El Fondo Monetario Internacional prevé que la economía global se contraerá tres por ciento este año, una caída mucho mayor al 0.1 por ciento registrado en 2009, tras la crisis financiera global.
Por Will Weissert, Jill Colvin, Frank Jordans
WASHINGTON, 20 de abril (AP).- La crisis mundial de salud está dando un giro político desagradable al agravarse las tensiones entre las órdenes de confinamiento de los gobiernos para mantener a raya al coronavirus y las personas que anhelan reactivar las economías estancadas y evitar una debacle laboral.
Manifestantes preocupados por su sustento y opuestos a las restricciones a su libertad salieron a las calles en algunos lugares de Estados Unidos. Algunos países ya están relajando los confinamientos, pero la mayor parte del mundo sigue insistiendo en que es demasiado pronto para tomar medidas más agresivas.
En Estados Unidos ya hay evidencia clara de la creciente presión. El Gobierno de Donald Trump dice que partes del país ya están listas para comenzar un retorno gradual a la normalidad. Sin embargo, algunos gobiernos estatales dicen que su respuesta a la pandemia está obstaculizada por una respuesta Federal inadecuada.
Los confinamientos, que comenzaron en China a finales de enero y se propagaron a Europa, Estados Unidos y a otras partes del orbe, han paralizado la economía, así como las actividades sociales, culturales y religiosas, colocando al mundo en su crisis económica más grave desde la Gran Depresión de la década de 1930. Decenas de millones de trabajadores han perdido sus empleos, y millones más temen ser los siguientes.
Con el arco de infecciones diferente en cada país, las propuestas han diferido para enfrentar al virus, que ha provocado por lo menos 163 mil muertes en todo el mundo en los últimos cuatro meses y para el cual todavía no hay una vacuna. El número de contagios confirmados a nivel mundial hasta el domingo era de más de 2,36 millones, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins.
Las restricciones han comenzado a disminuir en algunos lugares, incluida Alemania, que todavía aplica las reglas de distanciamiento social, pero el lunes tenía la intención de comenzar a permitir la reapertura de algunas tiendas pequeñas, como las que venden muebles y artículos para bebés.
Después de seis semanas de estar encerrados en sus casas, las autoridades españolas dijeron que los niños tendrán permitido abandonar sus hogares a partir del 27 de abril. España impuso uno de los confinamientos más estrictos de Europa, lo cual ayudó a reducir el aumento diario de infecciones confirmadas de más de 20 por ciento a dos por ciento para un país cuyas 20 mil muertes a causa del virus sólo son superadas en Estados Unidos e Italia.
La cifra de decesos en ese país superó los 41 mil, con más de 746 mil casos confirmados, de acuerdo con el conteo de la Universidad Johns Hopkins. El continente europeo ya alcanzó el millón de casos confirmados de COVID-19 y unas 100 mil muertes, según los Centros para el Control de Enfermedades de Europa.
El alcance real de la pandemia probablemente sea mucho mayor debido a que hay casos con síntomas moderados que no se están contabilizando, pruebas limitadas, problemas para contar a los muertos y la intención de algunos países de minimizar sus conteos.
El Fondo Monetario Internacional prevé que la economía global se contraerá tres por ciento este año, una caída mucho mayor al 0.1 por ciento registrado en 2009, tras la crisis financiera global.
Aun así, muchos gobiernos están resistiendo a las presiones para relajar drásticamente las medidas de aislamiento.
“No debemos bajar la guardia hasta que se recupere el último paciente confirmado”, dijo el domingo el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in.
En Gran Bretaña _que el domingo reportó 596 muertes hospitalarias adicionales relacionadas con el coronavirus_ las autoridades reconocieron que no están listas para relajar los esfuerzos para frenar la propagación del virus, los cuales estarán vigentes hasta el 7 de mayo.
La agencia de salud de Francia instó al público a apegarse a las medidas de distanciamiento social que se han extendido por lo menos hasta el 11 de mayo. El primer ministro Edouard Philippe dijo que se podría exigir que las personas usen mascarillas en el transporte público, y sugirió que nadie planee vacaciones de verano lejanas incluso después de eso.
Estados como Texas e Indiana han anunciado planes para permitir que se reanuden algunas ventas minoristas y otras actividades; y las playas de Florida y Carolina del Sur ya tenían menos restricciones. Pero en Nueva York, el estado más afectado, las autoridades han dicho que no están listas para la reactivación de escuelas, negocios y reuniones.
Las tensiones geopolíticas y religiosas que se remontan siglos atrás han complicado aún más la respuesta global al virus. Pero el rey Abdalá II de Jordania dijo que el brote ha convertido en “socios” a “nuestros enemigos de ayer, o aquellos que no fueron países amigos ayer, nos guste o no”.
En la mayoría de la gente, el coronavirus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. Sin embargo, en algunas personas, sobre todos los adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacentes, puede causar enfermedades más graves, incluyendo la neumonía, o la muerte.