Aproximadamente el diez por ciento de la población norcoreana han enfermado de una fiebre posiblemente atribuida a la COVID-19; Pyongyang ha reportado 65 fallecimientos.
Seúl, 20 may (EFE).- Corea del Norte reportó hoy unos 263 mil 370 nuevos casos de fiebres potencialmente vinculadas a la COVID, lo que supone que más de 2 millones de sus ciudadanos podrían estar infectados desde que el virus aparentemente empezó a circular a finales de abril.
La agencia estatal KCNA detalló que un total de 2.24 millones de personas (casi el 10 por ciento de la población) han contraído ya fiebres y que 1.48 millones se han recuperado y unas 754 mil 810 están en tratamiento.
También informó de que otras dos personas fallecieron posiblemente por COVID, lo que hace un total de 65 desde que el país confirmó la primera detección la semana pasada.
Las cifras apuntan a una transmisión muy rápida de la COVID en un país en el que la movilidad geográfica está muy reducida por las limitaciones que impone el régimen y la falta de infraestructura, y a su vez indican una mortalidad excesivamente baja en comparación con países que han sufrido el embate de Ómicron.
El Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) surcoreano considera que muchas de esas “fiebres” se deben al sarampión o fiebres tifoideas y que las autoridades norcoreanas las contabilizan también para tranquilizar a la población y transmitir la idea de que se está haciendo un seguimiento de todo caso potencial.
El NIS también estima que el pico de la actual ola en Corea del Norte podría llegar entre finales de mayo y principio de junio.
El régimen parece estar limitando en lo posible la circulación de gente en exteriores, aunque imágenes por satélite tomadas desde las fronteras e informaciones de medios norcoreanos indican que la actividad agrícola, en la construcción y las fábricas se mantiene.
Aún así, la situación preocupa por lo contagioso que ha demostrado ser la subvariante Ómicron detectada (BA.2) y por el hecho de que el país, que tiene escasa capacidad de testeo, ha rechazado la donación de casi cinco millones de dosis de vacunas y no parece dispuesto a aceptar nuevas ofertas en este sentido.
La mayoría de expertos creen que Pionyang, que ha rechazado ofrecimientos de ayuda humanitaria de Seúl y Washington, está ya obteniendo suministros de China y posiblemente acepte envíos de organizaciones internacionales, aunque no parece que de momento esté interesado en recibir vacunas.
Aceptar vacunas implicaría abrir las fronteras —que el país ha cerrado a cal y canto desde 2020— a personal foráneo para asesorar un plan de inoculación a escala nacional.