico de armas desde ese país a su vecino del sur, y que posteriormente quedan en poder de carteles mexicanos.
De 2006 a 2011, la ATF permitió que 2 mil 500 armas fueran compradas ilegalmente y transportadas a México.