Desde que Netflix presentó Ma Rainey's Black Bottom sus dos protagonistas, Viola Davis y Boseman, se convirtieron en favoritos gracias a su gran química en una interpretación casi teatral.
Por Javier Romualdo
Los Ángeles (EE.UU.), 20 abr (EFE).- Chadwick Boseman podría ganar un Óscar póstumo por su papel en Ma Rainey's Black Bottom, aunque Anthony Hopkins (The Father) y Riz Ahmed (Sound of Metal) han demostrado que también son merecedores de premio en una de las categorías más abiertas, que completan Gary Oldman (Mank) y Steven Yeun (Minari).
Tan solo dos actores han ganado un Óscar tras su muerte -Peter Finch, en 1977, por Network, y Heath Ledger, en 2009, por The Dark Knight-, pero la Academia de Hollywood podría emular a los Globos de Oro y a los premios del Sindicato de Actores (SAG Awards) para homenajear a uno de los actores más queridos de la gran pantalla, que falleció por un cáncer de colon este verano a los 43 años.
Desde que Netflix presentó Ma Rainey's Black Bottom sus dos protagonistas, Viola Davis y Boseman, se convirtieron en favoritos gracias a su gran química en una interpretación casi teatral.
Ambientada en Chicago en 1927, la película se adentra en los ensayos de la cantante afroamericana Ma Rainey, conocida como la "Madre del Blues" y pionera al ser una de las primeras artistas que grabó su música acompañada de una orquesta, con la que influyó a iconos como Billie Holiday.
Boseman interpretó al trompetista Levee, un músico descarado y obsesionado con las vanguardias que desespera a la artista por su falta de disciplina.
El actor trabajó en el personaje mientras recibía tratamiento por un cáncer que el resto del equipo desconocía. Ni siquiera la propia Davis era consciente de la enfermedad de su compañero, a quien notaba con un cansancio extremo durante los descansos que desaparecía en cuanto las cámaras comenzaban a filmar, según confesó tras su muerte.
"Chadwick, no hay palabras para expresar mi devastación por perderte. Tu talento, tu espíritu, tu corazón, tu autenticidad. Fue un honor trabajar a tu lado, conocerte", escribió la actriz al conocer la trágica noticia.
Desde entonces su viuda, Taylor Simone Ledward, ha aceptado todos los honores en su nombre.
"Él habría dicho algo hermoso, algo inspirador, algo que amplificaría la pequeña voz que hay en todos nosotros (...) Yo no tengo sus palabras, pero tenemos que aprovechar todos los momentos para celebrar con aquellos que queremos", dijo entre lágrimas durante los Globos de Oro.
El Óscar reconocería una notable actuación y además rendiría tributo a un actor que se convirtió en icono para la comunidad negra por dar vida al superhéroe Black Panther en la poderosa saga de Marvel.
RIZ AHMED Y ANTHONY HOPKINS, EXCELENTES DESDE EL SUFRIMIENTO
Hay algo en común en los trabajos de los otros dos favoritos al Óscar y es la ajustada representación del sufrimiento.
A sus 38 años, el británico de origen pakistaní Riz Ahmed se ha confirmado como uno de los mejores actores de su generación con Sound of Metal, donde transmite el sufrimiento de un baterista y exdrogadicto que encuentra su salvación en la música hasta que comienza a perder su capacidad de audición.
La contención es la principal característica de un trabajo en el que Ahmed ha tenido que jugar con los gestos y las expresiones, con gran parte del metraje en silencio, para mostrar el aislamiento de su personaje.
Es la primera nominación al Óscar para Ahmed, que confirmó su talento en Nightcrawler (2014) y, sobre todo, en la serie The Night Of, por la que fue nominado a los Globos de Oro y ganó un Emmy.
Por su parte, Anthony Hopkins vuelve a los Óscar (el año pasado fue nominado en la categoría de reparto por The Two Popes) con un papel en el que retrata el sufrimiento de un anciano que sufre demencia y siente cómo sus capacidades cognitivas empiezan a mermar.
Es la sexta nominación al Óscar para este veterano y respetado actor, que solo se ha llevado una vez la estatuilla, por su aclamado Hannibal Lecter de The Silence of the Lambs (1991).
Y aunque no parece tener muchas posibilidades, llega a la gala con la seguridad que da haber ganado recientemente el Bafta entre un grupo de nominados en los que también estaban Boseman y Ahmed.
Con 38 años, Ahmed es el primer actor musulmán nominado a los Óscar. Hopkins, a sus 83, es la persona más mayor que recibe una mención en esa categoría.
Boseman, Ahmed y Hopkins. Los tres harían historia en los premios y los votantes de la Academia tendrían motivos suficientes para entregar el premio a cada uno de ellos.
STEVEN YEUN Y GARY OLDMAN, BUENOS PAPELES Y POCAS POSIBILIDADES
En la parte baja de las apuestas figuran Steven Yeun, por Minari, y Gary Oldman, por Mank.
Minari es una de las películas mejor recibidas de esta temporada y, con permiso de Nomadland, candidata a recibir varios reconocimientos en la gran fiesta del cine.
Yeun es el protagonista de una historia autobiográfica del realizador Lee Isaac Chung y aunque tiene poco que ver con la vida del actor, él también pasó por la aventura de trasladarse desde su Corea natal a Estados Unidos.
Con su papel, Yeun se ha convertido en el primer asiático-estadounidense en ser nominado al Óscar a mejor actor. Lo ha logrado tras una carrera en la que destacan títulos como Burning (2018), Okja (2017) o la serie The Walking Dead.
Sin embargo, el papel de Yeun como el padre trabajador de una familia de inmigrantes coreanos no apunta hacia al Óscar.
Mucho menos Oldman, que ganó el Óscar en 2018 por Darkest Hour y que está al frente de una película que no ha logrado despertar grandes emociones más allá de una técnica impecable.
El británico ha logrado su tercera nominación por dar vida al guionista Herman J. Mankiewicz, responsable del guion de Citizen Kane (1941), en una película de David Fincher que recrea el rodaje de una de las obras maestras del cine.
Oldman está perfecto en su papel de crítico y guionista, alcohólico y brillante, en un filme preciosista, pero el trabajo del actor, aún siendo destacable, no se ha llevado ninguno de los grandes premios de la temporada y ni siquiera estuvo nominado al Bafta.